NUEVO SEA TI B IZA Y EMPRENDEDORES
e iterando, y quiero equivocarme muchas veces, y lo antes posible para poder ir puliendo el proyecto y evolucionar. Yo soy muy fan del error”, añade. Todo ello sin olvidar la pasión y la ambición. “A veces reflexiono sobre lo poco que siento que he cambiado con respecto al chaval de veintitantos años que se quería meter en la aventura emprendedora. Yo me percibo con la misma ambición, con las mismas ganas de conquistar mercados y de que las cosas funcionen. Con perseverancia e ilusión se llega muy lejos. Y también con mucha curiosidad. Ser capaz de mirar para atrás para ver lo que se ha hecho, mirar adelante para ver por dónde van los tiros y mirar alrededor”, explica Alejandro. “Y tener pasión”, matiza Izanami. “En proyectos anteriores – señala la fundadora de Ygea Wellness School–, lo que me movía era la adrenalina: iba como el coyote, todo el tiempo corriendo porque si deja de moverse se cae por el precipicio. Ahora he transmutado esa adrenalina, que al final era como huir hacia adelante, por la pasión, por algo que de verdad me gusta, y veo que las fuerzas me nacen desde otro sitio, mucho más orgánico. Así la energía es más duradera: es menos cerilla y más hoguera consolidada. Tienes que hacer las cosas en las que te lo pasas bien: a mí me gusta crear y diseñar los procesos de gestión, pero una vez que ya están diseñados ya no soy buena, porque no me gusta esta faceta. Como no me apasiona y no me divier te, no doy el 100%. La gente que realmente funciona es la gente que se apasiona con su trabajo”. Para dos emprendedores como ellos, especializados en belleza y nutrición, sorprende ver el entusiasmo que suscita la tecnología: “Me apasiona. Estoy con toda la par te de machine learning, inteligencia ar tificial que lo está transformando todo. En salud hay ya algoritmos y robots que son capaces de diagnosticar algunas enfermedades con más precisión que los doctores. Es big data puro”, añade Izanami Martínez. “Lo que a mí me llama la atención es que, con toda esta información, la capacidad de predicción es total. Al final es estadística. Y esto abre un nicho enorme de opor tunidades para que surjan proyectos nicho: si eres buenísimo en algo, todo el mundo va a acudir a ti en ese área porque vas a ser el que más información tenga”, apunta Fernández-Luengo. Y todo ello sin olvidarse de pensar en grande: “Yo empecé con mis dos hermanos pequeños. Nosotros veíamos que había una opor tunidad estupenda en un sector que estaba anticuado y la primera apor tación que hicimos al sector fue el ser grandes. Por aquel entonces, el querer abrir 100 tiendas en un sector muy fragmentado era totalmente disruptivo, era un posicionamiento que nadie había hecho. La suer te o la visión es que encontramos ese foco y ahí nos centramos y hasta ahora”, recalca. La fundadora de Ygea apor ta una visión más personal sobre este asunto: “Una cosa en que estoy trabajando mucho es atreverme a quitar todas esas barreras y no ser yo mi propio límite. Sobre todo ahora con Bosco, mi hijo. En teoría, debería tener más miedo, bajar un poco las velas y buscar un trabajo más normal, pero ha sido más acicate, me ha desper tado más la pasión y las ganas de seguir explorando. Desde que lo tengo me siento más fuer te, me estoy quitando más barreras y me atrevo a soñar más lejos todavía”.
QUEDARSE QUIETO NO ES UNA OPCIÓN , HAY QUE RENOVARSE CONTINUAMENTE
Alejandro Fernández-Luengo