LECCIONES DEL CEO DE LINKEDIN QUE PUEDE SALVAR TU NEGOCIO
Antes de dejar tu trabajo para montar tu negocio hay una larga lista de pasos que puedes dar sin renunciar a una fuente de ingresos fija. Luego llegará el momento de dar el salto definitivo.
"Promovemos que el empleado se tome un tiempo libre cuando lo necesite. Hemos creado foros para compartir consejos de bienestar y salud" RYAN ROSLANSKY, director ejecutivo LinkedIn
Ascender en el organigrama de una empresa suele ser una noticia positiva… Sin embargo, si te nombran CEO en medio de una pandemia mundial, puede convertirse en un auténtico marrón. Si no, que se lo cuenten a Ryan Roslansky, director ejecutivo de la red social LinkedIn desde el mes de junio, cuando sucedió en el cargo a Jeff Weiner.
A través de una carta publicada recientemente, el nuevo CEO ha querido compartir las dificultades extras que ha encontrado al ocupar el cargo, así como las lecciones más importantes que ha aprendido en sus meses al frente de la red social profesional más utilizada en el mundo. La adaptabilidad al cambio constante es la primera de las cualidades que destaca. “Es evidente que nuestras vidas no volverán a la normalidad anterior al COVID-19. Muchos de nosotros estamos gestionando nuevos desafíos relacionados con el teletrabajo, la educación a distancia de nuestros hijos y otros baches en el camino. Las empresas han pasado el año evolucionando y adaptándose continuamente, y LinkedIn está haciendo lo mismo”, comenta.
GESTIONAR EN CRISIS
Además de esta, el CEO identifica varias técnicas indispensables para gestionar una compañía en el mundo postcovid:
Apoyarse en el equipo.
“Comunícate con tus empleados a través de varios canales”, explica. Recomienda utilizar alguna herramienta para hacer encuestas entre los empleados y conocer sus opiniones.
Priorizar la salud mental.
Roslansky considera que un buen CEO debe saber lidiar con el estrés de forma activa, también entre los propios empleados: “Ofrecemos apoyo en salud mental a los empleados en todo el mundo y promovemos que se tomen un tiempo cuando lo necesiten. Hemos creado foros virtuales para conectar y compartir consejos de bienestar”.
Menos reuniones.
Desde LinkedIn han establecido días sin reuniones y aconsejan reducir su duración o salir a caminar mientras se atiende a la llamada.
Lanzar un negocio es un proceso. Y es un proceso que normalmente el emprendedor afronta por primera vez y no sabe qué hacer en qué momento y se equivoca con más frecuencia de lo que sería deseable y eso repercute en que va más lento y cuánta menos velocidad y más errores comete, menos posibilidad de éxito.
Debes plantearte tu negocio como un proceso industrial: Planifico, Desarrollo, Chequeo y Actúo. Piensa que por el hecho de hacerlo por primera vez ya estás en desventaja con quien lo ha hecho antes y ya conoce el proceso tres o cuatro veces.
Hay que armar un buen modelo de negocio. Hay que poner sobre el papel qué clientes, qué segmentos, qué propuesta de valor, qué canales, qué alianzas clave, qué recursos se necesitan ahora y a medio plazo, y cuál es principal fuente de ingresos que va a tener el proyecto. No hay más remedio que modelizar, sin caer en la parálisis del plan de negocio.
¿VAS A NECESITAR UN SOCIO?
Si tu puesto de trabajo te ocupa de 8 de la mañana a 10 de la noche, va a ser francamente difícil que tú solo lo puedas sacar adelante quitándote
horas de sueño. En esos casos muchos emprendedores necesitan un socio que le dedique más tiempo.
Además, si no has emprendido nunca y entras en un sector complicado, en el inicio deberías tener a alguien que haya pasado antes por este proceso (como socio, como consejero, dentro o fuera…). No se trata de alguien que cubra tus deficiencias técnicas, sino a las particularidades de poner en marcha ese negocio.
Que tengas un socio, eso sí, no quiere decir que tenga que ir en todos los casos al 50% contigo. Hay muchas fórmulas de colaboración que no pasan por darle una parte de tu empresa.
NECESITAS HABLAR PRIMERO CON TUS CLIENTES POTENCIALES
Muchas veces se habla de conocer bien el mercado, pero la realidad nos dice que al mercado y a los clientes no les vamos a conocer hasta que no comencemos a pelearnos con ellos. Es difícil encontrar esos puntos críticos de tu negocio hasta que no sales a vender. Intuir comportamientos de compra en mercados nuevos, además, es complicado.
La primera hipótesis que debes contrastar es si lo que tienes pensado lanzar tiene un verdadero valor para el consumidor, porque igual vas a diseñar un producto que a los clientes, sencillamente, no les va a interesar. ¿Cómo evitar eso? Simplemente hablando con potenciales clientes y preguntándoles directamente si le encuentran valor. No es una validación definitiva, pero te da información.
La forma de validar esta hipótesis es salir a la calle y preguntar a expertos, a potenciales clientes, etc. Y si no lo puede hacer el emprendedor en persona, difícilmente lo podrás subcontratar. Es un trabajo que tienes que hacer tú.
MUCHO OJO CON LOS GASTOS FIJOS
Por si no lo sospechabas ya, no necesitas una oficina al lado del Congreso de los Diputados para tu negocio. Es un gasto fijo innecesario. Tampoco necesitas gestionar servidores para un millón de usuarios cuando todavía no tienes ni 5.000.
Tienes que ser capaz de discriminar cuáles son las actividades clave para el negocio y cuáles son secundarias y hay que subcontratar qué actividades son clave y se pueden hacer internamente. Si un emprendedor no lo identifica rápidamente, puede terminar comprando un ordenador para un becario.
TUS CLIENTES DEBEN COMENZAR A PAGAR CUANTO ANTES
Está claro que cualquier persona con la que hables sobre tu proyecto te va a decir que es muy buena idea hasta que tenga que pagar. Por eso es importante lanzar la mínima expresión de tu producto, una versión que aunque no sea escalable, la gente ya pueda estar dispuesta a pagar por ella. Esto ya te va a permitir pasar de la encuesta a que la gente pague y tu producto esté mínimamente validado. Y a partir de ahí tienes que mantener el contacto con el cliente.
SACA TIEMPO DE LAS PIEDRAS
Está claro que llevar paralelamente un negocio requiere que trabajes más horas, pero no se trata de una cuestión de número, sino de calidad. Se trata de trabajar más cuando eres más eficiente. Un truco es empezar el día antes que del horario estándar –en lugar de dedicarle al negocio las últimas horas del día, cuando ya estamos cansados–. Existe una regla tácita en el mundo de los negocios que se basa en no molestar telefónicamente o personalmente hasta las 9:00 de la mañana, así que empieza tu jornada antes.
MEJOR SI ES UN SECTOR CONOCIDO
Muchos nuevos emprendedores ponen en marcha su negocio al ver que los clientes de su empresa están insafisfechos con el servicio o no cubren las nuevas demandas. Ese es una buena oportunidad ya que es un campo que se conoce de primera mano.
El problema está en que muchos contratos son muy estrictos en materia de competencia profesional. Debes asegurarte de leer bien tu contrato para no encontrarte con problemas si vas a atacar el mismo mercado.