Pasos en libertad
Coco Rocha (Canadá, 1988) es como una melodía para piano. Al caminar. Mientras sonríe. Cuando habla. Al rozar, divertida, las puntas del pelo de uno de sus tres hijos (Ioni tiene 5 años; Iver, 2; Iley, casi dos meses). Cadenciosa y delicada, es un conjunto extraordinario de gestos y movimientos. Simplemente basta observar sus posturas, sus ademanes y sus miradas para saber que, si algo le apasiona, es estar frente a una cámara y hacer de su cuerpo una expresión pura con la que transmitir seguridad y motivación. Y revelarse como una verdadera artista. Así lo confirman los diseñadores con los que ha trabajado desde sus inicios, tras ser descubierta, a los 14, en una competición de danza irlandesa; el libro Study of Pose, donde demuestra su maestría capturada por el fotógrafo Steven Sebring, y la agencia Nomad MGMT y la escuela Coco Rocha Model Camp, que fundó junto con su marido, James Conran. «Sin embargo, el papel más importante y gratificante de mi vida es ser madre. Mi familia es mi universo, lo es todo: amor, apoyo; significa formar parte de algo más importante que tu propio ser. Puedo ausentarme de mi carrera una temporada y continuar sintiéndome completa. Ver a mis hijos sonreír me alegra hasta el día más desapacible». Si digo maternidad, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza? Pues la forma más profunda de amor imaginable, donde no hay lugar para el egoísmo ni la soberbia. Saca a la luz tus fortalezas escondidas y desvela miedos que ni tú misma sabías que existían. Es el mejor trabajo y el más difícil.
¿Cómo es pasar de un niño a tres?
Tener el primero es aterrador. Da igual cuanto leas o la preparación previa que realices, porque, llegado el momento, te
Esientes desprevenida. Aun así, el tiempo te demuestra que la crianza es algo intuitivo y natural, y, cuando compruebas que la situación está bajo control, te animas a por otro. Ahora, con la tercera (la pequeña Iley), James y yo ya somos unos verdaderos profesionales.
¿Qué estás aprendiendo de ellos?
Pienso que no basta con querer a los hijos, también hay que creer en ellos. Durante este último año, nos han enseñado una enorme capacidad de adaptación sin apenas quejas, la virtud de ilusionarse con cuestiones ínfimas, la creatividad para reinventar su día a día y hacerlo más motivador, una sólida escala de prioridades, la generosidad sin límite de desprenderse de su mundo y su saber disfrutar. Seamos nosotros iguales. Abramos paso para que estos pequeños maestros del aquí y el ahora nos enseñen a vivir.
¿Y qué esperas que ellos absorban de ti?
Que sean conscientes de que pueden tenerlo todo: tanto una carrera profesional satisfactoria como una maravillosa vida familiar. No necesitas renunciar a una por destacar en la otra. Piensa que yo trabajo en una industria que considera la belleza física uno de sus principales valores, y no quiero que mis hijos crean que su confianza y su autenticidad deben basarse en eso. Honestamente, la mayoría de las modelos que alcanzan el éxito poseen una gran personalidad, tienen metas a largo plazo lejos de las pasarelas y se aman a sí mismas sin importarles sus imperfecciones. Eso es lo que deseo que se lleven de mi gremio. Así que... ¿por qué limitarnos a decirles a nuestros hijos que son guapos? También son inteligentes, fuertes, valientes, amables, independientes... Escuchar las palabras adecuadas te moldea y te cambia. La modelo canadiense es el rostro de la energía positiva y la motivación. Madre de dos niñas y un niño, reivindica que crezcan con criterio y mantengan su propia PERSONALIDAD.