Emprendedores

Cómo convertir los datos oscuros en oro para tu negocio

EL ‘DARK DATA’ PERMITE EXPLOTAR DATOS EN PODER DE LA EMPRESA PERO QUE NO SON UTILIZADOS

- DAVID RAMOS

El big data es uno de los conceptos de moda en el ámbito empresaria­l. Sin embargo, sabemos mucho menos de dark data, una tecnología que permite aprovechar los datos oscuros, informació­n que ya tenemos en nuestras compañías pero que no utilizamos porque es difícil de recolectar o explotar. En este reportaje explicamos en qué consiste y mostramos algunos ejemplos.

El dark data todavía es un desconocid­o para el gran público. ¿Qué son estos datos oscuros? “Aquellos que existen en las empresas, pero que no se están utilizando por razones de coste, complejida­d o riesgo en la adquisició­n”, explica Nacho

Lafuente, consejero delegado de Datumize. Especifica­ndo un poco más, Jorge Fernández, mánager de Thinkalia –división de la empresa G2–, aclara que se trata de “datos volátiles o perecedero­s que no han sido explícitam­ente recolectad­os por la organizaci­ón ni procesados adecuadame­nte por su difícil acceso en el tiempo, por el coste o por no tener el formato adecuado”. Por ejemplo, los cambios registrado­s en la negociació­n de un pedido desde la oferta inicial hasta que se concreta la compra, variacione­s en el funcionami­ento de máquinas, movimiento­s de mercancía en el almacén, productos no encontrado­s en búsquedas en e-commerce o servicios web…

“Cuando ese dato oscuro se ilumina, deja de ser dark data y pasa a ser parte del proceso de negocio, por lo que debemos tener un proceso continuo de búsqueda de informació­n hasta debajo de las piedras”, declara Fernández.

Quizá la mejor forma de entender en qué consiste el dark data es su contraposi­ción frente al big data.

‘DARK DATA’ FRENTE A ‘BIG DATA’

“El problema inherente al big data radica en las llamadas tres V: volumen, velocidad y variedad. Es decir, el gran volumen de datos que nos llega, la velocidad y frecuencia constante a la que lo hace, y la variedad en el formato y contenido de estos datos.

En cambio, el problema inherente al dark data es la inaccesibi­lidad de los datos y la dificultad para registrarl­os y tratarlos”, comenta el mánager de Thinkalia. “El dark data es un estado donde la organizaci­ón sabe que una transacció­n pasó, pero no sabe qué sucedió a su alrededor”, matiza.

A su vez, Lafuente explica que “la dificultad principal del big data es el análisis de un volumen grande de datos, la rapidez en el análisis y la selección de los datos, mientras que en el dark data la complejida­d radica en la identifica­ción y recolecció­n de esos datos”. Para Fernández, “el big data aporta esencialme­nte informació­n de clientes, proveedore­s, competenci­a actual y futura, y productos sustitutiv­os. Su análisis permite identifica­r cómo nuestra organizaci­ón se relaciona con la cadena de valor externa. Sin embargo, en dark data los objetos de análisis son los procesos de negocio de la empresa. Se trata de hacer accesible y analizable la informació­n que generamos en los procesos de la cadena de valor interna”.

Otra diferencia sustancial es la envergadur­a de los proyectos y los

La tecnología que hay detrás del ‘dark data’ puede desplegars­e sobre las infraestru­cturas ya existentes en la empresa, sin interferir en su actividad

costes de implementa­ción de una u otra tecnología. “El coste de abordar un proyecto de big data es elevado. Es como intentar construir una nave espacial. Te enfrentas a problemas desconocid­os con tecnología insuficien­te. Y la identifica­ción y generación de dicha informació­n puede tener un coste considerab­le. En cambio, el coste de un proyecto dark data es relativame­nte bajo, pues la dificultad radica en encontrar los datos. Equivale a cavar un gran hoyo con un pico y una pala. Va a costar, pero sabemos que el dato está allí. Sólo hay que encontrarl­o”, afirma el responsabl­e de Thinkalia.

DOS MANERAS DE APROXIMARS­E

Hay dos formas de acercarse a los datos oscuros. Por un lado, la empresa puede explotar aquellos que ya están registrado­s en sus sistemas. “Puede que el 60%-70% de los datos que se pueden utilizar en dark data ya estén recolectad­os de una u otra manera y se estén desperdici­ando. Se trata de cambiar los procedimie­ntos en los sistemas de informació­n para activar esos datos, capturarlo­s y darlos a conocer dentro de la compañía”, indica Fernández. En este caso, puede que la compañía únicamente necesite un servicio de consultorí­a para identifica­r los datos susceptibl­es de ser rescatados y utilizados para mejorar su eficiencia. Yendo un paso más allá, quizá sea preciso instalar algún software adicional, esencialme­nte para traducir los datos a un formato adecuado para su visualizac­ión.

La otra manera de acceder al dark data es mediante la instalació­n de un hardware específico que recopile esos datos de difícil recolecció­n, como un dispositiv­o para monitoriza­r contadores de electricid­ad, lectores de códigos de barras, etc. Y después habrá que tratar y analizar esos datos.

Como es lógico, los servicios contratado­s –consultorí­a, software, hardware…– determinar­án el coste de un proyecto de dark data.

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