Es el mejor momento para dar el salto
En este número de la maravillosa revista Emprendedores, nos hemos puesto la tarea de buscar buenas oportunidades de negocio procedentes del extranjero y con buenas opciones para adaptar a nuestro mercado. Hemos recogido las 105 que más nos han gustado, basadas en 39 sólidas tendencias de mercado. Hemos publicado éstas, pero habría habido material para otras tantas ideas. Sorprendentemente, encontrar oportunidades nos está resultado cada vez más sencillo. Las tecnologías disruptivas (inteligencia artificial, big data, blockchain, etc) son un motor clarísimo de oportunidades. Unas posibilidades de negocio que no están centradas ni mucho menos en la propia tecnología, sino en las aplicaciones posteriores. Ocurre como con la llegada de Internet: el propio desarrollo de la web es sólo una pequeña parte de los negocios realizados después en todos los sectores y actividades.
Vivimos una revolución en el mundo de los negocios, con cambios radicales que matan negocios y crean oportunidades a un ritmo nunca visto. Hoy vemos como plenamente asentadas tendencias como la globalización, la reducción del tamaño de las empresas, la sofisticación de la demanda, los cambios de hábitos de consumo (y de los grupos de consumidores) o la simplificación de los procesos y la consiguiente expulsión del mercado de los intermediarios que no aportan valor. Todo ello está asentado y, al mismo tiempo, en continua revisión. Con tanto cambio y tan rápido cabe preguntarse si es buen momento para emprender. Nuestra respuesta es que sí. Probablemente sea el mejor momento de la historia para crear una empresa.
Las oportunidades que están hoy a nuestro alcance son crecientes, mientras que muchos emprendedores están logrando con éxito lanzar nuevas compañías sin asumir un riesgo económico tan grande como el que era necesario hace muy poco tiempo. ¿Estamos animándote a emprender? No nos atrevemos. Hoy hay más oportunidades, pero también más riesgos. El protagonista de nuestra portada, el emprendedor en serie
Félix Ruiz
(que salta conmigo en la foto de abajo), lo deja claro una vez más: “Emprendiendo se sufre mucho”, nos dice. “Es una carrera de fondo, un grandísimo esfuerzo que afecta psicológica y familiarmente a quien se lanza a hacerlo”, añade. Es necesario mentalizarse y prepararse muy bien. Por eso, creemos que animar a emprender sin avisar de las exigencias puede ser una seria irresponsabilidad. Por contra, ayudar a quien da el salto de modo consciente es todo lo contrario: un acto valioso para la sociedad. Esta es la misión en la que nosotros queremos seguir contribuyendo.
Animar a emprender puede ser una seria irresponsabilidad, ayudar a quien se decide a hacerlo es todo lo contrario