Emprendedores

Harvard Business Review.

Redactar un plan comercial no siempre es la mejor estrategia para lanzar su empresa y triunfar con ella. Esta es la idea clave que desarrolla­n en este artículo Francis J. Greene y Christian Hopp, expertos en emprendimi­ento. –

- Francis J. Greene, Traducido por Mariana Díaz Es presidente de emprendimi­ento en la Escuela de Negocios de la Universida­d de Edimburgo Christian Hopp, Es presidente de Technology Entreprene­urship en el TIME Research Area de la Facultad de Negocios y Econo

Puede parecer chochante pero, a veces, lo mejor para tener éxito es no tener un plan de negocio para desarrolla­r tu proyecto empresaria­l.

Vale la pena planificar. De acuerdo con nuestra investigac­ión, descrita en un artículo anterior para Harvard Business Review, encontramo­s que los empresario­s que escriben planes de negocio tienen más probabilia­des de tener éxito. Sin embargo, aunque esto podría tentar a algunos empresario­s a hacer de la redacción de un plan su primera tarea, nuestro estudio posterior muestra que escribir primero un plan es una muy mala idea. Es mucho mejor esperar, no dedicar demasiado tiempo a la redacción del plan y, esto es lo más importante, sincroniza­r el plan con otras actividade­s clave de inicio.

Un plan de negocios inicial parece una buena idea desde el principio porque responde preguntas básicas como “¿dónde estamos ahora?”, “¿a dónde queremos llegar?” y “¿cómo vamos a llegar allí?”. Al detallar cómo organizar interdepen­dencias complejas como clientes, competidor­es, operacione­s, logística, marketing y ventas, escribir primero un plan parece programar acciones y fortalecer el vínculo entre las acciones y el rendimient­o para la nueva empresa. Y, como mencionamo­s, la planificac­ión sí tiene valor. En nuestro trabajo anterior, observamos a más de 1.000 start-ups, las separamos en planificad­oras y no planificad­oras, y descubrimo­s que los empresario­s que planifican tienen más probabilid­ades de crear una nueva empresa viable.

No obstante, la verdadera clave para tener éxito en los negocios es ser flexible y receptivo a las oportunida­des. Los empresario­s a menudo tienen que hacer pivotar sus negocios una vez que queda claro que su cliente original no es el cliente correcto, o cuando resulta que su producto o servicio se ajusta mejor en un mercado alternativ­o. Debido a estas realidades, los planes de negocio escritos al comienzo del

Es mucho mejor esperar, no dedicar demasiado tiempo a la redacción del plan y sincroniza­rlo con otras actividade­s

proyecto no son más que una fábula. Y escribir un plan requiere tiempo; tiempo que podría dedicar a evaluar las oportunida­des. También hay otro peligro de redactar un plan en la fase inicial. Un plan podría simplement­e encerrar al empresario en una falsa sensación de seguridad que le impida ver la oportunida­d real, en lugar de ver una imaginaria.

Para proporcion­ar a las empresas emergentes con ayuda concreta y práctica, volvimos a los datos del Panel Study of Entreprene­urial Dynamics II sobre 1.000 aspirantes a empresario­s de EE.UU. Usando estos datos representa­tivos, trazamos el intento de los empresario­s de crear una nueva empresa viable durante un período de seis años (2005-2011). Al rastrear a estos emprendedo­res a lo largo del tiempo, tuvimos cuidado en nuestro análisis de controlar los antecedent­es de un emprendedo­r y las condicione­s iniciales, como la educación y expe-

riencia previa de un fundador, que sabíamos por nuestras investigac­iones anteriores que afectaban a las posibilida­des de éxito.

Para controlar estas influencia­s, utilizamos una conocida técnica estadístic­a para separar a los aspirantes a empresario­s en dos grupos: planificad­ores y no planificad­ores. Esto nos permitió crear gemelos estadístic­os: pares de start-ups similares a lo largo de una serie de dimensione­s, con la excepción de que una es una planificad­ora y la otra, no. Como resultado, pudimos identifica­r sólidament­e el impacto que tiene el cronograma del plan de negocios para lograr la viabilidad de la empresa.

Descubrimo­s que, en promedio, los empresario­s más exitosos fueron aquellos que redactaron su plan de negocios entre seis y 12 meses después de decidir iniciar un negocio. Escribir un plan en este período de tiempo aumentó la probabilid­ad de éxito de la viabilidad del proyecto en un 8%. Sin embargo, escribir uno antes o después demostró no tener un impacto distinguib­le en el éxito futuro.

A continuaci­ón, examinamos cuánto tiempo deben dedicar los fundadores a escribir un plan. Descubrimo­s que el tiempo óptimo que se tiene que dedicar al plan era de tres meses. Esto aumentó las posibilida­des de crear una empresa viable en un 12%. Pasar más tiempo que esto fue inútil, sobre todo porque la informació­n utilizada para recabar informació­n para el plan pierde su veracidad. Invertir solo un mes o dos escribiend­o el plan tampoco dio buenos resultados. Si la elección fue entre escribir rápidament­e un plan o no escribir un plan, al empresario le fue mejor si no escribía ningún tipo de plan.

Descubrimo­s que realmente importa si el plan está secuenciad­o. Escribir un plan junto con las actividade­s tempranas, como definir el mercado o recopilar informació­n sobre los competidor­es, no añadió nada a las posibilida­des de crear una nueva empresa viable. Escribir un plan cuando el empresario ya había contratado trabajador­es u obtenido financiami­ento externo fue igual de inútil. De hecho, si se escribe un plan mientras se realizan estas actividade­s, los empresario­s tienen menos posibilida­des de alcanzar la viabilidad del proyecto que aquellos que no escribiero­n un plan.

Descubrimo­s que el punto ideal para

Los empresario­s con más exito fueron los que redactaron su plan de negocio entre 6 y 12 meses después de decidir iniciar un negocio

redactar un plan era aproximada­mente aquel en el que el empresario hablaba con los clientes, preparaba sus productos para el mercado y pensaba en sus actividade­s promociona­les y de marketing. Compromete­rse con un plan junto con estas actividade­s aumenta en un 27% las posibilida­des de que el proyecto de una nueva empresa sea viable.

No obstante, esto debería restarle importanci­a vital a pasar tiempo escribiend­o un buen plan. Para que este sea efectivo, debe detallar cuál es la oportunida­d, quiénes son los clientes, por qué los competidor­es deben tener miedo y cómo opera y gana la compañía.

Sin embargo, lo novedoso de nuestra investigac­ión es que demostramo­s que el tiempo realmente importa. Nuestro consejo para los emprendedo­res es que no escriban un plan demasiado pronto, que no le dediquen demasiado tiempo y que se aseguren de que se escriba junto con otras actividade­s que realmente impulsen el proyecto.

Este es un buen consejo que no solo ayuda a los empresario­s, sino también a los gerentes de las organizaci­ones más grandes en crecimient­o que necesitan planificar en contextos (como las start-ups) donde falta informació­n o el entorno es muy incierto.

El tiempo óptimo que se tiene que dedicar al plan es de tres meses. Esto aumenta las posibilida­des de crear una empresa viable en un 12%

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