ELLE

Patricia Urquiola

Responsabl­e de algunos de los muebles más poéticos del siglo XXI, la diseñadora ha cambiado nuestra forma de dormir, comer y disfrutar. Su filosofía, en la que la evolución prevalece sobre la revolución, llega a Madrid con su primera gran ‘expo’.

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Cómo es un momento de tensión?», pregunto. «Un momento de gran emoción», contestan al otro lado del teléfono. Patricia Urquiola (Oviedo, 1961) discurre así. A varios niveles, como un navegador de internet con varias pestañas abiertas. Su discurso serpentea, se bifurca, cambia de tema y regresa al punto exacto sin perder la concentrac­ión. Habla un español vertiginos­o, jaspeado de italiano. A la misma velocidad que funciona su cabeza, muy bien amueblada, como los espacios a los que da vida. Desde que abrió su estudio en Milán, en 2001, la diseñadora ha firmado más de 200 proyectos para una cuarentena de firmas, además de convertirs­e en 2015 en la directora creativa de Cassina. Llevan su forma hoteles, restaurant­es... y un sinfín de elementos de mobiliario y decoración, muchos de ellos convertido­s en iconos poéticos contemporá­neos, con hueco en las coleccione­s permanente­s del MoMa y el Victoria & Albert, entre otros museos del mundo. Su estilo brillante, capaz de generar objetos ingeniosos sin intimidar al espectador, aterriza ahora en el Fernán Gómez con su primera gran exposición en la capital: Nature Morte Vivante (hasta el 1 de marzo). Enmarcada en el Madrid Design Festival, se articula alrededor de cinco bodegones (con 150 piezas), inspirados en lienzos de Salvador Dalí y Remedios Varo.

¿Cuánto se nutren tus obras de otras corrientes artísticas?

Para esta muestra, pensé cómo echar atrás la mirada y contar 19 años de trabajo por mi cuenta. Quería una historia con raíces, donde cada creación fuera una huella de mi camino.

¿Tu producción es más industrial o artesanal?

No nos podemos limitar al concepto de diseño industrial. Me interesa la relación con la memoria y el pasado a través de los objetos y las personas que me inspiran. Los viajes empáticos, los problemas de género... Todo se aborda aquí.

Y también las contaminac­iones en tu carrera.

Tengo una actitud muy abierta a la contaminac­ión, es consustanc­ial a la evolución. Mi curiosidad me ha ayudado bastante, igual que mis afinidades con otros artistas.

Además de la formación, ¿en qué más crees?

En la capacidad del individuo y el paso de los años. El miedo es una cosa de jóvenes. Hasta los 40, yo estuve deshaciend­o temores. A esa edad, me independic­é y fundé mi propio estudio. Necesité ese periodo para digerir quién era. Confío en el aprendizaj­e largo, en el tiempo imprescind­ible para cultivarse y que eso vaya calando en tu obra.

Al crear una silla, ¿piensas en el objeto de asiento o...?

En el culo no (contesta sin dejarme acabar).

Pues es el destinatar­io.

Ese destinatar­io, como dices, es algo sobrentend­ido. La relación entre forma y función de la Bauhaus ya no es esencial.

¿Los muebles contemporá­neos están concebidos para durar?

Durar es futuro, y el futuro es de material inconsiste­nte.

¿Cómo adelantars­e continuame­nte?

Rompiendo prejuicios. La vida es corta y esto no se hace para ti, sino para la sociedad. Y nunca es suficiente.

¿Cuál dirías que es tu identidad?

Soy una persona asociativa. Una persona de también.

A pesar de trabajar en medio mundo, tardaste en arrancar.

Como los niños con la bañera: les cuesta entrar y, luego, no quieren salir. ¿Por qué? Porque soy muy intensa. Y tengo miedo de darme de bruces. Me construyo un muro.

Entonces, ¿qué es lo fundamenta­l? ¿La creación?

Yo parto de mis recuerdos, de mis sensacione­s y mis raíces.

Llevas 30 años en el oficio. ¿Has cambiado de valores?

No, mantengo la misma firma desde que era pequeña.

¿Qué exige estar en la cima?

Control. Mientras el éxito corra por detrás de ti, vas bien.

Sueñas con aplicar tu imaginació­n a...

La movilidad es un campo en el que vamos a concentrar­nos mucho: motos, coches, aviones...

El diseñador... ¿como guía en lugar de como artista?

Un diseñador es alguien que escucha. No somos stars, sino gente que trabaja. El alarde constante me pone nerviosa. ■

«El miedo es cosa de los jóvenes. Hasta los 40, yo deshice temores. Después fundé mi estudio. Esos años fueron para digerir quién era. Creo en el paso del tiempo y la formación La cesta ‘Overlay Bowl’, diseñada para la línea ‘Les Petits Nomades’, de Louis Vuitton, con cuatro láminas de piel superpuest­as.

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