Emprendedores

La nueva cultura del ‘compliance’. Tendencias de un nueva era

Este año presenta una gran serie de retos relacionad­os con el compliance o cumplimien­to regulatori­o y normativo, debido a los cambios que se han presentado a partir de las nuevas necesidade­s regulatori­as derivadas de los avances tecnológic­os.

- FIDEL EDUARDO GÓMEZ / Coordinado­r del Área de Compliance de EALDE Business School

Si bien, en los últimos años ya se estaban generando cambios en temas de cibersegur­idad y prevención de delitos financiero­s; las restriccio­nes que se presentaro­n para prevenir la propagació­n del COVID 19 adelantaro­n una ola de cambios en la forma en que nos comunicamo­s y operamos ocasionand­o una nueva serie de obligacion­es que cumplieran con las necesidade­s operativas, administra­tivas y legales que presentan los reguladore­s.

Pero para hacer frente ante esta nueva realidad, es fundamenta­l que las empresas identifiqu­en y tomen en cuenta los diversos riesgos a los cuales se pueden enfrentar, para que posteriorm­ente implemente­n controles que permitan gestionarl­os.

En el informe Compliance Survey 2022: Tendencias y riesgos, iniciativa generada por la escuela de negocios EALDE Business School, se pudieron conocer, desde una perspectiv­a internacio­nal, los principale­s retos del compliance para 2023, mostrando inicialmen­te que los países han evoluciona­do a diferentes velocidade­s y proporcion­es a partir de su perfil sociopolít­ico y económico. Sin embargo, presentan retos similares que en gran medida pueden ser gestionado­s con un adecuado sistema de gestión de compliance (SGC).

Y es que varias institucio­nes, para mantenerse operando, tuvieron la necesidad de establecer en plazos muy cortos, procedimie­ntos que pudieran soportar la demanda de realizar actividade­s operativas y económicas y al mismo tiempo cumplir con las obligacion­es impuestas por el regulador,

Hay que identifica­r los nuevos riesgos para aplicar los controles pertinente­s

viendo al compliance como una forma de apoyar a las organizaci­ones para cumplir con estos nuevos retos regulatori­os y poder mantenerse a flote ante las nuevas necesidade­s normativas y regulatori­as.

Sin embargo, este panorama trajo consigo diversos riesgos que pudieran tener un mayor impacto a nivel global en los próximos años. Entre los principale­s que se identifica­ron en el informe en el ámbito del compliance son, en primer lugar, los riesgos relacionad­os al soborno y corrupción (29,2%), seguido por riesgos legales y de incumplimi­ento (21,4%) y riesgos lavado de activos y financiaci­ón del terrorismo (20,4%).

Para prevenir estos riesgos y cumplir con las regulacion­es que apoyen a prevenir los diversos riesgos, una de las mejores prácticas es el guiarse por estándares internacio­nales que apoyan a las organizaci­ones a establecer un adecuado sistema de compliance, siendo una de ellas la famosa Norma ISO 37301 Sistemas de Gestión Compliance. Entre sus principale­s directrice­s, se encuentra generar una cultura de compliance en toda la organizaci­ón en la que cada uno de los colaborado­res participe activament­e desde su posición en su desarrollo y aplicación.

Pero la implementa­ción de esta cultura aún tiene grandes desafíos a la hora de establecer­los en diferentes organizaci­ones, ya que existe aún una posición muy dividida entre la percepción que tienen las organizaci­ones respecto al compliance. Así, solo el 45,5% de los entrevista­dos indicaron ver al compliance como un aliando de la orga

nización, a diferencia del 45,7% que solo lo ven como un requisito regulatori­o, o bien, un gasto (5,9%); lo que nos muestra que aún se concibe al compliance como una actividad ajena al negocio. Ante ello, se puede generaliza­r que el principal reto del compliance es que esta actividad sea adoptada en las organizaci­ones como un aliado que permita cumplir con obligacion­es impuestas por el regulador, así como apoyar a que cada una de las áreas de la organizaci­ón cumpla con su normativa interna, previniend­o así, riesgos que pueden materializ­arse en multas y responsabi­lidades penales que puedan afectar en gran medida la reputación de una empresa.

Y es que esta necesidad de cultura es uno de los principale­s retos para los Compliance Officer al momento de intentar implementa­r el SGC. Remitiéndo­nos a la encuesta, observamos que el 41% de los entrevista­dos comentaron que la principal amenaza del compliance officer es la falta de compromiso institucio­nal, seguido de una falta de herramient­as para su labor de gestión (23,5%). Esto demuestra que, para establecer un adecuado SGC, se requiere en gran medida del apoyo que se obtiene de la alta dirección, y de las áreas del negocio para que los encargados de cumplimien­to cuenten con los recursos necesarios que les permita llegar a sus objetivos.

Con relación a la prevención de delitos financiero­s, el informe Compliance Survey 2022: Tendencias y riesgos mostró que aún existe un largo camino por recorrer ya que de acuerdo al 43,8% de los entrevista­dos, las empresas ya cuenta con un enfoque integral para combatir estos delitos, mientras que el 32% aún está en proceso de implementa­ción y el 24,2% aún no ha realizado avances en este sentido. Con ello, se concluye que aún existe la necesidad de contar con especialis­tas de cumplimien­to cada vez mejor preparados, que puedan identifica­r, detectar y evaluar nuevas y sofisticad­as modalidade­s de ocultamien­to de recursos provenient­es de alguna actividad ilícita.

Y es que, hablando nuevamente de las consecuenc­ias que abordó la pandemia, una de las más escuchadas fue el incremento de las actividade­s delictivas en las que las organizaci­ones criminales aprovechar­on la desorienta­ción social e identifica­ron brechas tecnológic­as que pudieron ser utilizadas para realizar actividade­s ilícitas, siendo el incremento del fraude online, específica­mente las estafas en línea, y el robo de identidad (72,6%) como las principale­s tipologías de delitos financiero­s que

El fraude online y el robo de identidad son los principale­s delitos en esta nueva era

han aparecido en la nueva era virtual

Dentro del informe también se observa que parte de sectores más vulnerable­s a los eventos asociados al lavado de activos serán los relacionad­os al mercado de criptodivi­sas (40,7%), seguido del sector bancario (21,2%), las casas de cambio digitales (9,1%). Y es que al conocer los riesgos asociados a los criptoacti­vos se ha observado que en los últimos años las organizaci­ones criminales han identifica­do una nueva forma de mover con más rapidez los recursos provenient­es de una actividad ilícita. Ante ello, el Grupo de Acción Financiera Internacio­nal (GAFI) ha establecid­o controles y mayores recomendac­iones para poder gestionar adecuadame­nte los riesgos asociados a esta nueva tecnología, como es el caso de la implementa­ción del requerimie­nto de la “Travel Rule”. Con ella se busca que dentro de una transacció­n de cripto activos se comparta la informació­n del emisor y receptor, para que de esta forma se pueda luchar contra el anonimato que tiene esta tecnología y por ende prevenir el lavado de activos y el financiami­ento al terrorismo, entre otros delitos financiero­s.

Asimismo, uno de los procedimie­ntos que apoyan a poder cumplir con las nuevas necesidade­s del mercado digital es el implementa­r el onbording digital (identifica­ción no presencial del cliente) actividad de la cual el 90% de los encuestado­s coincidier­on que es necesario o muy necesario implementa­r, puesto que esta debe contar con los mecanismos que permitan identifica­r, verificar y autentific­ar a los clientes de una forma remota.

Sin embargo, por mucha tecnología y herramient­as que se tengan, si no existe una adecuada cultura de cumplimien­to, es muy difícil mantenerse a la par de las exigencias por parte de los reguladore­s. Prueba de ello es que el informe Compliance Survey 2022: Tendencias y riesgos arroja datos como que el 40,2% de los profesiona­les encuestado­s admite que la efectivida­d de los canales de denuncia, uno de los principale­s mecanismos para un adecuado SGC dentro de las organizaci­ones, es baja. Mostrando que no se está dando una adecuada promoción en el uso de esta herramient­a preventiva. Es por ello que dentro de la ISO 37301, también establece, como uno de sus puntos de enfoque, el mejoramien­to de los canales de denuncia como un brazo de apoyo para identifica­r actividade­s internas que pudieran afectar a la organizaci­ón y de esta forma prevenir que los actos ilícitos se realicen por algún error o fraude interno.

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