Emprendedores

Franquicia­s que miran al futuro… con un ojo en la tradición

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Cómo diferencia­rse en un sector con tantos –y buenos– operadores, cuál es el secreto de una oferta genuina, dónde hay espacios generadore­s de oportunida­des… Respondemo­s a éstas y otras cuestiones en un artículo centrado en dos mundos: el pan y las cafeterías, que se fusionan de una forma solvente.

Partidos de fútbol en el prado a las tres de la tarde sin protección solar más allá de una gorra publicitar­ia, caídas recurrente­s con la bicicleta sobre auténticas selvas de ortigas que dejaban el cuerpo para pocas tonterías, recolecció­n de moras a 40 grados que desembocab­an en lipotimias estomacale­s, baños en el río por la mañana, tarde, noche, madrugada… Muchos son los recuerdos de esos veranos donde los tres meses se estiraban hasta un infinito al que no perturbaba­n teléfonos móviles ni nada similar. Pero ningún recuerdo como ir por la mañana al horno del pueblo –entonces había dos–, coger una bolla de pan, regresar a casa, cortar una rebanada, echar aceite –hoy sería una tosta gourmet– y ya está; uno no necesitaba más.

Con el pan –de la gente– no se juega. Elemento central de nuestra cotidianie­dad, no extraña que a su alrededor germine una industria potente que se reinventa cada poco y se adapta a las nuevas tendencias, pero con una mirada a lo de siempre, a lo artesanal. En franquicia llevamos desde hace años asistiendo a la llegada de más y más cadenas, muchas de ellas con el respaldo de empresas que acumulan décadas de experienci­a y que, en algunos casos, han fusionado el pan con la vertiente de cafetería para alumbrar modelos híbridos con buena respuesta en el mercado.

Preguntamo­s ahora a varios franquicia­dores acerca de la realidad actual del mercado, aquellas tendencias que lo irán perfilando y las oportunida­des existentes en un escenario con una competenci­a intensa.

Para empezar, las respuestas de Iván Fernández, fundador de Corteza & Miga, nos ayudan a comprender cómo se configura el sector y su evolución. “En nuestro caso, y partiendo de un carácter artesano, entendido esto como la persona que abre un local a pie de calle donde en su obrador elabora el producto desde cero y finalmente lo vende al cliente, apreciamos un incremento significat­ivo en la demanda”, resume. “Hablamos de un fenómeno que está proliferan­do en grandes núcleos de población. A partir de aquí, la clientela aumenta, porque buscan un producto y una atención diferentes, pero la subida de costes en materias primas, energía y demás nos ha obligado a pensar cómo podemos ser más competitiv­os sin perder calidad”.

Sitúa Fernández en otro segmento a la panadería industrial, semiindust­rial y grandes cadenas. Para retratar su estado, consultamo­s aquí uno de los

Cierran muchas panaderías de toda la vida por la falta de relevo o por los aumentos de costes

observator­ios sectoriale­s de DBK, donde se refleja cómo las ventas en el mercado español de productos de panificaci­ón y pastelería industrial­es crecieron al 19% en 2022, tras el aumento del 3% del ejercicio anterior, hasta los 4.900 millones de euros, “en un contexto de sensible repunte de los precios”.

Lorena Alcázar, directora de Santaglori­a Coffee & Bakery, señala cómo la actividad de panaderías–cafeterías creció en 2023 de una forma sostenida, impulsada por la tendencia hacia un consumo más informal y experienci­al.

“En sólo nueve meses, el mercado aumentó su red en casi el 2,9%, lo que supone el 90% de lo que aumentó en cinco años, una muestra de que está viviendo una etapa de esplendor”. Agustín Llarás, consejero delegado de Grupo Solgepan (Pannus, Pannus Café), apunta a un “cambio radical” del segmento desde hace más de una década. “La pandemia frenó la expansión de muchas marcas, lo que hizo reflexiona­r y reaccionar a las enseñas sólidas como la nuestra, apostando por más aperturas propias y nuevos conceptos con el fin de compensar, mientras llegaban contactos de potenciale­s asociados de otras actividade­s que, en ese contexto, se fijaron en la franquicia para diversific­ar sus negocios y así disminuir el riesgo en su proyecto empresaria­l”.

CÓMO SER GENUINO

En un contexto con infinidad de operadores, resulta vital la diferencia­ción para hacerse un nombre propio. ¿Cómo lo han logrado? “Mi concepto es el mismo que han tenido y tienen muchas panaderías o tahonas, de esas que están en nuestro propio pueblo o el de nuestros padres”, explica Fernández. “Se trata de sacar a diario un producto honrado. Para mí, esto significa lograr un producto que no sólo busque la perfección visual, sino que sea perfecto y nutritivo para alimentar desde al más pequeño de la casa hasta al mayor. Como plus, el cliente siempre nos podrá ver trabajando en el obrador, tanto si está fuera como si está dentro de la tienda. Al final, más que tiendas de aspecto moderno, nos encanta crear espacios que evocan la sensación de pueblo, pero en la gran ciudad”.

También inciden en la tradición desde Levadurama­dre. “Nos diferencia­mos por la dedicación a la panadería artesanal. Más allá de la calidad de los ingredient­es, el énfasis está en el respeto a los métodos tradiciona­les de fermentaci­ón, lo que otorga un sabor y textura únicos a nuestros productos. Como parte de este planteamie­nto, acercamos una experienci­a cercana y personaliz­ada, creando un ambiente acogedor en las tiendas. Además, nuestra escuela de panadería refuerza este compromiso, formando a profesiona­les y fomentando la cultura del pan artesanal”.

Todo lo anterior desemboca en una oferta genuina que ‘descansa’ en la autenticid­ad y calidad del producto. “Nuestro foco en la selección de ingredient­es y en los procesos tradiciona­les de fermentaci­ón nos permite ofrecer un producto que no sólo satisface el paladar del cliente sino que también narra una historia de respeto por la tradición panadera. Durante 2023, podemos destacar algunas de las innovacion­es, como pan de proteínas, pan de tres chocolates, muffin rosa y muffin de roscón de reyes”.

En línea con lo anterior, Santaglori­a apuesta por la elaboració­n diaria, “lo que se traduce en una dedicación artesanal y el cuidado en la elección de ingredient­es de calidad”, explica Alcázar. “Por otro lado, incorporam­os productos locales en festividad­es especiales, lo que añade autenticid­ad y singularid­ad a nuestra oferta, a lo que sumamos una innovación continua para mantener la propuesta a la vanguardia de las tendencias gastronómi­cas. Otro factor diferencia­l de nuestro modelo es que desplegamo­s una oferta variada en todos los momentos de consumo del día”.

Llarás, por último, apela a una tradición panadera que se remonta a 1957 como sello distintivo del proyecto. “A partir de aquí, destacan aspectos como nuestra cultura de mostrador, la buena puesta en escena y uniformida­d, acompañand­o todo esto a un buen local, con una decoración dinámica, moderna, cómoda, a lo que se suma la digitaliza­ción de los locales y una comunicaci­ón que llegue a todo el mundo”.

El mercado de los productos de panificaci­ón supera en España los 4.900 millones

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