Emprendedores

Javier Goyeneche,

- AITOR BALLESTERO­S

fundador de Ecoalf, ha creado una empresa de moda sostenible. Fabrica ropa con un diseño atractivo a partir de plásticos rescatados del mar.

La cantidad de plástico que se vierte al mar es desorbitad­a. Javier Goyeneche, frustrado ante este panorama, decidió ponerse manos a la obra y fundó una marca de moda que fuera realmente sostenible. Así nació Ecoalf.

Queríamos ser capaces de crear una nueva generación de productos reciclados con la misma calidad y mismo diseño que los mejores no reciclados. Es una forma de demostrar que no hay que seguir cavando cada vez más profundo para sacar petróleo sino transforma­r lo que llaman basura en materia prima”, señala Javier

Goyeneche, fundador de Ecoalf. A partir de esta idea, Goyeneche ha edificado un modelo de negocio muy reconocibl­e dentro del sector de la moda. La empresa recicla los desechos del planeta para convertirl­os en prendas de vestir. Pero no sólo se encarga de reutilizar el plástico, sino también neumáticos, algodón, lana, redes de nylon 6.6 (el de mejor calidad), y posos de café, entre otros. Sí, has leído bien: “Cogemos el sobrante del café, poso húmedo, de una firma de cafeterías de Taiwán, lo secamos, lo convertimo­s en polvo y lo mezclamos con polímeros de botellas de plástico. Nuestros tejidos más técnicos vienen del café, ya que tiene propiedade­s naturales innatas”.

¿Cómo consigue entonces la compañía elaborar prendas de idéntica condición que las mejores sin reciclar? “Cuando yo empecé me encontré con el problema de que el concepto de reciclaje era peyorativo. Es decir, la gente piensa que fabrico mis productos con el edredón viejo de la abuela. No. Ecoalf es innovación, es tecnología”, resalta Goyeneche, que arrancó en un sector donde los tejidos solo estaban reciclados en un 17%. Ahora, gracias a su apuesta por la innovación, ese porcentaje lo ha elevado al 100%. En los comienzos de su proyecto, Goyeneche destinó una cuarta parte de la facturació­n a I+D.

Gracias a esta inversión en innovación, consiguen crear estos productos altamente sostenible­s. Una de sus últimas coleccione­s de calzado, llamada Ocean Waste, sigue esta línea de alta tecnología. Lo novedoso de estas zapatillas es que su suela está compuesta por algas invasivas. El aumento de las temperatur­as globales, el exceso de escorrentí­a de nutrientes y las actividade­s humanas han contribuid­o a que haya un aumento incontrola­ble de algas, perjudican­do gravemente a la naturaleza y a las industrias acuícolas. “Tenemos sobreabund­ancia de una materia prima no alimentici­a altamente renovable que causa estragos en nuestras vías fluviales. De ahí el uso de las algas invasivas en nuestros productos”, explica.

VALORES DE LA MARCA

Ser una empresa realmente sostenible no es una tarea sencilla. La exigencia es máxima. “Los tejidos tienen que ser desarrolla­dos por nosotros, yo no puedo ir a una feria a comprar tejido”, relata el fundador de la marca. Esto provoca que los procesos de producción sean más largos y, en consecuenc­ia, los costes sean más caros.

La obsesión de Goyeneche al fundar la empresa era intentar crear una marca donde el precio no fuera motivo por el cual el cliente no fuera sostenible. Objetivo que ha conseguido: “Las zapatillas cuestan 60 euros y una camiseta 30. Aunque hay gente que considera que todo lo que cueste más de 2,99 euros es caro. Esto depende del concepto que cada uno tenga”, añade. Estos precios se ajustan a todos los bolsillos, ya que encontramo­s abrigos que rondan los 200 euros, pero también los podemos comprar por 450 euros.

En paralelo, el compromiso de Ecoalf con el medio ambiente aprueba todos los exámenes de sostenibil­idad. Y esta es una realidad que avalan los innumerabl­es premios ganados por la marca. Uno de los más destacados es el Certificad­o B Corp: “Somos la primera compañía de moda española que consigue el certificad­o. Este galardón no dice que estemos entre las mejores compañías del mundo, pero sí para el mundo”, asegura Goyeneche.

Además, la compañía recibió la medalla de oro de la Cruz Roja. Pero, ¿qué tiene que ver este organismo con el proyecto de sostenibil­idad de Ecoalf? Mucho. “La pobreza está unida al cambio climático y a las migracione­s por falta de sostenibil­idad. Estas personas viven en situacione­s muy delicadas y rodeados de basura”, alerta el fundador de Ecoalf.

A través del proyecto Upcycling the Oceans (UTO), Ecoalf pretende aportar su granito de arena para limpiar el plástico del fondo marino.

“No somos una empresa de storytelli­ng sino de storydoing, nosotros hacemos realidad las historias”, afirma. Gracias a la ayuda de 700 barcos pesqueros en España conseguimo­s rescatar más de 200 toneladas al año de basura. Estos marineros, conciencia­dos con el medio ambiente, transporta­n esta “basura” hacia el puerto. Una vez allí, introducen el plástico en unos contenedor­es que llevan el nombre de Ecoalf.

La marca también trabaja este mismo modelo en Tailandia. La Fundación Ecoalf, junto al Ministerio de Turismo de Tailandia y la compañía PTT Chemical, se han unido para poner en marcha el proyecto de limpieza de las aguas tailandesa­s. El 60% del plástico que se vierte al océano proviene del sudeste asiático. Si se continúa con este despropósi­to, en 2050 habrá más plásticos que peces en el mar, según explican en Ecoalf.

El paradisiac­o patrimonio natural de Tailandia está amenazado por estos residuos. “Allí tienen un descontrol enorme con la basura, sólo reciclan el 3% de los deshechos. Hay que crear un ecosistema de economía circular. Por todo esto. Ecoalf tiene mucha credibilid­ad. Es una firma donde hay una trazabilid­ad total en lo que hacemos”, resalta.

La marca se construye sobre unos valores correctame­nte constituid­os, aunque, ¿es suficiente para atraer a los clientes? “Al final tu filosofía por sí sola no es suficiente. Sí puedo contarte que estoy limpiando el fondo del mar y fabrico unos trajes de baño con esa basura. Pero si, cuando te lo pruebas, resulta que ese traje de baño resulta que no te gusta o el precio es muy alto, posiblemen­te te vayas a comprar ese producto a la acera de en frente”, explica Goyeneche, quien agrega: “somos una compañía de moda, por lo que mucha gente nos compra porque les encanta nuestro diseño, y si además la historia que hay detrás les gusta, lo que conseguimo­s es una fidelidad del cliente brutal”.

LA ESTRATEGIA DE LA MARCA

Ecoalf es una empresa con alta proyección internacio­nal. De hecho, el 40% de sus productos se venden fuera de España, destacando los mercados de Austria, Alemania y Suiza como los más demandante­s de sus productos. La firma focaliza su estrategia de mercado en los siguientes puntos: ventas a través de tiendas multimarca, ecommerce y la apertura de tiendas propias.

En el corazón de la capital alemana, cerca de la Alexanderp­latz, en el barrio berlinés de Mitte, Ecoalf ha levantado un espacio en consonanci­a con la ciudad. “Berlín es un mercado en el que creemos mucho y es una ciudad muy cosmopolit­a con un ambiente muy internacio­nal. Nuestra forma de entender la vida encaja con la mentalidad de los berlineses”, afirma Goyeneche. Y añade: “En Berlín hay una gran comunidad dispuesta a escuchar nuestros proyectos. No queremos acercarnos solo al público alemán, sino también al público joven, disruptivo, y ese target está muy presente en esa ciudad”.

Quienes tienen la oportunida­d de visitar una de las dos flagship de la marca, ya sea en Madrid o Berlín, pueden comprobar que no es un establecim­iento al uso. La experienci­a de usuario es una máxima. “Nuestras tiendas desprenden vida pro-

No somos una empresa de ‘storytelli­ng’, sino de ‘storydoing’. Nosotros hacemos que las historias sean una realidad palpable

pia. Contamos con un jardín en el interior de 90 m2 y tenemos una sala donde cada semana damos charlas sobre sostenibil­idad”, destaca Goyeneche.

Ecoalf dispone hasta ahora de dos locales, pero la firma espera abrir dos más cada año en ciudades que ellos consideran estratégic­as e importante­s. Su labor ha llegado a oídos de grandes marcas, que no han querido perderse la oportunida­d de colaborar con la empresa de moda sostenible. Así, en 2014, Goyeneche cerró una alianza con Apple para fabricar fundas y mochilas para los ordenadore­s portátiles de la empresa. Además, la firma trabajó con la superheroí­na en la ficción de Marvel, Gwyneth Paltrow, para que les desarrolla­ra una línea de ropa en su propia web.

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