Menos samba y más trabajar
No me parece cierto que los emprendedores ya no quieren cambiar el mundo. Lo están haciendo poco a poco y con los pies en el suelo
Para la gente de mi generación hay un mítico gag televisivo de los años 80 en el que Emilio Aragón (entonces cómico, hoy empresario) hacía el papel de un dictador caribeño arengando a su pueblo. Les decía que la situación económica del país era de pobreza absoluta y que la única salida era “menos samba e mais trabalhar”... Al repetir varias veces ese mensaje, finalizaba cantando y bailando una samba él mismo. El vídeo merece la pena y está en youtube por si no lo has visto (en ese caso casi seguro que eres muy joven o no eres español).
El emprendedor es la figura contraria. Es quien más trabaja, quien más esfuerzo y riesgo asume y quien más vinculado está en el proyecto. Y esto es así siempre. Predica con el ejemplo, al contrario que el protagonista del chiste. Por todo esto, y más cuestiones, el término emprendedor ha dignificado la figura del empresario en nuestra sociedad. Y también ha transformado por completo su imagen. Ya poca gente ve en los emprendedores el arquetipo de explotador de los trabajadores que ha pesado tanto en el empresariado durante tanto tiempo. Se han roto, además, las barreras para acceder a la creación de empresas y ahora ya no asume nadie la idea de que el empresario tiene una determinada clase social o unas ideas políticas concretas. El emprendedor español compite ya en el mundo global y en las altas tecnologías (hay varios ejemplos de eso en la revista que estás leyendo) sin los complejos de inferioridad que tanto han pesado en nuestra historia. Y todo ese cambio es fruto de la coherencia. Los emprendedores son mejor vistos que nunca porque se ha producido una mejora de los valores en nuestras empresas. Y pensar esto no es pecar de ingenuidad. Somos mejores y vamos a progresar. Lo hacemos en todos los ámbitos: en el impacto ambiental, en la responsabilidad social, en el cumplimiento de las normativas, en la captación y retención de talento... y también en la ambición. Me refiero a la ambición sana que hace superarnos día a día.
En este número de la revista entrevistamos a Esteban Redolfi, director ejecutivo de 4YFN, que además de darnos luz sobre nuevas tendencias, afirma que los emprendedores “ya no quieren cambiar el mundo, su aspiración es más realista, sólo pretenden crear un negocio de éxito”. No quiero sacar de contexto esta declaración. Redolfi se refiere a que los proyectos son más serenos y enfocados. Su comentario sí me lleva a una reflexión: el mundo se cambia paso a paso con negocios sostenibles. Son los emprendedores quienes nos están cambiando la vida con sus productos y servicios, con su esfuerzo diario y su compromiso. Y también con su alegría: son los inventores del ‘Más samba y más trabajar’.