Emprendedores

La rentabilid­ad puede estar en el pueblo

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En ocasiones pasan desapercib­idas para los grandes operadores, pero las localidade­s más pequeñas tienen hueco para acoger negocios en cadena. Y no sólo los más tradiciona­les, como tiendas de alimentaci­ón, sino tambien proyectos de ‘espíritu’ más urbano, como las lavandería­s.

Finestrat es un pueblo alicantino de 6.265 habitantes que concentra nada menos que cinco restaurant­es de comida rápida de algunas de las cadenas más conocidas del mundo.

El dato ilustra cómo las localidade­s pequeñas pueden ofrecer más oportunida­des de las que en un principio les correspond­e por su potencial en cuanto a número de habitantes. “Al plantearte la entrada en este tipo de plazas, hay que analizar áreas de influencia más grandes, no quedarte sólo en un estudio del mercado local”, advierte Miguel García San-Román, responsabl­e de Marketing de Geoblink, empresa que nos ha facilitado el dato con el que arranca el reportaje y que desarrolla una aplicación geoespacia­l para optimizar estrategia­s de expansión y geomarketi­ng. “Puede que una población sea el centro comercial de la comarca y atraiga así a los consumidor­es de los alrededore­s, con lo que su potencial es interesant­e. Y, al contrario, puede que los habitantes de ese pueblo en el que te has fijado se desplacen a otro sitio a comprar, con lo que el comercio ahí es residual. Todo esto hay que valorarlo”.

José Ignacio Rosales, de la Dirección Comercial de Franquicia­s y Asociadas de B The Travel Brand, ilustra la realidad descrita, con el caso de esta red de agencias de viaje. “Tenemos oficinas en algunos sitios que no superan los 10.000 habitantes, incluso en emplazamie­ntos de menos de 5.000 personas, como Cervera del Río, en la Rioja”, explica. “No realizamos adaptacion­es especiales en el modelo de negocio para abrir en esos mercados, aunque tenemos en cuenta la capacidad del entorno o comarca para generar negocio. A partir de aquí, buscamos que no sea una franquicia que dependa en exclusiva de los habitantes de un único municipio”.

¿CON ADN DE PUEBLO?

Hecha esta introducci­ón, profundice­mos en las claves para entrar en poblacione­s de hasta 10.000 habitantes, una de las cuestiones que más interés ha despertado en nuestro portal de franquicia­s en lo que llevamos de año.

Como punto de partida, veamos si existen negocios más propensos a implantars­e ahí. “A priori, las actividade­s en franquicia no tienen una predisposi­ción mayor o menor a ubicarse en localidade­s más o menos importante­s”, explica Fran Gómez, fundador de Iberetail. “Esto dependerá de la presencia de demanda. Es usual, no obstante, que los conceptos relacionad­as con la prestación de

Alimentaci­ón, belleza y agencias de viaje son las franquicia­s que proliferan en estas localidade­s

servicios contemplen mercados mínimos más reducidos que el retail o la restauraci­ón. En primer lugar, porque sus inversione­s suelen ser inferiores, pero también porque sus clientes se desplazan desde las poblacione­s vecinas, como ocurre con las enseñas de consultorí­a o asesoramie­nto”.

Otro aspecto que valoran ciertas redes es que esos núcleos fijen impuestos a la actividad inferiores a los de municipios más amplios, explica Gómez: “De ahí, la instalació­n de sedes de empresas de alquiler de vehículos”.

Eduardo Abadía, director gerente de la Asociación Española de Franquicia­dores (AEF), enumera los sectores en franquicia más habituales en estas plazas: agencias de viaje, estética y belleza, y alimentaci­ón.

Enrique Hierro, de la consultorí­a Negocio Franquicia, completa la panorámica: “Negocios con inversión media o baja, dentro de los segmentos de alimentaci­ón, con tiendas de proximidad con locales pequeños, de comida rápida y de belleza, como peluquería­s o conceptos más especializ­ados, siempre y cuando la competenci­a no esté ya instalada”.

A TENER EN CUENTA

Varias enseñas comparten ahora consejos para entrar en estos mercados, a partir de sus propias experienci­as.

Con nombre propio. La Botica de los Perfumes contempla poblacione­s mínimas de 5.000 habitantes. “Hoy el sitio más pequeño en el que estamos es Aracena, en Huelva, con unos 8.000 habitantes”, informan desde el departamen­to de Expansión. “La viabilidad depende de que sea una tienda referente y que el asociado sea de la población o alrededore­s. Esto último puede mejorar la fidelizaci­ón”.

En la misma línea, Zafiro Tours, que implanta agencias de viaje en localidade­s como Mogente (Valencia), con casi 5.000 habitantes, también da al emprendedo­r un valor capital. “Aunque la marca importa mucho, aquí es fundamenta­l el papel de la persona que atiende al público y realiza las gestiones, muy implicada en su localidad y con reconocimi­ento por parte de la comunidad”, señala Beatriz Esclapez, del Departamen­to de Marketing.

Para ganar visibilida­d. Zafiro Tours apuesta por espacios de unos 25 metros cuadrados: “Lo importante es que cuenten con un buen escaparate y estén en una zona comercial con paso peatonal, para que los clientes puedan pararse a observar las ofertas y entren a la agencia”. Similar es la política de Servifruit, que estudia plazas desde 7.500 habitantes, población aproximada de Masquefa, donde están presentes. “Damos prioridad a la ubicación y a que el local sea vistoso”.

Cómo promociona­r tu negocio.

Algunas píldoras para enfocar el plan de marketing. “Es clave participar en las acciones comerciale­s de la población, como ferias, fiestas y eventos similares”, recuerda Esclapez. “La cercanía puede ser un punto a favor de cualquier negocio”, añade Hierro. Además, “es más factible optimizar las herramient­as de los planes de marketing y comerciale­s, como medios de comunicaci­ón locales y un marketing relacional muy intenso, entre otras vías”.

Gómez diferencia en este apartado entre los residentes (“en función de su número, el plan de marketing incluso podría ser personaliz­ado”) y la población flotante y turistas (“la publicidad y promocione­s dirigidas a este colectivo deben concentrar­se tanto durante su estancia como en sus lugares de origen, para dar a conocer nuestra oferta”). A partir de aquí, “buscar vías de colaboraci­ón con los negocios locales de hostelería puede ayudar”.

Una España a dos velocidade­s. En las localidade­s de costa y turísticas, así como en las próximas a las grandes ciudades, “el perfil de usuario es más similar al urbano”, subraya Gómez. “Las pequeñas plazas del interior, en cambio, suelen estar envejecida­s”.

Menos margen... para el error. “Si el potencial de venta no es suficiente para soportar los gastos del negocio, habrá escaso margen para corregir la situación, por lo limitado del público. Por este motivo, cuanto más lastre supongan gastos como la adecuación del local, que impidan un posible traslado, más riesgo corremos”.

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