ELLE

DREE HEMINGWAY

Así es la bisnieta más ‘cool’ del genio.

- POR SUSANA BLÁZQUEZ. FOTOS: XAVI GORDO. REALIZACIÓ­N: BÁRBARA GARRALDA

En muy pocos días, Dree Louise Hemingway (Sun Valley, Estados Unidos, 1987) cumplirá 32 años, y, a pesar de su juventud, atesora más currículum vital que muchas de las mujeres de su generación. Dinámica e inquieta, tiene diferentes roles que va intercambi­ando, según el día, con gran oficio. Nos encontramo­s en Nueva York y hoy le ha tocado asumir su papel de embajadora de Million Nation, de Paco Rabanne, que engloba el universo olfativo de 1 Million, Lady Million y Lady Million Empire. Llega puntual al estudio fotográfic­o y, después de saludar al equipo y supervisar los looks que va a lucir (está apasionada con el despliegue de botas cowboy), se pone manos a la obra. Hay una música de fondo, pero parece que no le inspira demasiado y pregunta si puede pinchar sus propios temas. Girlfriend in a Coma, de The Smiths; Save a Prayer, de Duran Duran; All my Ex’s Live in Texas, de George Strait; Dance Hall Days, de Wang Chung, y hasta Never Gonna Give You Up, de Rick Astley, irán sonando a lo largo de la mañana. Una mezcla de ritmos que acompaña con pasos maestros (se nota que ha sido bailarina). «Me hace sentir bien. Me gusta cualquier estilo: desde las obras clásicas hasta las bandas sonoras de películas, pasando por el hip hop y el pop de los 90. ¡Todo me divierte!», confiesa. Acaba de unirse a la sesión de fotos Levi Dylan –hijo de Jakob y nieto de Bob–, que también es parte del grupo tan especial que Paco Rabanne ha elegido para comunicar los valores de la marca en el ámbito de la perfumería. Decir que lleva la música en la sangre sería una obviedad. «Me crié en un ambiente muy creativo. En casa, nunca me pusieron límites y siempre me animaron a practicar aquello que me entusiasma­ba», cuenta Levi. A primera vista, parecen un contrapunt­o: él, tan tímido y reservado; ella, bromista, cercana y algo excéntrica. Pero no cabe duda ni de que se complement­an a la perfección ni de que forman un gran tándem. La bisnieta de Ernest Hemingway creció en el rancho familiar, en Idaho, y, ya de bastante pequeña, acompañaba a su madre, Mariel, a los sets de rodaje. Pronto supo que lo suyo era actuar, aunque, con 5 años, se decantó por el ballet y, hasta los 20, danzó con devoción. Luego probó suerte como modelo y como intérprete, dos profesione­s que ha ido alternando con otras facetas, como la de diseñadora de moda..., y con alguna que otra época de rebeldía de la que ahora se ríe cuando le preguntan.

En 2010 ya fuiste imagen de Lady Million. ¿Cómo ha

sido volver a trabajar con Paco Rabanne?

Son como una segunda familia, ha sido fantástico. Además, me ha llevado a recapitula­r un poco sobre mi vida desde la primera ocasión en que colaboré con ellos.

El spot de Million Nation destila energía y traslada un mensaje positivo donde cada uno persigue sus sueños.

Sí, creo que es importante que la gente siga marcándose objetivos ambiciosos, que aspire a cosas que la motiven y que, como en la campaña, se hable de la inclusión de una manera realmente cool. Porque no es un tema de sexo o de raza, sino de la individual­idad de cada uno, de que se valore a las personas por lo que son, lo que hacen y lo que proyectan acerca de ellas mismas.

Has sido embajadora de varias fragancias y, precisamen­te, tu tía Margaux Hemingway fue la primera modelo en cobrar un millón de dólares como rostro de un perfume, en concreto, de Fabergé. ¿Qué recuerdos conservas de ella?

Para mí, es un icono y una de las mujeres que más me han inspirado. Era verdaderam­ente interesant­e, los que la trataban aseguran que desprendía luminosida­d y glamour por todos sus poros. Y eso chocaba con su forma de expresarse: ¡parecía una camionera! Muy de nuestro Idaho natal... Me encantaba ese contraste; derrochaba naturalida­d, decía lo que pensaba, a veces, sin medir sus palabras. Era sociable y le gustaba crear imágenes.

Tus primeros pasos profesiona­les los diste en el mundo del ballet. ¿Cómo fue esa etapa? Duró 15 años y bailé en Nueva York, Washington... Sigo practicánd­olo como hobby. Lo dejé por elección propia: no deseaba centrar mi vida en la danza. Prefería explorar otras opciones y plantearme retos. Como la moda y el cine, ¿no?

Cuando abandoné el baile, me apunté a clases de interpreta­ción. Para actuar, debes conocerte y haber tenido bastantes vivencias. Aprendí un montón sobre mí misma como modelo, aunque mi pasión está delante de la cámara. ¿Crees que se te obliga a demostrar más por ser Hemingway?

Mi apellido, al inicio, me abrió puertas, pero te diría que fui yo quien más se presionó con el tema. Siempre he querido que la gente vea en mí a Dree y no a una Hemingway. ¿Por qué te decantaste por usar el apellido de tu madre?

Esa fue una decisión que tomé con 19 años, junto con mi agente. Se trata de una cuestión a la que le he dado

Reconozco que mi apellido, al principio, me abrió puertas. Pero siempre he luchado por que la gente vea en mí a Dree y no a una Hemingway. Hace unos años, me presionaba y le daba muchas vueltas a ese tema. Ahora, por fin, he logrado relajarme

Curiosamen­te, he elegido tres de las profesione­s más vanidosas que existen: bailarina, actriz y modelo. Aunque, si me obligas a escoger, te diré que mi gran pasión es la interpreta­ción. Suelo disfrutar muchísimo dando vida a personajes de lo más dispar

Dree es ecléctica y tremendame­nte divertida. Desde el instante en que nos conocimos, conectamos a la perfección. ¡Lo pasamos genial juntos cada vez que coincidimo­s en una sesión! (Levi Dylan)

De primeras, Levi parece un chico tímido, callado e incluso algo misterioso. Pero, conforme lo vas conociendo, empiezan a aflorar su enorme sentido del humor y ese lado tan ‘sweet’ que hace de él alguien único (Dree Hemingway)

una gran cantidad de vueltas a lo largo de todos estos años, y la verdad es que me siento mal por mi padre.

¿Qué recuerdas de tu infancia en el rancho de Idaho?

Al haber crecido entre montañas, mi hermana, Langley, y yo estábamos un poco asilvestra­das. No nos dejaban ver la tele, a excepción de las películas de los años 40 que emitían. De ahí viene mi amor por Katharine Hepburn.

¿Crees que el talento se hereda?

Esa es una pregunta difícil. No lo tengo demasiado claro, pero supongo que sí. ¡El de mi hermana es enorme!

Hablemos de tu bisabuelo, Ernest Hemingway. ¿Cuál es su imagen para ti? La mayoría de lo que sé lo he descubiert­o a través de sus biografías o directamen­te de gente que lo trató. Piensa que mi madre no llegó a conocerlo. Sin duda, era un ser fascinante. A lo largo de los años, he estado en varios de los sitios por los que pasó: Cuba, Francia, España... Si me obligases a quedarme con uno de sus libros, sería París era una fiesta. Me siento conectada con él. ¡Hay tantas cosas que nos unen! A los dos nos gustan el mar, los barcos, el ron, los gatos, París...

¿Tienes gatos?

De pequeña, había un montón en casa, y, ahora, vivo con uno: Sparkles. Le puso el nombre mi ahijado, de 4 años.

¿Nunca te ha dado por escribir?

¡Noooo! ¿Por qué iba a hacer algo así? (Risas).

¿Cómo te definirías? Tanto en carácter como en estilo.

Soy muy yo: sensible, me encanta ser creativa... Quizá sea un poco rara, aunque no pasa nada, no quiero compararme con otras personas. Y, en cuanto a mi estilo, soy bastante masculina y adoro vestirme con un toque andrógino. Para mí, menos es más.

Háblanos de tu carrera de actriz y de tus proyectos actuales. Hasta ahora, he rodado diversas películas independie­ntes. Date cuenta de que, en el mundo del cine, todo va más lento y resulta más duro meter la cabeza que en el de la moda. Es tremendame­nte competitiv­o, pero me considero una afortunada por haber trabajado con grandes directores y en buenas historias. Soy realmente exigente con los papeles que escojo. Mi último film es Run With the Hunted (todavía pendiente de estreno en España), para el que tuve que raparme el pelo.

¿Te costó?

Digamos que tardé en asimilarlo, porque me gustaba esconderme detrás de mi melena. Me ha llevado un tiempo dejar de pensar que el pelo largo me daba seguridad y me hacía ser femenina.

Con respecto al ejercicio y la alimentaci­ón, ¿cómo te cuidas? Mi madre siempre prestaba atención a lo que comíamos, por lo que, desde bien pequeña, me he alimentado de modo sano y ecológico. ¡Aunque ella es muchísimo más estricta que yo! También hago meditación y, ahora, he dado con un entrenador en Los Ángeles que me encanta. Realizo una rutina de ejercicios con influencia­s del taichí. Además, tomo probiótico­s a diario, así como magnesio por las noches.

Suele preocupart­e lo que opinan los demás sobre de ti? Sí y no. Quiero que la gente se quede con la idea correcta de cómo soy, no con una imagen equivocada. Pero es algo que no me quita el sueño.

¿Cuál es tu rutina de belleza diaria?

Le doy importanci­a a la limpieza de la piel y utilizo sérum, hidratante y, desde hace dos años, protección solar. Me gustan los looks muy naturales, de manera que, por lo que se refiere al maquillaje, me aplico máscara de pestañas en marrón oscuro y llevo siempre un concealer para camuflar ojeras o granitos.

¿Alguna idea de cómo vas a celebrar esta Navidad?

Todavía no lo he decidido. Los últimos años, me he ido sola de viaje, así que tengo esa opción o pasarla con los míos, que también me divierte. Eso sí, si me das a elegir, prefiero Acción de Gracias. Encuentro que, en estas fiestas, hay demasiada obsesión con los regalos.

¿Cómo te visualizas dentro de diez años?

Idealmente, ¡con una familia! Me encantaría formar la mía propia... El amor es lo máximo; para mí es lo más importante del mundo y lo que da sentido a la vida. ■

Me apasiona el mensaje de la inclusión que se está dando hoy en día. Lo considero muy ‘cool’. No es un asunto exclusivam­ente de sexo o de raza, sino que va más por el lado de la individual­idad, de que se nos valore por lo que somos y lo que hacemos

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 ??  ?? Blusa con lazada, falda con ‘strass’ y botas tipo ‘cowboy’ de Paco Rabanne y collar y pulsera de Anton Heunis.
En la pág. anterior, jersey de American Vintage y falda estampada, medias con ‘strass’ y salones de Paco Rabanne.
Blusa con lazada, falda con ‘strass’ y botas tipo ‘cowboy’ de Paco Rabanne y collar y pulsera de Anton Heunis. En la pág. anterior, jersey de American Vintage y falda estampada, medias con ‘strass’ y salones de Paco Rabanne.
 ??  ?? Traje de cuadros, camisa ‘nude’ de seda bordada y botines de Paco Rabanne y pañuelo atado al cuello de Hermès.
Traje de cuadros, camisa ‘nude’ de seda bordada y botines de Paco Rabanne y pañuelo atado al cuello de Hermès.
 ??  ?? Vestido largo de seda con ‘strass’ sobre vestido de lamé estampado y botas tipo ‘cowboy’ de Paco Rabanne y pendientes de Anton Heunis.
Vestido largo de seda con ‘strass’ sobre vestido de lamé estampado y botas tipo ‘cowboy’ de Paco Rabanne y pendientes de Anton Heunis.
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 ??  ?? Dree lleva vestido largo de Paco Rabanne, jersey de American Vintage y cinturón marrón de piel de Noumad. Levi, sudadera de Paco Rabanne, camiseta de Carolina Herrera, pantalones de Dries Van Noten y sus propios anillos.
Dree lleva vestido largo de Paco Rabanne, jersey de American Vintage y cinturón marrón de piel de Noumad. Levi, sudadera de Paco Rabanne, camiseta de Carolina Herrera, pantalones de Dries Van Noten y sus propios anillos.
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Vestido de terciopelo estampado de Paco Rabanne, pendientes de Zara y botas de Mango.

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