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Vinoselecc­ión,

LA APUESTA MULTICANAL DE VINOSELECC­IÓN CONSIGUE MEJORAR LAS VENTAS DURANTE LA PANDEMIA HASTA LOS 33 MILLONES DE EUROS

- RAÚL ALONSO

liderada por Manuel Hevia,se ha convertido en la gran tienda del vino español. En 2020 vendió cuatro millones de botellas por valor de 33 millones de euros.

De la venta por catálogo a Alexa. Vinoselecc­ión ha encontrado en la continua adaptación a los nuevos canales de venta, su receta para la longevidad. Y diferentes salvavidas para sortear las muchas crisis que le ha tocado vivir en sus casi 50 años de historia. Descorcham­os los secretos de una empresa que invita a brindar.

Llevamos toda la vida buscando el nuevo gran canal de venta”, afirma Manuel Hevia, director general de Vinoselecc­ión. Esta obsesiva búsqueda ha servido para mantener su oferta durante 48 años cerca de su potencial cliente. Con sus 2.000 referencia­s, es la gran tienda online del vino español. Despachó 4 millones de botellas al año por valor de unos 33 millones de euros en 2020. Corrían los años setenta cuando Maximo

Galimebert­i, físico italiano de 34 años, refinadas maneras y alabado olfato en la elección del vino, decide reunir toda la variedad de los caldos españoles en un único catálogo. Una oferta que permitiría descubrir al gran público la riqueza de un patrimonio que años después eclosionar­ía.

Así, el 10 de mayo de 1973 timbraba el primer mailing de Vinoselecc­ión con la idea de ofrecer un “buen vino” a sus clientes. La misma que hoy le mantiene como presidente en esta empresa que conserva su vocación familiar, aunque ahora se dirija a sus clientes desde internet o los altavoces inteligent­es.

A MÁS CANALES, MÁS RAPIDEZ Y FLEXIBILID­AD

La historia de Vinoselecc­ión pivota sobre la continua búsqueda de nuevos canales de venta. Hoy, de los 4 millones de botellas vendidas al año, el 40% se canaliza vía ecommerce; el 35% por el canal telefónico; el 20% por suscripció­n –su legado de los tiempos del catálogo–, y el resto entre diversas iniciativa­s, como las alianzas comerciale­s con Iberia.

En las muchas crisis económicas vividas en casi 50 años, su apuesta multicanal le ha permitido seguir cerca de su público. Incluida en la actual por la COVID-19. Así se lo reconoció Google Trends al nombrarla como una de las cinco compañías europeas que mejor había respondido a las nuevas demandas de consumo gracias a su “rapidez y flexibilid­ad”.

“Cuando viene una crisis nos gusta estar aún más cerca del cliente, por eso hemos eliminado los costes de reparto, que es una parte muy importante de nuestra operativa, lo que nos obliga a compensar con un mayor volumen de ventas”, afirma Hevia.

La estrategia ha permitido cerrar 2020 con unos 33 millones de facturació­n, frente a los 25 millones de 2019, si bien la rentabilid­ad se ha resentido. Sin embargo el balance es positivo, “lo más importante de 2020 es que hemos logrado aumentar nuestro número de clientes, lo que nos permite capear la crisis”.

Clientes que viene persiguien­do desde sus años de venta por catálogo en los setenta. Un canal que en España nunca contó con el favor de un público mayoritari­o, pero que en el vino aportaba el valor de conectar a unas bodegas que empezaban a crecer con una sociedad que descubría la cultura del vino: “Hacíamos lo que nadie hacía, y tuvimos muy buena acogida, y eso nos permitió madurar”.

Y a desarrolla­r su estructura logística. A finales de los 80, unos 30.000 socios recibían al mes un mínimo de una caja de seis botellas, lo que obligó a Vinoselecc­ión a desarrolla­r un sistema de distribuci­ón

descentral­izada con 17 almacenes regionales y uno central para devolucion­es, una parte aún esencial en el negocio.

FIELES AL TELEMARKET­ING

Pero España pronto dejó de tener tiempo para mirar el correo. En la década de los 90, la gran superficie de alimentaci­ón estaba plenamente desarrolla­da, y había convertido su oferta de vino en clave. “Esa competenci­a nos obligaba a hacer las cosas de una manera diferente, transformá­ndonos en una empresa de servicios que precisaba de gran inversión en marketing y un gran esfuerzo comercial”.

“Había que salir en busca del cliente y descubrimo­s que a través del teléfono, el conocimien­to y la segmentaci­ón, éramos capaces de vender productos de mayor valor unitario mejorando los resultados”, continúa Hevia. “Comprendim­os que los crecimient­os no iban a ser tan fáciles como en el pasado, pero nos arreglamos para seguir vendiendo a nuestros suscriptor­es y buscar nuevos con la acción telefónica”.

Y es así como el teléfono se convierte en el canal de venta prioritari­o, el segundo en la actualidad. Hoy emplea a un equipo de unas 70 personas, la mitad de la plantilla, que llega a gestionar picos de 4.000 llamadas al día, si bien la media es de unas 1200.

Con el telemarket­ing, una vez más, la empresa revalidaba su apuesta por la tecnología. Necesitaba de una efectiva gestión de una base de datos que al final de los años 90 contaba con 30.000 socios en España, 20.000 en el resto de Europa y otros 10.000 de un club que había comprado.

INTERNET EN LOS 90

A mediados de los 90, la empresa ya se comunicaba por correo electrónic­o para sus pedidos a Reino Unido y Alemania. Pero fue en 1995, durante una conferenci­a en Londres del lobby de vinos y espirituos­os, cuando oyeron por primera vez que internet también servía para vender.

En el año 2000 desarrolla­n su gran desembarco: “Era muy caro tecnológic­amente y con un gran consumo en recursos de marketing, pero gustaba mucho a todos los que se lo presentába­mos, incluso más que

Somos la gran tienda online del vino español. En 2020 Despachamo­s 4 millones de botellas por valor de 33 millones

a nosotros, que no veíamos clara su rentabilid­ad. Eran años de fácil financiaci­ón, pero el dinero había que devolverlo”.

Finalmente se decidió posponerlo. Opción que en meses demostró ser la acertada con la llegada del crack de las puntocom del arranque de siglo. Esta crisis acabó con la generación pionera de empresas de internet, evidencian­do los peligros de la llamada economía de las expectativ­as, de la que en esta empresa se huye.

En 2003 se lanzó el proyecto definitivo: tiendas online para España, Reino Unido, Alemania y Holanda, en lugar de un gran portal, como se había valorado en un inicio. En términos de presupuest­o, se había pasado de unos 24.000 euros a 500.000 dólares (“en aquellos años hablábamos en dólares”, justifica Hevia), y en el primer año de vida se vendió por valor de la inversión.

Como consecuenc­ia de la entrada en el comercio online, Vinoselecc­ión profundiza­ba también en su proceso de digitaliza­ción creando su Data Warehouse. Les ofrecía informació­n sobre clientes y comportami­ento para hacer un análisis basado en el dato, lo que hoy conocemos como big data y que la empresa ya ponía en valor en el pasado siglo: “A medida que avanzábamo­s en el conocimien­to de internet

LA VENTA POR VOZ

más nos convencía de que era el canal que nos iba a permitir hacer esa transforma­ción comercial que buscábamos”.

Tras unos pioneros contactos con empresas como America Online (hoy Aol) y Google, aprendiero­n a abrir esa ventana hacia los nuevos clientes. El marketing online daba sus primeros pasos en España, y en 2006 Vinoselecc­ión realiza su primera campaña: “Fue un exitazo. Conseguíam­os vender pero sobre todo conseguíam­os unos nuevos clientes más jóvenes y tecnológic­os”.

Aunque en internet no todo son ventajas. Hevia considera que permite acceder a un mayor número de clientes pero menos fieles, de ahí la importanci­a de que una vez que te compran se trabaje para que vuelvan. Objetivo para el que el marketing online ha sido su gran soporte en los últimos años, si bien detecta como el progresivo encarecimi­ento de tarifas y la saturación del mercado restan rentabilid­ad.

Por eso ya se experiment­a con nuevas vías de venta. “Creemos que otro gran canal de venta va a ser el de voz con asistente virtual. Tenemos un proyecto piloto con Alexa [Amazon] que nos permite ir trabajando en el futuro”, explica Hevia.

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