CRECEN LAS CIBERAMENAZAS
Además del fraude interno, las empresas se encuentran cada vez más expuestas a los riesgos cibernéticos de un mundo global y móvil. “Las empresas se enfrentan a muchas amenazas derivadas del uso creciente de las nuevas tecnologías. Los vectores de ataque de los bad guys del ciberespacio aumentan a un ritmo imparable debido al crecimiento de la digitalización de los procesos de negocio. Se estima que en 2021 el coste del cibercrimen alcanzará los 6 billones de dólares”, señala Gianluca D’Antonio, director del máster de Ciberseguridad del IE Business School. El peligro de este tipo de incidentes es el alcance que pueden tener. “El impacto puede ser devastador. Pensemos en el caso de Equifax, en el que el robo de 143 millones de registros ocasionó una caída de la cotización de la empresa superior al 25%, así como una reducción de las ventas de más de 65 millones de dólares en un solo trimestre. Y las consecuencias se extienden a otros ámbitos, como la reputación, pudiendo poner en peligro la supervivencia de la compañía”, apunta.
Todas las compañías están expuestas a estos riesgos, independientemente de su tamaño. “El cibercrimen ataca cualquier objetivo que pueda darle beneficios. Aunque pudiera parecer más probable que el objetivo principal fuera la gran empresa, por sus activos elevados y su mayor volumen de facturación, la realidad es diferente. Las grandes organizaciones dedican recursos y presupuesto a proteger los sistemas de información, suelen tener personal especializado en ciberseguridad y realizan formación específica para concienciar a sus empleados acerca de las amenazas y riesgos relacionados con el ciberespacio. Por el contrario, las pymes carecen de estos recursos expertos. Confían en que su tamaño las haga menos visibles y atractivas para los cibercrimínales. Y suelen subcontratar los servicios básicos de TI, confiando la seguridad de sus sistemas a terceros generalistas.