BALANCE INICIAL
Nuestro empresario, que cuenta con formación contable y financiera, pone en marcha su propia asesoría contable, fiscal y laboral para pymes y autónomos, bajo la fórmula jurídica de sociedad limitada. Se ocupará tanto de la gestión de la empresa como de la atención a los clientes y contará desde el principio con la ayuda de un abogado, encargado de los asuntos legales y laborales. La oficina tiene unos 60 m2 y está situada en una zona céntrica de León. Debido a que el precio no es desorbitado y a que se plantea un negocio a largo plazo, el empresario opta por la adquisición del local.
Se prevén las siguientes inversiones en inmovilizado material: compra de oficina (140.000 €), reforma y acondicionamiento (3.000 €), mobiliario (4.000 €), recursos y equipos informáticos (3.000 €) y ofimática (1.000 €). En inmovilizado intangible se incluyen las inversiones para el registro de la marca (1.000 €), los programas de ordenador y las bases de datos legislativas (700 €) y otros programas informáticos por valor de 1.300 €.
Los gastos de primer establecimiento para publicidad y captar clientes suman 1.200 €, mientras que los gastos de constitución representan un total de 1.500 €. En el Activo Corriente, el epígrafe de Hacienda Pública deudora por IVA de inversiones iniciales suma 17.507 € y se cuenta con 10.000 de tesorería inicial.
Una vez definido el plan de inversión, o Activo del Balance inicial, obtenemos el importe total a financiar, que asciende a 184.207 €. Nuestro empresario aporta un capital social de 75.000 € y consigue una subvención de 3.000 €. El resto (106.207 €) se financia con un préstamo bancario a largo plazo (cinco años), al 5% de interés nominal anual, que se devolverá mediante cuotas mensuales constantes de 1.942 € (intereses y devolución del capital).