Poner el modo avión una vez por semana aumentará su productividad
Neil Pasricha relata en este artículo cómo utiliza una de sus técnicas más eficaces para conseguir aumentar su productividad en el trabajo. Es lo que ha llamado ‘días de desconexión’. –
Odio las reuniones, se quedan en mi subconsciente, ocupando espacio. Les dedico tiempo y tomo notas en mi cuaderno. Viajo para asistir a ellas y luego de vuelta, durante mis días laborables. ¿Y la mayoría de reuniones qué es lo que suelen tener como resultado? Lo ha adivinado, más reuniones.
Cuando trabajé como director de Desarrollo de Liderazgo en Walmart, mis días estaban llenos de reuniones. ¡Y los de todo el mundo! Cuando renuncié a mi puesto hace dos años para dedicarme a la escritura y a ser ponente, pensé que mis días repletos de reuniones habían quedado atrás.
ESTABA EQUIVOCADO.
A día de hoy, mis días se componen de llamadas de investigación y entrevistas telefónicas; almuerzos con agentes literarios y desarrolladores web; teleconferencias sobre títulos de libros y calendarios de publicación; y entrevistas de radio y llamadas de preparación para atender a los medios. Y antes de cada discurso que doy, siempre hay una reunión con el cliente y el planificador de reuniones para aclarar los objetivos y la logística del evento.
LA VERDAD ES QUE LAS REUNIONES NUNCA DESAPARECEN.
Sin embargo, el problema es que ahora estoy metido casi exclusivamente en mi producción creativa. ¡Y no tengo tiempo para eso! Tampoco es algo que solo me pase a mí. A medida que nuestro mundo se vuelve más activo y nuestros teléfonos vibran cada vez más, la atención y producción creativa se está convirtiendo en el recurso más escaso para todos nosotros. Y si no se toma el tiempo necesario para crear algo nuevo y hermoso, entonces su valor disminuye rápidamente.
Solía ser una de esas personas que se “despiertan a las 4 a.m.” o que “siguen trabajando hasta las 4 a.m.”, de esas personas que trabajan durante horas mientras todos los demás duermen. Así es como escribí 1.000 publicaciones de blog en 1.000 días. No obstante, ahora entiendo que una persona solo puede conducir por el carril exprés durante un tiempo determinado antes de que se salgan las ruedas.
Ya no soy ese tipo de persona. Ahora cuando llego a casa después del trabajo, dedico tiempo a mi esposa y a mis dos niños pequeños. Nada es o será tan precioso para mí como mi familia y me resulta extraño que haya gente que no guarde tiempo para sus seres queridos. Me di cuenta de que lo que necesitaba era una forma práctica de hacer más trabajo sin utilizar más tiempo. Y, para ser honesto, lo necesitaba rápido. ¿Por qué? Porque en mi primer año como autor a tiempo completo, comencé a sentir que mi productividad empeoraba, a pesar de que había renunciado a mi trabajo a tiempo completo. Esto no solo fue desalentador, sino que también fue vergonzoso.
La mayoría de las reuniones tiene como resultado... ¡más reuniones!