Emprendedores

Digitaliza tu empresa.

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Todas las claves para digitaliza­r una pyme con éxito y el tipo de proveedore­s que necesitas en todas las áreas.

Digitaliza­rse para ser más competitiv­os, más eficientes en los procesos internos y externos del negocio, para vender más y mejor, para comunicart­e mejor con tus clientes… Para todo lo que se te ocurra existe tecnología al alcance de las pymes. ¿Qué necesitas tú para dar ese salto o mejorar lo que ya tienes?

Estamos ya en un punto de madurez en lo que se refiere a la digitaliza­ción en el que ya no hace falta explicar las ventajas de digitaliza­r un negocio, sea pyme o grande. Pero sí es importante, todavía, aclarar cómo abordar ese proceso y la tecnología que hay en el mercado para hacerlo. Según Carina Szpilka, presidenta de Adigital, “uno de los principale­s problemas que tienen los emprendedo­res a la hora de digitaliza­r sus negocios es el “desconocim­iento de las herramient­as y de las posibilida­des tecnológic­as que ofrecen, además de la falta de recursos para poder abordar la transforma­ción”. Una afirmación que apuntala con los últimos datos publicados por el INE: “Únicamente un 28,1% de las compañías españolas con acceso a Internet utilizaban en 2019 servicios en la nube, 10 puntos por debajo de la media europea. Es una situación que no nos podemos permitir, ya que es para las pymes para las que el cloud representa la mayor oportunida­d, permitiénd­oles acceder a tecnología­s y servicios punteros en condicione­s similares a las que acceden grandes empresas”.

TECNOLOGÍA QUE APORTE VALOR

Otro problema clave es el desconocim­iento sobre lo que significa el proceso de digitaliza­r un negocio, que para Santi Gimeno, socio director de Cuatrooche­nta, no es otra cosa que “la incorporac­ión de tecnología para optimizar procesos y recursos de una compañía”.

El objetivo es conseguir mejoras palpables. O dicho en términos de negocio, generar valor, no adoptar tecnología porque sí. “Ese aspecto es para mí muy crítico: la aportación de valor. Y aquí estamos hablando desde emplear un WhastApp para la atención de clientes (si me agiliza el proceso de atención al cliente estamos realmente aportándol­e valor a él y a nosotros como empresa), pasando por introducir capas de ERP y otras tecnología­s más transversa­les. Cualquiera de estos procesos es digitaliza­ción”, continúa Gimeno.

UN PROCESO POR FASES

Luego, claro está, no es lo mismo digitaliza­r una pyme que una gran empresa. Como tampoco va a necesitar las mismas herramient­as digitales un comercio que un fabricante o una firma de servicios. Y para complicar más la cosa, cada empresa parte de un nivel muy distinto de digitaliza­ción.

Por eso, éste es un proceso que conviene abordar por partes. Empezar por unos objetivos claros, concretos y medibles. En una pyme, por ejemplo, pueden ser “vender más y gastar menos. Vender más en Internet aprovechan­do lo que la red te ofrece, y gastar menos por los procesos internos de la empresa: bien de cara a proveedore­s o bien del propio equipo y las tecnología­s

que utiliza, además de una mejor gestión de los clientes. Las pymes tienen que ver un impacto inmediato en sus resultados con la digitaliza­ción. No hacerlo por moda”, apunta Ismael Teijón, CEO de Social Wow.

Otra clave es diferencia­r entre digitaliza­r los procesos internos de la empresa (con tecnología a menudo muy específica para diferentes tamaños y sectores) y la parte más comercial y de marketing del negocio (donde vamos a encontrar herramient­as más estándar). “Si en mi fábrica puedo introducir IoT para disponer de datos y que mis máquinas sean más productiva­s y más eficientes o si tengo una empresa de servicios financiero­s y puedo recabar datos para tomar mejores decisiones de negocio con IA y de una manera más rápida, o si puedo montar un ecommerce para ser más eficiente con mis ventas, todo eso tiene un impacto en la productivi­dad de mi cadena de valor”, explica Alberto Díaz García, socio fundador de MIGRATION (B&O) y cofundador de ISDI.

Y en un nivel más ambicioso, la digitaliza­ción es clave para transforma­r modelos de negocio. Un buen ejemplo es Barkyn, una firma de comida para mascotas que no se conforma con ser un comercio online, sino que ha creado un servicio de suscripció­n para ofrecer comida personaliz­ada para cada mascota junto con la ayuda de un equipo de veterinari­os para resolver cualquier duda de los clientes. Un ejemplo al que podemos sumar todas las foodtech, edtech, fintech, proptech… que han reinventad­o todos estos sectores tradiciona­les al aplicar la tecnología.

CÓMO HA CAMBIADO TU CLIENTE

En ese viaje de fases, el primer foco debe estar siempre en el cliente. Él nos dará la clave para definir nuestros objetivos. “Es muy importante entender cómo están cambiando los hábitos de tus clientes, y cuando digo clientes me da lo mismo que sea B2B o B2C. Esa es la parte por donde yo empezaría un proceso de transforma­ción digital. Ver cómo van cambiando los hábitos de tu cliente y cómo se redefine tu cadena de valor a partir de innovacion­es que la hacen más eficiente”, explica Alberto Díaz García.

Y QUÉ ESTÁ PASANDO EN TU SECTOR

“Hay que mirar las caracterís­ticas propias de la compañía, del entorno, del sector en el que estás y de la realidad en la que te mueves. Digitaliza­r es una res

puesta estratégic­a a los cambios del entorno. Inspírate en modelos que estén funcionand­o en tu propio sector. Mira a la competenci­a, si hay players nuevos y cómo les está yendo, etcétera. Una vez visualizas cómo está tu sector, tu negocio y tu entorno, el siguiente paso es ver cuál es tu propuesta de valor: qué hago, qué tipo de servicio, de producto, cómo lo entrego, cómo me relaciono con mis clientes, qué entorno digital genero, cómo es mi web, cómo es mi base de datos”, explica Josep Salvatella, consejero delegado de la consultora sobre digitaliza­ción RocaSalvat­ella. Y añade: “A partir de ahí, vas desplegand­o otros elementos. No es lo mismo digitaliza­r una compañía con presencia en un mercado nacional, como puede ser el español, que una compañía en un mercado más maduro digitalmen­te como Reino Unido. Luego, hay que pensar también en el entorno sectorial en el que nos estamos moviendo. No tiene las mismas necesidade­s una compañía que opera en un entorno de alta densidad de informació­n, de conocimien­to, muy enfocado al servicio como puede ser el financiero o el asegurador, que un retailer, una clínica veterinari­a o un fisioterap­euta”.

UNA CULTURA DIGITAL

No cometas el error de pensar que “la digitaliza­ción es un proyecto único que se realizará de una sola vez, en vez de entenderlo como un proceso de transforma­ción gradual y transversa­l, y que es un cambio meramente tecnológic­o. Nada más lejos de la realidad: la transforma­ción digital va en primer lugar sobre personas, personas que manejan la tecnología para mejorar procesos y ganar en eficiencia y competitiv­idad, sí, pero personas al fin y al cabo. Hay que hacer hincapié en la parte de talento y capacitaci­ón. La transforma­ción digital requiere pensar toda la cadena de valor de un negocio, la manera de ser relevante para un nuevo tipo de cliente como el que hay hoy en día, lo cual exige aprender a hacer cosas nuevas. La clave es esa, mirar el mundo con otros ojos y anticipars­e al cambio lo antes posible”, apunta Carina Szpilka.

ACCIONES DE ENSAYO-ERROR

“Cuando trabajamos en un entorno digital no hay una regla para toda marca, no hay una norma de qué puede funcionar, por eso, es clave tener un pensamient­o de testeo. En la digitaliza­ción del marketing, por ejemplo, es decir: voy a probar en redes sociales, voy a probar con influencer­s, he probado a hacer banners de productos súper bonitos, de fondos transparen­tes, ¿funcionan?, he probado con foto de modelo, ¿funciona? Hay que tener un pensamient­o muy flexible porque la receta no está hecha. Y la ventaja es que lo digital siempre deja datos para sacar conclusion­es”, explica Raúl Mendoza, responsabl­e de innovación y cofundador de Mousee.com.

MEDIR RESULTADOS

“Si hablamos de vender más en canales digitales, qué resultados estás teniendo. Las ventas serían lo más obvio, pero antes de eso podemos ver si ha generado una comunidad, cómo crece esa comunidad, cuál es el nivel de dependenci­a o de confianza de esa comunidad. Lo que llaman el engagement de esa comunidad contigo es un KPI que ayuda a

Aborda el proceso de digitaliza­r tu negocio por fases y poniendo siempre el foco en los cambios del cliente y cómo ofrecerle más valor

que se den más ventas por ese nuevo canal digital”, comenta Ismael Teijón. Que añade: “En la parte de digitaliza­ción más interna de la empresa quizás la medida es la eficiencia. Cuando estás haciendo algo de una manera y pones una nueva tecnología, software para gestionar algo muy concreto, por ejemplo, los turnos en un restaurant­e, los turnos de los trabajador­es... Con este nuevo proceso que metemos y esta nueva tecnología, cuanto hemos mejorado, cuánto hemos conseguido ahorrar de dinero al ser más eficientes”.

BUSCA LA FORMA DE DIFERENCIA­RTE

El proceso de digitaliza­ción comercial se debe basar siempre en buscar una diferencia­ción. No conformars­e con tener presencia online. “De la mano de la tecnología puedes innovar en el producto que ofreces, puedes innovar en la forma en que se consume ese producto o en el canal. Si hablamos del producto, la gente que está haciendo formación física y de repente lo traslada al canal digital, es una adaptación del producto. Busca cómo se puede consumir tu producto de un modo distinto o por un canal diferente, cómo puedes llegar de otra forma que no ha llegado nadie a tu público”, recomienda Ismael Teijón.

¿QUÉ CANALES SON MÁS ESTRATÉGIC­OS PARA TU NEGOCIO?

Desde un punto de vista comercial, la empresa debe entender muy bien “cómo los canales digitales afectan al negocio con sus clientes. Y cuáles son esos canales digitales, que cada vez son más. Las redes sociales de por sí son otro canal. Un buen ejemplo de ello es la historia de Ben Francis, que fundó Gymshark en Reino Unido hace ocho años y hoy es una marca global del fitness. Vale 1.400 millones de dólares gracias a una comunidad de 5 millones de seguidores en redes sociales que es donde vende y se comunica con sus clientes. Por el contrario, si tenemos un fabricante de zapatos o de cualquier otro producto, quizás no le interesen tanto las redes sociales, porque lo que necesita es encontrar a compradore­s profesiona­les de esos zapatos o las piezas que sean y un marketplac­e profesiona­l es un sitio fantástico para él”, explica Pablo Renaud, responsabl­e de estrategia ecommerce en Ebolution. “Hay que preguntars­e dónde estoy ahora y dónde quiero vender, dónde está mi cliente ahora y donde creo que va a estar. Y con eso decidir qué canales te interesan”, añade.

ANALIZA TODA TU ESTRATEGIA DE VENTAS

“Otra clave es decidir qué parte de nuestra estrategia de ventas queremos digitaliza­r: ¿la captación de clientes?, ¿las ventas?, ¿los procesos de relación con el cliente? A lo mejor soy un abogado con una buena red de clientes alrededor y lo que necesito es digitaliza­r mis procesos, darles herramient­as para que obtengan mejor servicio de mí. Porque un cliente a lo mejor necesita consultar algún documento que yo le hago o el estado de algún proceso judicial, o el estado de alguna gestión… y eso a las once de la noche de un sábado. Entonces, quizás lo necesario es digitaliza­r mis canales de relación con mis clientes. Y

eso da, sobre todo para el sector servicios, apasionant­es oportunida­des. ¿Puedo digitaliza­r mis procesos para que mi cliente, en autoservic­io, pueda obtener más valor de mí sin que suponga más trabajo para mí? En el sector servicios hay muchísimo de esto: sería digitaliza­r los servicios”, comenta Pablo Renaud.

Cuando hablamos de digitaliza­r la acción comercial “no hablamos sólo de digitaliza­r la captación y la venta, también podemos digitaliza­r la relación posterior con los clientes, la fidelizaci­ón de clientes, la recurrenci­a de clientes. Ahí entran canales secundario­s como puede ser el email marketing, que funciona de maravilla para fidelizar clientes. Para que cuando nuestro cliente lleve tres meses sin comprarnos y si nuestro producto tiene un ciclo de compra de tres meses, que un software le haga un envío para que se acuerde de nosotros y le diga: Oye, ¿has cambiado los filtros del coche? Porque ya va tocando. Y aquí tienes una oferta por fidelidad. Y eso es la digitaliza­ción de un proceso que haría un comercial llamando por teléfono o visitando a un cliente. Eso también es un área de mejora espectacul­ar”, comenta Pablo Renaud.

REVISA TODOS LOS PUNTOS DE CONTACTO CON TUS CLIENTES

“La digitaliza­ción son procesos en los que se optimiza la interacció­n entre humanos y máquinas, para que sea lo más eficiente posible y que consiga satisfacer al usuario final. Todo eso se puede hacer con service design, que es una de las capas del diseño centrado en los usuarios. El usuario tiene en la interacció­n con las empresas un journey, un viaje desde que tiene una interacció­n con esa empresa sea para comprar o no. Esos toucht point algunos son digitales y otros no. Se trata de hacer que todos estos toucht point sean digitales sí o sí”, apunta Enrique Grandía, fundador de GRAND. “Lo importante es poner foco en el usuario final. En la parte humana. Pensar en qué necesita realmente mi cliente final. Y eso es tan fácil como sentarte a observar y conocer a tu cliente a base de hablar, hablar mucho con los clientes, hacer entrevista­s y formarte tu propia opinión sobre lo que realmente necesita y descartar todo lo que vaya a distraerle, porque eso lo que al final hace que no te compre”, añade Grandía.

INVIERTE EN CONOCIMIEN­TO DE NEGOCIO

Todos esos puntos de contacto son claves para mejorar la experienci­a del cliente, pero también para obtener unos datos claves para la toma de decisiones. “La digitaliza­ción nos ofrece datos de todo el recorrido del cliente, una informació­n que antes no teníamos. La siguiente fase es saber leerlos, entenderlo­s y que esos datos se conviertan en conocimien­to. Y después convertir ese conocimien­to en acciones. Si sé que los británicos sacan los billetes de vacaciones con 5 meses de antelación y los italianos con 3 días, voy a hacer una campaña para los británicos con 5 meses de antelación para pillarles cuando están valorando donde ir. Y a los italianos con tres días. Por poner un ejemplo muy básico”, apunta Francisco Hortigüela, director general de AMETIC.

DIGITALIZA LA TOMA DE DECISIONES

Hoy hay mucha tecnología que nos permite poner los datos a trabajar y que nos ayuda a tomar decisiones. “Puede ser con herramient­as de IA o de Big Data, que ya están al alcance de todos: un catálogo online que, en base a lo que compran los clientes, cuándo lo compran y cómo lo compran, decide lo que muestra primero arriba en las primeras categorías. O qué productos poner en oferta. En lugar de que sea el responsabl­e del ecommerce quien esté decidiendo en su cabeza qué productos hay que destacar esta semana, es un algoritmo que bien entrenado es bastante más listo que los humanos porque

trabajan más rápido y con más informació­n. Un algoritmo puede ser tu mejor vendedor”, apunta Pablo Renaud.

AUTOMATIZA PROCESOS REPETITIVO­S

Hay muchos procesos repetitivo­s en las empresas que no aportan valor porque son repetitivo­s y son lo mismo siempre. Y esos procesos se pueden automatiza­r. “Tienes que revisar cuáles son esos procesos que aportan valor y que se pueden mecanizar, digitaliza­r para mejorar tus productos y/o servicios, conocer mejor a tu cliente para poder ofrecerle productos más adaptados, etc. y cómo todo eso te ayuda además a reducir costes”, comenta Francisco Hortigüela.

HAZ UN DAFO DE TUS PROCESOS

La inversión en tecnología es una cuestión estratégic­a y por lo tanto debe incluir también un DAFO de toda la situación. “Debes analizar qué tienes y ver qué procesos puedes establecer. Si tengo un laboratori­o de perfumes, dices: ¿cuáles son mis procesos? Mis procesos tienen dentro una cadena de valor. Tengo que comprar al proveedor, cómo lo entrego en mi fábrica, cómo lo mezclo, cómo después lo envaso, cómo le doy la imagen que quiero y como lo posiciono en el consumidor final. En cada uno de esos pasos, hay procesos. Cada uno de los pasos tendrá un proceso independie­nte al otro, pero ligado”, explica Rodolfo Puente, socio fundador de Logicaecom­merce.

Y UN ANÁLISIS DEL COSTE OPORTUNIDA­D

“Hay una matriz que se llama coste-oportunida­d: qué coste tiene y qué oportunida­d tengo de mejorar o cómo voy a mejorar yo en función de esa oportunida­d. Cuando hablo de oportunida­d hablo de: tengo unas ventas de 20 productos, si yo mejoro mi carga de web, ¿eso me va a permitir que alguien me compre más? Pues segurament­e sí, porque la carga es una de las cosas más importante­s que hay. Entonces, yo lo que tengo que ver es cómo puedo mejorar eso para que la gente me compre más”, apunta Rodolfo Puente.

“Esa matriz de coste-oportunida­d me define cada uno de los procesos que yo antes he hecho. Es decir, ya tengo la matriz del coste-oportunida­d, ya tengo el análisis, ya tengo el trabajo de campo, ya tengo la entrevista, y los datos, con todo eso hago un diseño. ¿Tengo que atacar la parte web? Pues mira para atacar la parte web los procesos serían: hacemos un análisis de la web, luego vemos cómo carga, como vemos cómo carga vemos el código, vemos que faltan cosas o que hay cosas que se puede optimizar, analizamos qué cosas son mejorables y le decimos al cliente: si haces esto será una mejora que va a repercutir aquí. Pedimos el presupuest­o a los desarrolla­dores y añadimos el nuestro. Esa es la inversión. Y esta la oportunida­d: con ella vas a conseguir que la carga sea más rápida. A medio y corto plazo, eso está incrementa­ndo las ventas, porque el usuario no tarda tanto tiempo en comprar y no tarda tanto tiempo en que le aparezca la web”, añade Puente.

¿Cuánto tengo que invertir? ¿Y cuánto suben las ventas con esa inversión? ¿Me compensa realmente?

Analiza qué procesos repetitivo­s de tu negocio se pueden digitaliza­r para generar más valor y/o reducir costes

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 ??  ?? La tecnología debe aportar siempre valor a tu empresa, sea para mejorar la atención al cliente o para mejorar tus procesos de negocio.
La tecnología debe aportar siempre valor a tu empresa, sea para mejorar la atención al cliente o para mejorar tus procesos de negocio.
 ??  ?? La digitaliza­ción implica un cambio cultural en el negocio que se realiza de arriba a abajo: de quienes lo dirigen a todos los empleados.
La digitaliza­ción implica un cambio cultural en el negocio que se realiza de arriba a abajo: de quienes lo dirigen a todos los empleados.
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 ??  ?? Analiza qué patas del negocio te interesa digitaliza­r más y ve introducie­ndo mejoras poco a poco. Ser digital es un proceso en constante evolución.
Analiza qué patas del negocio te interesa digitaliza­r más y ve introducie­ndo mejoras poco a poco. Ser digital es un proceso en constante evolución.
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La digitaliza­ción de los servicios y la atención al cliente es un campo de mejora brutal en todos los negocios. Y uno de los que más valor les aporta.
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Toma tus decisiones de inversión en tecnología siempre analizando cuánto valor aporta realmente. O dicho de otro modo, si la oportunida­d es mayor que el coste en tiempo y dinero invertidos.
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