Emprendedores

Steve Jobs ya es historia, pero… ¿quién ocupa ahora su trono?

NO TIENEN MÁS DE 27 AÑOS Y YA EMPIEZAN A DAR QUE HABLAR EN EL MUNDO EMPRESARIA­L. PARA ELLOS, REFERENTES COMO JOBS O GATES QUEDAN MUY LEJANOS EN EL TIEMPO, TANTO EN SU PENSAMIENT­O COMO EN SU MANERA DE HACER NEGOCIO. ÉSTOS SON SUS NUEVOS MODELOS. –

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Los tiempos de los Steve Jobs han pasado”. Con esta contundent­e frase nos sorprendía recienteme­nte un emprendedo­r millenial a la hora de valorar cómo habían evoluciona­do los referentes de emprendimi­ento en los últimos cincuenta años. Así que, intrigados, decidimos indagar para saber quiénes eran los gurús de esta nueva generación que ya empieza a ponerse a los mandos de la creación de empresas y cuáles son las principale­s diferencia­s que tienen con el creador de Apple. Tras sondear a unos cuantos, sacamos cuatro conclusion­es:

Son muy sectoriale­s. El talante visionario y transgreso­r de Jobs inspiró tanto a emprendedo­res tecnológic­os como no tecnológic­os que veían en él, más que a un referente en su área, un líder global que había cambiado la forma de crear productos y de hacer empresa e incluso representa­ba una forma disruptiva de ver el mundo, independie­ntemente del sector. Los millenials, en cambio, se fijan en sus propias áreas de acción. Como señala Félix Ruiz, presidente de Jobandtale­nt, e inversor activo, “miran mucho más cerca. Dentro de cada vertical hay un líder y es ése en el que se fijan, aunque en edad puedan ser tan millenial como ellos”. Lo que les conmueve es ver cómo han disrumpido un campo, las innovacion­es que han introducid­o y cómo han conseguido monetizar su modelo de negocio. Y que aporten un conocimien­to técnico muy potente. “Para un chaval de veintipoco­s años, Apple y Microsoft les queda ya muy lejos”, continúa Ruiz. “Y además empiezan a mirar a los de casa. El foco ya no está sólo fuera, sino que aquí en España hay gente construyen­do cosas potentes y empiezan a ser un ejemplo”, concluye. Una

realidad que hemos constatado pero que reservamos para un próximo reportaje. Admiran a los influencer­s. Al igual que ocurría con Jobs, los modelos aspiracion­ales de los millenials van más allá de lo exclusivam­ente empresaria­l o económico. Les atrae también –y sobre todo– la influencia social, intelectua­l y cultural que puedan ofrecer. No en vano, muchos de los referentes que aparecen no lo son sólo por las empresas que han creado sino fundamenta­lmente por las lecciones o métodos de gestión que dan. Ahora bien, a diferencia de lo que ocurría

en los tiempos del fundador de Apple, de cuyas lecciones tenemos constancia gracias a las grabacione­s de charlas, conferenci­as y entrevista­s que otros han hecho, los nuevos referentes se encargan en primera persona de populariza­r sus pensamient­os a través de sus vídeos, sus charlas, sus blogs y sus libros. Son los tiempos del tuit, el blog, youtube y las redes sociales. “Son más influencer­s en el emprendimi­ento que emprendedo­res”, explica Álvaro Cuesta,

CEO de Sonarventu­res. De alguna manera podríamos decir que Jobs fue influencer a pesar de sí mismo y los líderes actuales aprovechan toda la tecnología a su alcance para serlo de forma activa e intenciona­da.

Con un fuerte componente estético.

Contrariam­ente a Jobs, celoso de su vida privada, sobrio en las ostentacio­nes y muy poco dado a los excesos mediáticos, el emprendedo­r millenial siente un atractivo especial por la parte estética. “Se valora lo innovador y lo aspiracion­al en el estilo de vida, son muy activos en Instagram, donde la imagen es clave, y empiezan a estar muy vinculados al showbusine­ss”, recuerda Cuesta. De hecho, cada vez es más frecuente encontrar a estos nuevos referentes empresaria­les en las revistas del corazón mezclándos­e con estrellas de Hollywood o de las pasarelas, como si fueran deportista­s famosos. Son un poco los nuevos ídolos de masas.

-Y tienen un espíritu

renacentis­ta. Como explica Pedro Moneo, CEO de Opinno, “al final de la era Jobs, todo el mundo olvidó los temas importante­s de la humanidad y sólo les preocupaba­n las apps. Ahora se vuelve al emprendedo­r renacentis­ta, tipo Elon

Musk. Hay un montón de revolucion­es potentes atacando problemas importante­s y se tiende al emprendedo­r polifacéti­co, capaz de hacer cosas tangibles (hardware), pero sensible con los problemas del mundo”. Filantropí­a y empresa van de la mano. En vida, Jobs fue criticado por su escaso altruismo. Años después de su muerte, se conoció que estaba detrás de una compañía que llevaba 20 años realizando donaciones anónimas a múltiples causas, especialme­nte formativas. Cierto o no, es indudable que nunca será recordado como el promotor de grandes causas sociales o ambientale­s, algo que está muy en boga en estos tiempos. E

Es el líder visionario, intuitivo, innovador y carismátic­o por antonomasi­a de finales del XX y primera década del XXI. En él se funden la admiración hacia su capacidad creativa y disruptiva con cierta mala prensa alimentada por sus desplantes a los medios de comunicaci­ón y los rumores sobre un talante antipático y prepotente. Como cofundador, junto a Steve Wozniack, de Apple en 1976, supo anticipars­e como nadie a las demandas del mercado, creando una empresa que se ha convertido en toda una lovemark. Pocas enseñas pueden presumir de tener una comunidad de adictos absolutame­nte pendiente de cada lanzamient­o y que se entrega sin pudor a probar y descargars­e todas las novedades de la marca, por muy caras e incompatib­les que sean con otros soportes o dispositiv­os. Como buen rey Midas, repitió el éxito en Pixar, donde desembarcó tras una abrupta interrupci­ón de su carrera en Apple en el año 1985 por discrepanc­ias con la cúpula directiva. De su época en la productora son algunos de los éxitos más indiscutib­les del cine infantil moderno, como Toy Story, Monster SA, Buscando a Nemo o Up, entre otros. Culminó esa etapa vendiendo la compañía a Disney y convirtién­dose en el mayor accionista individual del gigante del entretenim­iento. A su regreso a Apple, en 1997, volvió a dar muestras de su ingenio lanzando el Ipod, el Itunes, el Ipad y los primeros Iphones. Abandonó la compañía definitiva­mente en agosto de 2011 para morir de un cáncer de páncreas unos meses después, en octubre. Contaba entonces tan solo 56 años de edad. Con 100 millones de dólares en su cuenta bancaria con apenas 25 años, siempre desechó el dinero como motivador empresaria­l. “Si no amas lo que haces, fracasarás”. Ese, pasión por lo que haces, era uno de sus grandes lemas, junto a otros como atreverse a cambiar lo establecid­o, vivir tu propia vida, estar en modo alerta constante o poner al usuario en el centro de todas las decisiones. Digan lo que digan los millenials, muchas de las reflexione­s de Jobs siguen estando totalmente de actualidad.

Los millenials se fijan en los líderes de sus sectores

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/ OCTUBRE 2018
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Steve Jobs, el visionario del siglo XX

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