FOCO, FOCO Y FOCO… Y SI HAY DUDAS, MÁS FOCO
Las empresas que entran en procesos de crecimiento rápido están muy focalizadas en nichos de mercado o en áreas geográficas determinadas y tienen relaciones muy estrechas y fuertes con sus clientes. “Se caracterizan por tener un grado de focalización muy fuerte en su estrategia”, apunta Juan Luis Segurado, investigador del IESE. Una empresa de alto crecimiento tiene planes de crecimiento agresivos y, generalmente, está asociada al lanzamiento de nuevos productos y/o servicios al mercado. Son empresas donde la oportunidad detectada es muy elevada. “Se orientan a mercados grandes y en crecimiento, identificando segmentos de mercado concretos que están dispuestos a pagar por sus soluciones. “Y al mismo tiempo, también operan en sectores que son estructuralmente atractivos. Entonces, son capaces de sostener su ventaja competitiva. Y todo esto es posible porque se configuran como empresas que están lideradas por un equipo promotor de alto rendimiento, donde hay un fuerte encaje en las aspiraciones de los componentes del equipo. Tienen las capacidades para asumir riesgos, para gestionar los factores críticos de éxito del negocio porque los conocen. Son profesionales que están muy conectados con los diferentes eslabones de la cadena de valor que supone la oportunidad”.