SHEILA LOEWE
La artesanía, la sensibilidad y el tiempo forman parte de la percepción del mundo de Sheila Loewe ( Madrid, 1974), quien desde niña sintió fascinación por una compañía que lleva su apellido desde hace 177 años. « Para mí y mis hermanas, todo lo de Loewe era lo mejor. Crecí con esta profunda admiración por lo que hacía y suponía » . Pero la presidenta de la Fundación Loewe, quinta generación de esta saga de origen alemán y primera mujer de la familia en la compañía, hace una aclaración: « La prioridad de mis padres siempre fue mi educación. Querían que nosotras encontráramos nuestras pasiones aunque no fueran dentro de Loewe » .
Licenciada en Derecho y con dos másteres, en Derecho Alemán y Dirección de Marketing, Sheila trabajó en Vitra antes de incorporarse hace una década a la Fundación Loewe, institución privada creada en 1988 por su padre, Enrique Loewe Lynch, desde donde no sólo se preserva un legado, sino que se promueve la creatividad y los programas educativos en distintas áreas culturales – este año acaban de conceder el trigésimo sexto Premio Internacional de Poesía–. Un trabajo fascinante: « Son muchísimas cosas las que aprendo a todas horas. Tengo además la suerte de trabajar con un equipo de personas entregadas y apasionadas por las distintas iniciativas que apoyamos. Es un proyecto valiente y generoso que merece seriamente la pena » . Ese mismo espíritu auténtico y decidido es el del director creativo de Loewe, Jonathan Anderson, impulsor de otra gran iniciativa cultural, el Loewe Foundation Craft Prize. « En muy pocas ediciones, el premio de artesanía se ha convertido en un referente internacional, y consigue enganchar a diferentes generaciones » .
A día de hoy, cuenta Sheila, aún le sucede que al decir su apellido, algunos creen que, por error, da el nombre de la empresa para la que trabaja. Y aunque esas situaciones le divierten, ella tiene claro que lo que siente sobre sus orígenes es « un orgullo, un ejemplo y una inspiración » .