Cambio de modelo
La gente real salta a la primera línea de la industria ‘fashion’ y emprende una revolución A FAVOR DE LA VISIBILIDAD y la belleza del individuo.
Acabamos de cerrar lo de Burberry», le dice Sophia Maslin (27 años) a su hermana Miriam (21), mientras estira el brazo para coger un donut. Parece una reunión matutina estándar en Revolt Agency, la agencia de modelos de nueva generación que fundaron en 2017. Ambas, junto con su colega Kit Findlay (29), trabajan en casa, un pequeño apartamento en South Kensington (Londres). Como una espía, una periodista –yo– observa al grupo vía Zoom: navegan por las cuentas de Instagram de los modelos –hombres y mujeres– representados por su empresa. «Anda, ¿sabías que Jet tiene una banda de rock?», le pregunta Sophia a Kit, responsable de fichar perfiles masculinos. Este responde con tono de broma: «Y Nitin es interiorista. Deberíamos incluir enlaces a sus cuentas de YouTube y Spotify en sus porfolios online». La idea no es mala; de hecho, los directores de casting que colaboran con las firmas top cada día muestran más interés en esa información extra.
Los rostros fashion están cambiando. Se ha comprobado en las pasarelas y en las campañas de Gucci, Balenciaga o Chloé, que han apostado por gente corriente, lejos de los cánones de belleza convencionales. Para las firmas, ahora la persona que lleva el look en una producción resulta tan importante como el propio look, no se trata sólo de un lienzo en blanco en el que el diseñador proyecta su creatividad. La tendencia se observa tanto en el sector del lujo como en las propuestas de streetwear de Asos o de Zara. «Durante nuestros dos primeros años, nos surgieron trabajos, pero no con grandes clientes; colaborábamos con sellos de ropa casual», recuerda Sophia, abogada de formación, que lanzó Revolt Agency cuando todavía estaba en la universidad. Su catálogo es una síntesis perfecta de la generación a la que pertenece, veinteañeros que no pueden dedicarse a lo que les gustaría, con inquietudes y talento (para la música, la interpretación, la deco...) y de aspecto provocador, sea o no convencionalmente atractivo. «Hasta el año pasado, podías ver algunos modelos atípicos, pero nada relevante –aporta Miriam, que compagina su oficio con la carrera de Ciencias Sociales–. Sin embargo, ahora vienen a nosotros brands como Gucci, Marc Jacobs y Stella McCartney». También lo ha hecho el departamento de Luxury de la cadena de tiendas británica Selfridge. ¿Por qué? «Porque es lo que quieren los jóvenes», responde Miriam. Según un estudio de la consultora McKinsey, 9 de cada 1O centennials creen que las marcas deben
Para presentar su colección ‘resort’ 2021, Gucci no recurrió a modelos tradicionales, sino a integrantes del equipo de la propia ‘maison’ (dcha.).
CASTINGS CREATIVOS NUEVA NORMALIDAD
A la izquierda y arriba, la modelo ‘senior’ Marianne Schrøder, en el ‘look book’ de la colección de Otoño/ Invierno 20-21 de la firma The Frankie Shop.
LOS ‘MILLENNIALS’ Y LOS ‘CENTENNIALS’ RECLAMAN CAMPAÑAS DIVERSAS E INCLUSIVAS PARA SENTIRSE IDENTIFICADOS
NUEVOS ROSTROS ¿Es Louise la ‘top’ del futuro? A la izq., Ryu Aguilar posa para Marc Jacobs. Arriba, modelos de Revolt Agency, en la portada de ‘tmrw’. STREET STYLE
La firma Marni (dcha.) saltó a la calle (literalmente) para enseñarle al mundo su línea de Primavera/Verano 2021.
BELLEZA VALIENTE
En su ‘huida’ de los cánones clásicos de belleza, Gucci apuesta por modelos como la armenia Armine Harutyunyan, que ha sufrido ataques de ‘body shaming’ vía internet.