Innovar sin errores: es la ‘prueba-acierto’
La innovación empresarial es como la felicidad de la persona: No es un destino concreto, es el camino que recorres día a día
Estamos viviendo un momento en el que todos los agentes del ecosistema están exigiendo a los emprendedores que sean innovadores. Los modelos de negocio tienen que ser complejos, disruptivos y escalables. Se diría que si no desarrollas un proyecto sorprendente y muy distinto casi pareces el tonto del pueblo.
Y quien reclama esta innovación como algo imprescindible son las Administraciones, las instituciones financieras y (hay que ser autocríticos) también los medios de comunicación. Esta exigencia encierra una gran paradoja. Lo comentaba hace poco con un responsable de un gran banco y estaba de acuerdo: estamos exigiendo innovación a los emprendedores nuevos, pero para darles financiación tienen que garantizar resultados. ¿Y cómo puedes garantizar resultados si tu actividad es tan innovadora que nunca se ha hecho? Por un lado te exijo que seas distinto y por el otro te lo impido...
Aún así, en la generación de empresas nuevas en España hemos progresado de un modo vertiginoso en los últimos años. Tenemos cada vez más empresas muy innovadoras y, por suerte, también muy ambiciosas. Tanto que en la revista tenemos dificultades por exceso de proyectos y no nos caben todos los que se merecerían aparecer en nuestras páginas y en nuestra web. Respecto a la innovación, debemos abordar un profundo cambio de mentalidad. Convendría quizá ‘arrancarnos la cabeza y volver a instalárnosla’ para mejorar el concepto. En muchas empresas todavía hay demasiadas reticencias para el cambio. No se deciden a incorporar ninguna innovación mientras no estén seguros de que va a funcionar al 100%. Es una reformulación de la famosa dinámica ‘prueba-error’. Muchos están instalados en la ‘prueba-acierto’ (sólo pruebo lo que estoy seguro de que funciona, lo que he hecho previamente... lo nuevo no es para mí ni para mi empresa).
La innovación empresarial es como la felicidad de la persona: no es un destino concreto, es el camino que recorres día a día. Los nuevos procesos, los avances tecnológicos, las innovaciones de gestión deben incorporarse como una filosofía en la empresa. Una filosofía de cambio continuo. De mejora continua, más bien.
El mercado se ha vuelto más dinámico y cambiante que nunca. Hay quien dice que es inestable, nosotros decimos que con olas el mar está más divertido. Este mes ofrecemos un dossier sobre transformación digital. Quizá el mejor ejemplo de cambio generalizado, que nadie puede dejar de lado. Hoy la vida es digital, tanto para los que se dedican plenamente a eso, como para los que tienen un negocio tradicional, por muy boyante que sea.