(R)EVOLUCIÓN LABIAL
¿Es posible revelar la personalidad a través del color de una barra? Te presentamos el nuevo OBJETO DE DESEO llamado a agitar el universo ‘beauty’ en un ejercicio perfecto de audacia, tradición y vanguardia.
En Hermès, el deseo es ‘Rouge’.
No todos los días se tiene el privilegio de ser testigo del lanzamiento de un nuevo métier d’art en la firma Hermès y de encontrarse en un mismo espacio con una representación de talentos tan inspiradora como PierreAlexis Dumas, director artístico de la marca; Bali Barret, directora artística de su universo femenino; Pierre Hardy, director creativo de calzado, accesorios y joyería, y Jérôme Touron, director creativo de belleza. Y es que en los headquarters de la maison –situados en el número 24 del Faubourg Saint-Honoré, en París–, Hermès ha convocado a un reducido número de periodistas internacionales para dar la bienvenida a su nuevo territorio beauty. ¿Su primera propuesta? Una colección de objetos dedicados a la belleza de los labios, entre los que destacan estos 24 Rouge Hermès, llamados a ser el nuevo icono de la feminidad calmada y sin estridencias. «Hoy es un momento histórico para la marca, a pesar de que la belleza siempre ha estado presente desde sus comienzos, en 1837. No olvidemos que el primer cliente de Hermès fue el caballo», concede con humor Dumas. Precisamente, aquellas sillas de montar artesanales con las que empezó esta aventura –que, por cierto, hoy siguen fabricándose– inspiraron un universo creativo donde audacia y excelencia siempre irían de la mano.
Cercano y con esa dosis de (necesaria) humildad que sólo los grandes cultivan, Pierre-Alexis Dumas nos acerca a este territorio con respeto, mimo, responsabilidad y mucha ilusión. «Estoy intentando no ser demasiado emocional, pero lo cierto es que me llena de orgullo incorporar este nuevo capítulo, para el que me he rodeado de gente con más talento que yo en todos los aspectos», comparte. Empecemos, pues, por sentar las bases de la belleza: ¿es posible definirla en todo su espectro? ¿Existe una única belleza? Difícilmente. Y menos en tiempos en los que la diversidad y la pluralidad cotizan al alza. «La belleza en Hermès es algo que viene del interior, que no se limita a la apariencia. No es únicamente un aspecto ornamental», adelanta Jérôme Touron. «Para mí algo es bello cuando transmite una emoción. Revela una forma de armonía, no es racional, y, sin duda, es inmaterial y difícil de descifrar», añade Bali Barret. «Yo creo que la belleza es la tensión entre lo natural y el artificio», culmina Pierre Hardy. Así las cosas, llega el momento de descubrir, tocar, experimentar, sentir, escuchar (sí, también los rouges à lèvres tienen un sonido muy característico cuando se abren y cierran) y hasta oler este superhéroe para los labios. «Desde el principio pensé que debía tener una forma lo suficientemente sencilla como para durar y, al mismo tiempo, que pudiera ofrecer posibilidades de combinarse y
transformarse. Debía tener una identidad propia y ser femenino, pero sin caer en un cliché de la feminidad», explica Hardy, encargado de diseñar cada una de estas joyas. Construir unas bases sólidas y duraderas, al igual que en arquitectura, era la clave para un métier nacido para crecer y diversificarse. Porque este es sólo el principio. ¿Sus credenciales? «Se trata de un objeto artesanal compuesto por 12 piezas de metal bastante complejas, ensambladas a mano, que hacen que sea un objeto duradero», cuenta Touron. Y, naturalmente, es recargable, en un firme compromiso con la sostenibilidad y el planeta en el que vivimos. Como era de esperar, el nuevo Rouge Hermès nace con una herencia de marca que este grupo de expertos ha sabido plasmar con sutileza. «Lo que nos pareció interesante cuando nos pusimos manos a la obra fue ese expertise y la historia del color que tanto nos define. Y, para ello, trabajar con la biblioteca de 75.000 colores del métier de la seda ha sido definitivo», explica Bali Barret mientras nos enseña los álbumes con todas las declinaciones de tonos que poseen. «¿A que da vértigo?», me pregunta. «La folie de la nuance! [¡La locura de los matices!]», agrega Hardy con ese sentido del humor que tanto le caracteriza. Ya se sabe que el color es todo menos una ciencia exacta... A mi pregunta de cómo lograron resumir su propuesta en 24 tonos, explican que la intención no era salir con 75, con el consiguiente mareo para las clientas en el proceso de selección. Estas dos docenas de labiales –que también hacen un guiño al número de la calle parisina donde nos encontramos– aglutinan clasicismo y modernidad a partes iguales. Y, de entre todos, hay tres llamados a ser el nuevo cómplice de tus labios: Rouge H (el emblemático rojo Hermès, casi burdeos, creado en 1925), Rouge Casaque (equilibrado, intenso e impetuoso) y Orange Boîte (ese naranja caja que nació en 1942 y que, desde entonces, se ha
En Hermès somos artesanos al servicio de la belleza útil. Y, al igual que en todas nuestras propuestas, aquí prima el nivel de exigencia por la calidad (Pierre-Alexis Dumas)
convertido en la seña de identidad de la firma). Los tres son los únicos que encontraremos en los dos acabados (satinado y mate), y la idea es sacar minicolecciones con nuevos colores cada seis meses, que irán más en línea con la tendencia del momento. Otro de los métiers d’art en los que se inspiraron fue el del cuero a la hora de dar con las texturas y los acabados –finos, fundentes y confortables– que buscaban. Los 14 satinados beben del cuero box, liso y luminoso, y los 10 mates, del doblis, de tacto suave y empolvado. El perfume que desprenden estas barras de labios es una composición a base de sándalo, árnica y angélica, diseñada para la ocasión por Christine Nagel, alma mater de la perfumería en Hermès.
¿Y cómo contribuyen a magnificar esa gestualidad tan femenina que conlleva aplicarse color en los labios? «Gran cuestión, porque la belleza es un gesto en todos los sentidos. Por eso lo que se refiere a la manipulación y a la forma de coger y tocar los objetos es importantísimo», explica
Hardy. A modo de curiosidad, trabajaron en 12 cierres con sonidos distintos (con imanes que se atraían con más o menos fuerza) y 60 fórmulas con ingredientes naturales realizadas en sus propios laboratorios hasta encontrar el equilibrio. Y, alrededor de estos preciados objetos, a los que hay que añadir un bálsamo, un brillo, un pincel aplicador y un perfilador, se unen tres accesorios de cuero (dos fundas y un espejo) dignos de coleccionista. «Lo que realmente resume este proyecto es la calidad. Es en esta materia donde queremos aportar alguna novedad», concluye Jérôme Touron. Ahora, ya sólo nos queda probarlo... ■
La selección de los colores es lo suficientemente audaz y clásica como para que desees llevar ya los labiales y quieras usarlos mucho tiempo (Bali Barret)