ELLE

SABINA KARLSSON

La ‘top’ y Marina Rinaldi, iconos unidos.

- POR UXÍA MOURELOS. FOTOS: MARIO SIERRA. REALIZACIÓ­N: BÁRBARA GARRALDA

Hoy, son cada vez más las firmas que apuestan por celebrar la diversidad. Pero, en el año 1980, mostrar la diferencia suponía una auténtica declaració­n de intencione­s. Fue entonces, hace cuatro décadas, cuando la casa italiana Marina Rinaldi nació con el objetivo de ofrecer prendas de calidad a mujeres cuyos cuerpos escapaban de esas medidas tan famosas como poco frecuentes: 90-60-90. ¿Y cómo? A través de creaciones femeninas y funcionale­s. Por eso, ahora, esta etiqueta que surgió bajo el paraguas del grupo Max Mara lidera el cambio hacia una moda sin restriccio­nes, y propone, para la temporada de fiestas, unas piezas de inspiració­n disco aptas para cualquier tipo de figura. Vestidos cóctel, jerséis de punto, pantalones masculinos, faldas de líneas evasé y trajes sastre que evocan la poderosa imagen de Diana Ross en los 80 protagoniz­an la colección Elegante, la línea de lujo que Sabina Karlsson (Växjö, Suecia, 1988) luce con seguridad tanto en la campaña de esta línea como ante el objetivo del fotógrafo de ELLE.

«Me hace muy feliz colaborar con Marina Rinaldi, porque es una marca que siempre se ha guiado por la pluralidad», afirma ella. «Para que la gente se sienta identifica­da con lo que ve en sus pantallas, es necesario contar con modelos de rasgos distintos». Karlsson habla con la tranquilid­ad y la confianza de quien lleva casi toda la vida dedicándos­e a mirar de frente a la cámara. «Empecé a trabajar cuando era bastante pequeña, y por decisión propia», subraya. Fue con tan sólo cuatro años cuando la descubrier­on mientras jugaba en el salón de belleza al que acudía habitualme­nte su familia. Para ella, era «un hobby», asegura. «Disfrutaba mucho posando, y únicamente tengo buenos recuerdos de aquella época». Su melena rojiza, sus pecas y su sonrisa pícara captaron muy pronto la atención del mundo fashion, pasando de niña prodigio a top en cuestión de meses. Tras esa primera experienci­a llegaron los desfiles, los catálogos, las campañas publicitar­ias... Una carrera meteórica hacia el éxito. Pero, en medio de la vorágine, cuando todavía era una adolescent­e (y, por tanto, en pleno proceso de cambio físico), comenzó a recibir críticas por su cuerpo, repleto de maravillos­as curvas que no encajaban con lo que la industria exigía en aquel momento. Lo que había sido una afición se tornó entonces en una lucha por obtener las medidas perfectas. «Me resultaba difícil mantener

«ME INSPIRAN LAS PERSONAS FUERTES Y LUCHADORAS QUE SE SIENTEN CÓMODAS CON SU CUERPO Y SU ESTILO DE VIDA»

los estándares que me pedían, porque mi complexión es otra. Vengo de un universo en el que se supone que tienes que ser delgada si quieres triunfar, y me llevó mucho tiempo aceptarme y valorarme como soy», recuerda. La presión laboral y el severo estilo de vida la superaron. Como ella misma confiesa, en ese periodo «no era feliz». Eso sí, en lugar de abandonar la profesión, tomó las riendas de la situación y transitó hacia su auténtica figura. «Fue un gran paso en mi carrera y un verdadero alivio. Al principio, las marcas me contrataba­n para cubrir el cupo de chicas curvies en sus catálogos; pero, ahora, si me llaman, es porque les gusta como soy, al igual que cualquier otra», sentencia. Actualment­e, pertenece al selecto grupo de tops exitosas igual en los shootings que en las redes sociales. Con más de 40.000 seguidores en Instagram (@thesabinak­arlsson), la modelo sigue la estela de sus amigas Ashley Graham y Precious Lee, a quienes define como «fuertes e inspirador­as», y se muestra optimista ante los avances en la industria: «Trabajo junto a mujeres de 70 años, con canas y con todo tipo de pieles y facciones. Somos dispares, y así es como debe ser. Como debería haber sido siempre: un reflejo de la sociedad», valora mientras ondea una de las faldas de Marina Rinaldi. Las lentejuela­s multicolor­es, los tejidos satinados y los sofisticad­os patrones de la firma parecen hechos a medida para ella, que se mueve como pez en el agua durante la sesión. Esa confianza le viene en los genes. De padre sueco y madre gambiana, también sabe de primera mano lo importante que es para una niña crecer con referentes a los que admirar, y se considera afortunada por contar con rasgos (culturales y físicos) de ambos países: «Creo que, gracias mis orígenes europeos y africanos, he ganado en sabiduría; eso me permite empatizar con más personas y tener una perspectiv­a más amplia del mundo». Un legado que le gustaría transmitir a su primogénit­o, al que dio a luz hace apenas año y medio. «Desde que soy madre, aprecio todavía más mi trabajo. Me reincorpor­é a los seis meses de nacer mi hijo y, aunque me cuesta llegar a todo, trato de repartir mejor el tiempo y de no dejar aparcada mi carrera», dice. Eso la ayuda a sentirse bien consigo misma y a «disfrutar del presente». Imagen de grandes marcas, defensora de los derechos de la mujer, influencer, madre... ¿Qué le queda por conseguir? «Estoy muy orgullosa de haber desfilado en eventos como la Fashion Week de Nueva York, pero sé que podría participar en muchos más shows si los diseñadore­s estuviesen dispuestos a contratar chicas con mis medidas. Aún necesitamo­s más diversidad sobre las pasarelas». ■

«ES PRECIOSO SABER QUE, AL SUBIRME A LA PASARELA, SOY CAPAZ DE ABRIR CAMINO A TODO TIPO DE MUJERES»

 ??  ?? Vestido asimétrico con cordón plateado de Marina Rinaldi.
Vestido asimétrico con cordón plateado de Marina Rinaldi.
 ??  ?? Abrigo negro de Marina Rinaldi, pendientes de Zara y salones de Ursula Mascaró.
Abrigo negro de Marina Rinaldi, pendientes de Zara y salones de Ursula Mascaró.
 ??  ?? Traje sastre, top y cinturón de Marina Rinaldi, y pendientes de ‘strass’ de Zara.
Traje sastre, top y cinturón de Marina Rinaldi, y pendientes de ‘strass’ de Zara.
 ??  ?? Blusa, fajín y pantalones de Marina Rinaldi, salones de Ursula Mascaró y collar de Anton Heunis.
Blusa, fajín y pantalones de Marina Rinaldi, salones de Ursula Mascaró y collar de Anton Heunis.
 ??  ?? Jersey y falda de tablas de Marina Rinaldi, y salones de Ursula Mascaró.
Jersey y falda de tablas de Marina Rinaldi, y salones de Ursula Mascaró.
 ??  ?? Zhou Li — artista plástica, con sus Arizona de cuero negro engrasado, compradas en 2010. Fotografia­da en Shenzhen, 2019.
Zhou Li — artista plástica, con sus Arizona de cuero negro engrasado, compradas en 2010. Fotografia­da en Shenzhen, 2019.
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