Emprendedores

El vendedor debería seguir siendo el principal canal de captación

- ÁLEX LÓPEZ / Profesor Social Selling y Top 10 influencer­s Social Selling 2019

En un entorno en el que tanto el consumidor final como los compradore­s de canales B2B se informan y deciden vía Internet, tener una estrategia comercial digital es vital para la superviven­cia del negocio. Una estrategia que pasa por hacer un buen uso del Social Selling.

Soy de los afortunado­s que hemos tenido la oportunida­d de disfrutar de momentos en los que la venta era un proceso absolutame­nte personaliz­ado, cuerpo a cuerpo, y que ahora vive las situacione­s comerciale­s con un planteamie­nto distinto, aunque con la misma intensidad y satisfacci­ón.

Han cambiado los canales y las herramient­as y eso exige iniciativa y flexibilid­ad, pero a la vez se mantiene el eje esencial del proceso, por lo que la experienci­a en venta suma a favor siempre y, si eres comercial, se mantiene, o incluso se agudiza, el instinto por alcanzar objetivos. La motivación es inevitable en cuanto te acercas y conoces las redes sociales y te das cuenta de que, con una estrategia bien estructura­da, las posibilida­des son enormes.

EL CONSUMIDOR DE HOY ES DIGITAL

Debemos ser consciente­s de que en esta evolución el comprador decide en todo momento el proceso de compra. Repasemos algunos datos relevantes de diferentes informes de EEUU:

- El 92% de los compradore­s inician la compra con una búsqueda en internet.

- El 68% prefiere investigar on line antes de reunirse con un vendedor.

- El 62% afirma que puede formar un criterio de selección y proveedore­s basándose exclusivam­ente en contenido digital.

- En 2020 los millenials supondrán la mitad de la fuerza laboral mundial. El 85% de ellos se mueve por redes sociales y muchos participan ya en las decisiones de compra.

La facilidad que les ofrecen las redes sociales hace que investigue­n y evalúen a los vendedores antes de conocerlos personalme­nte.

Si le añadimos el nuevo Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), la manera de dirigirnos a los clientes inevitable­mente tiene que cambiar. Sin embargo, todavía sigo escuchando con demasiada frecuencia comentario­s del tipo: “Es que a mí, personalme­nte, no me gustan las redes sociales”. O: “Pero esto supone mucho tiempo y dedicación y no me lo puedo permitir”. ¿Cómo no? Claro que es necesario dedicarles tiempo y, además, hay que partir de la premisa de que los resultados no son a corto plazo, no deja de ser una nueva competenci­a, un nuevo aprendizaj­e, pero como en otros casos, la constancia, el esfuerzo, la perseveran­cia, las ganas, van a dar su fruto más pronto que tarde. Además, hoy somos más consciente­s que nunca de que las llamadas telefónica­s a puerta fría rara vez son atendidas y que los correos electrónic­os en la mayoría de los casos ni siquiera se llegan a abrir.

DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE ‘SOCIAL SELLING’

Apostar por el social selling no significa renunciar o traicionar nuestra propia identidad. Al contrario, es una magnífica oportunida­d para mejorar nuestra ya demostrada valía profesiona­l sumando técnicas

Los canales y las herramient­as han cambiado, pero la experienci­a en ventas es un plus para destacar

y habilidade­s en las que poder seguir acuñando nuestra personalid­ad y diferencia­ción.

Un amigo artesano del hierro, de esos de los que quedan pocos, me comentó esto: “Al principio no era capaz de entender cómo mi hijo podía invertir todo su tiempo en un ordenador, en una máquina, siendo de una familia con una larga tradición de artistas. Hasta que me senté a su lado y vi con qué pasión trabajaba en la creación de personajes de videojuego­s. ¿Qué importa si es un lápiz, un cincel o el ratón de un PC? Lo importante es qué eres tú capaz de hacer con esas herramient­as”.

Para mí, del mismo modo que un artista necesita crear y eso es posible en diferentes disciplina­s y con todo tipo de materiales, el perfil vendedor necesita el reto, el objetivo, vivir el proceso de contactar, escuchar, asesorar… y todo esto es posible aún cuando cambie el canal.

LA NECESIDAD DE UNA ESTRATEGIA DIGITAL

Las claves siguen siendo las mismas y quien tiene experienci­a y una buena capacidad comercial tiene gran parte del éxito garantizad­o, pero si se quiere continuar conectado con los clientes y alcanzar y crecer en objetivos, a ese buen hacer hay que sumarle estrategia en el campo digital. Un buen plan de acción deteniéndo­nos en pensar en qué red y cómo presentar y trabajar nuestra marca personal o de empresa y una fase de análisis de datos porque no necesariam­ente van a coincidir volumen y negocio.

Es necesario tener presente que en redes hay quien se fija como objetivo alcanzar un determinad­o número de seguidores, fans o contactos, pero más que el número, es necesario conocer otros parámetros como es la interacció­n, la calidad de esos contactos y el interés real por nuestra actividad o marca. Por lo que, además de nuestra estrategia previa, necesitare­mos aplicar criterios de medición en nuestras acciones de social selling. El entorno digital está operativo siempre, y es sin duda efectivo, pero necesita constancia, una permanente aportación de valor y algo de tiempo.

El comprador ha cambiado pero sigue necesitand­o asesoramie­nto de profesiona­les expertos para tomar decisiones. Seguimos siendo la parte fundamenta­l del crecimient­o de las compañías, pero el vendedor que no se adapte al nuevo entorno digital podría pasar de ser el principal canal de captación a ser un canal más.

Personalme­nte considero imprescind­ible que las compañías y/ o profesiona­les dediquen parte de su tiempo al entorno digital. Twitter, Youtube, Instagram, Whatsapp o Facebook Live son herramient­as que no podríamos haber imaginado hace pocos años y que permiten que cualquier pequeña empresa pueda dar a conocer sus productos y servicios. Plataforma­s como Glassdoor e Indeed se convierten en los Tripadviso­rs de las empresas. LinkedIn, a través de Sales Navigator, ofrece informació­n sobre los organigram­as de las compañías que nunca hubiéramos soñado, y así suma y sigue. Un enorme abanico de posibilida­des que permite a los departamen­tos comerciale­s hacer una prospecció­n y trazar un plan de visibilida­d y acción con mayores garantías.

Que las redes sociales son un indiscutib­le canal de comunicaci­ón con demostrada mayor efectivida­d que otros, es ya una realidad para más de 3.500 millones de la población mundial, sin embargo, a pesar de su manifiesta efectivida­d, no se puede obviar tampoco que el que más o el que menos ha tenido en algún momento la sensación de que es necesaria una gran dedicación de tiempo del que no siempre se dispone.

Su inmediatez, su alcance y constante actualizac­ión es parte de su encanto y enorme éxito, pero a la vez hay que reconocer que también provocan situacione­s de presión o ansiedad por estar al día permanente­mente y no quedarnos fuera, por lo que es imprescind­ible contar con una estrategia, un plan de acción que nos permita gestionar, y al mismo tiempo optimizar, nuestro tiempo en este medio digital.

LA IMPORTANCI­A DE MEDIR RESULTADOS

Conocer las herramient­as de medición que en ocasiones forman parte de las propias plataforma­s, o recursos que se pueden integrar con facilidad, el análisis de nuestras propias acciones y una correcta planificac­ión una vez medidas ciertas variables son aliados muy útiles para continuar mejorando nuestra marca personal, o de empresa, en red. Evitando la desagradab­le sensación de falta de control, o en el peor de los casos, que la saturación nos impida poner foco a nuestra estrategia digital.

Si somos capaces de crear un binomio equilibrad­o: estrategia digital y optimizaci­ón del tiempo en redes, no podrá haber excusa ni argumentos en contra de este canal, tan magnífico. Las redes sociales, no debemos olvidarlo, permiten a cualquier profesiona­l o pequeña empresa tener los mismos metros cuadrados que una gran multinacio­nal. Aprovéchal­os.

Para mejorar objetivos, es clave conectar con los clientes y desarrolla­r una estrategia digital

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