Lo que no nos decimos
Alguna vez le has dicho te quiero a tu madre? Si yo pronunciara esa frase, la mía pensaría que he cometido un crimen o que estoy muriéndome. No me refiero a que no lo sepa –por supuesto que lo sabe– ni a mostrar cariño, acompañar, querer, tener detalles, apoyar o comprender; hablo de verbalizarlo cuando ya se es adulto y sin estar al borde de la muerte: «Te quiero, mamá». La protagonista de Me llamo Lucy Barton, de Elizabeth Strout, necesita todo un libro para NO decírselo a la suya. La narración comienza en una habitación de un hospital de Manhattan. Desde la ventana, se ve el edificio Chrysler. Dentro, Lucy, la protagonista, se recupera de un ataque de apendicitis que se ha complicado. La acompaña su madre –su marido y sus hijas pequeñas apenas pueden visitarla–, una anciana con la que no ha tenido casi relación en los últimos años. Las dos empiezan a hablar de los otros, a lanzar cotilleos y juicios sobre los vecinos del pequeño pueblo de Illinois donde residieron tiempo atrás. Y, así, Lucy va desgranando sus propias memorias, con una infancia marcada por la miseria, la soledad y las relaciones familiares. «Esta es una historia de un hombre atormentado todos los días de su vida por cosas que hizo en la guerra. Es la historia de una esposa que se quedó a su lado, porque la mayoría de las esposas de esa generación eso es lo que hacían, y cuando va a la habitación del hospital a ver a su hija habla compulsivamente de que el matrimonio de todo el mundo va mal, y ella ni siquiera lo sabe, ni siquiera sabe lo que está haciendo. Es la historia de una madre que quiere a su hija. De una manera imperfecta, porque todos amamos de una manera imperfecta».
Este párrafo describiría a la perfección la novela si no fuera porque Elizabeth Strout –ganadora de un Pulitzer por Olive Kitteridge en 2009– tiene un don, que consiste en contar más por lo que calla que por lo que dice. Algunos libros lo despliegan todo en la primera página; otros en realidad utilizan cada una de sus palabras para iluminar lo que queda fuera de ellas. Me llamo Lucy Barton es uno de esos. Y, anda, dile te quiero a tu madre.