Carme Noguera,
consejera delegada de Naulover, dirige la empresa familiar que fundó su padre hace 62 años.
Carme Noguera dirige la empresa familiar que fundó su padre hace 62 años. Su hija Paula es la continuidad en una compañía que hace gala de triunfar haciendo lo contrario que su competencia. Ir a contracorriente le ha dado buenos resultados.
Para buena parte de empresas textiles seguir las tendencias es la primera máxima si quieren triunfar. En Naulover han hecho justo lo contrario. Han tenido éxito produciendo ropa para mujer más bien clásica, aunque con un tinte de tendencia. La empresa fue fundada en 1957 por José
Noguera, padre de la actual consejera delegada. “La tradición textil en mi familia es anterior. Mi bisabuelo y abuelo eran sastres y mi abuela era modista y regentaba La Samaritana en la calle dels Arcs en Barcelona”.
Para Carme Noguera el concepto clásico y tendencia es relativo. “En moda siempre tienes que hacer algo nuevo, si no retrocedes. Yo adapto mi estilo a mi clienta. No hago ropa para gente joven, pero mi clienta se ha rejuvenecido. El estilo de una mujer de 60 años no es el de nuestras madres. Son más activas en la vida social, se visten más juveniles, quieren estar guapas y elegantes. Todos quieren hacer tope tendencia y tope joven. Yo no. La mayoría de los que han ido a muy joven han tenido que acabar cerrando. Los jóvenes no tienen una gran capacidad adquisitiva y yo voy a otro publico”.
Los precios de Naulover ocupan una franja media y media-alta. El tipo de confección y el cuidado en la elaboración del producto lo justifica.
CONFECCIÓN DE PROXIMIDAD.
Otro de los esquemas rotos por Naulover ha sido la deslocalización. Cuando otros decidieron irse a China u otros países donde fabricar era más barato, ellos optaron por quedarse en su fábrica de Sant Joan de Mediona (Barcelona). “Pensamos que si nos íbamos perderíamos nuestro ADN y nos convertiríamos en una empresa como cualquier otra. Perderíamos la calidad y todo aquello que nos diferencia. Frente al fast fashion nosotros propugnamos el slow fashion, más artesanal, manual, ecológico y de proximidad”.
Especializados en el punto, en Naulover siguen un proceso integral de fabricación de proximidad. Primero compran el hilo a empresas de Sabadell o Terrassa. Lo llevan a teñir en función de los colores de temporada en tintoreros de las mismas ciudades. Luego componen el tejido en sus propias fábricas, cortan y confeccionan”. “Lo que se hace normalmente es com- prar los hilos estándar –explica Noguera– Todos tienen los mismos hilos y colores. Nosotros estudiamos los hilos que nos interesa y los combinamos en función de cómo queremos al final el tejido. Por ejemplo que no haga bolas, que tenga más o menos lana, para que se pueda lavar a máquina o no requiera plancha, por ejemplo”.
La forma de tejer o de confeccionar también es diferente. Es más artesanal. Ajustar las medidas en una máquina de punto es difícil. Con el corte pasa lo mismo. Se corta un bloque de piezas de golpe puede que la primera y la última no respondan a la misma talla. “Nosotros cortamos de uno en uno –dice Noguera–. Al final el precio es más alto pero la calidad es mucho mayor. Muchos prefieren la tendencia de ir cada vez más al precio más barato. Creo que se equivocan. Nosotros no podemos competir con Inditex ni Inditex puede competir con Primark”.
En Naulover trabajan 130 empleados en su planta de Mediona, (de 9.000 metros cuadrados) donde se realizan fundamentalmente muestrarios y colecciones. Anualmente elaboran unos mil prototipos de los que unos 300 acaban finalmente en la colección. Dan trabajo indirectamente a otras 500 personas distribuidas en pequeños talleres de la comarca. En un 90% son mujeres. Para realizar una falda en sus fábricas se tardan 64 minutos; 52 para un jersey o 140 para una chaqueta.
LA BAZA DE LA DISTRIBUCIÓN.
La estrategia de distribución de Naulover pasa por córners en grandes almacenes y tiendas multimarca (están en
La empresa comercializa a través de tiendas multimarca y córners de grandes almacenes
unas 400). Sólo tienen una tienda propia en Barcelona y en dos outlets. La mayoría de córners están en El Corte Inglés (unos 90), empresa con la que trabajan desde hace más de cincuenta años y de la mano de la cual han crecido. De todos, curiosamente el que más les vende es el situado en Lisboa.
La empresa trabaja sobre pedido. Durante unos tres meses y medio realizan las visitas para concretar las encargos y otros tantos meses fabricándolos. Sobre la cantidad pedida producen un 20% más. “Esto nos permite realizar reposiciones si nos las piden y en el caso que agotáramos las existencias, podemos fabricar más porque tenemos nuestros propios talleres. Si un cliente me pide quince pantalones negros se los puedo hacer porque tengo mi fábrica. El que produce fuera no puede porque no almacena. Este es un punto a favor nuestro, el servicio que podemos prestar”, asegura Carme Noguera.
CONQUISTAR EL EXTERIOR.
En este momento la empresa vende el 75% de su producción en España. Su intención es equilibrar más la proporción de ventas y llegar en cinco años a facturar la mitad en el exterior. El esquema de distribución es el mismo que en España: vender en grandes almacenes y tiendas multimarca. En este momento están en el Palacio del Hierro de Méjico con dos córners y piensan ampliar a dos más este año. También planean ampliar su presencia en Inglaterra e Irlanda. En Dubai han abierto la tercera tienda. Venden también en Italia, Bélgica, Francia y Estados Unidos donde piensan doblar en dos años su presencia en la Costa Oeste. Están en conversaciones con un grupo local de Corea del Sur para establecerse también en ese país.
Este año piensan crecer asimismo ampliando la línea de complementos y accesorios. Han fichado a un nuevo diseñador de esta línea. La venta online es para la firma en este momento sólo un 5% de la facturación, pero están dispuestos a potenciar también este canal.