Debes tener previsto, desde el principio y a futuro, cómo captar talento para desarrollar tu negocio
de negocio, ¿cuánta inversión necesitaré y cuánta caja consumiré? “Hay modelos web –explica García– que no requieren mucha inversión y otros, sí. Por ejemplo, el mercado de las bicis requiere grandes stocks, que es lo que está matando a esas empresas. Puedes vender una bici y generar un margen del 70% cada vez que vendes una, pero te obliga a tener tantas bicis en el stock que necesitarás financiarlas. Por eso, hay determinados negocios que necesitan tener recurrencia que les permita tener mucha rotación porque cuando el stock está parado, muere. Los negocios digitales tienen la ventaja de que no necesitan tener un stock fuerte, lo que hace que consuman menos caja. Pero, a cambio, tienen la desventaja de que se enfrentan a la competencia, a la diferenciación, a que te conozcan y eso cuesta mucho dinero”.
FIJOS, VARIABLES, DIRECTOS, INDIRECTOS, HUNDIDOS…
Más allá de los ‘clásicos’ costes fijos, variables, directos, indirectos…, García explica que la llegada de ese primer cliente –para lo que necesitarás hacer una inversión en marketing para que te conozcan en el mercado– implica una complejidad muy relevante y también mucho dinero. “Es lo que llamo coste hundido: haces todo el esfuerzo y si no consigues ventas, pierdes todo lo invertido.”. Y junto a ese coste, también están los costes recuperables. “Imagina –dice García– que gastas dinero en stock de bicis, que podrá vender después cuando hayas cerrado el negocio. O has invertido 10.000 euros en acondicionar una oficina y no has sido capaz de vender nada, esos 10.000 los pierdes. Esos son hundidos. Imagina en el ámbito industrial, que inviertes en maquinaria, pero no vendes. Es cierto que luego tendrá un valor en el mercado de segunda mano, pero será un valor muy deteriorado y difícil de recuperar para nuevas inversiones”.