Esquire (Spain)

‘NAMASTÉ’

EL LOCO REFLEXIONA

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Conocemos el lado más espiritual de un actor con estilo: el canario Álex García.

COLARSE EN LA PIEL DE OTROS ES SU TRABAJO. FRENAR PARA NO ADELANTAR A SU PROPIO CUERPO, SU OBJETIVO. REUNIMOS AL HOMBRE Y AL ACTOR

Llega tarde por culpa del maldito atasco. Dos horas encerrado en un coche transforma­n a cualquiera en un energúmeno, pero no a Álex García (Tenerife, 1981). Uno, porque le encanta conducir y dos, porque medita al volante. Resultado: llega relajado. “Soy un tío inquieto y un poco desastre. Me hace mucho bien la meditación. Conduciend­o he encontrado mi propio método. Por eso cojo mucho el coche, aunque hoy ha sido demasiado (risas)”, dice con el sueño aún pegado en los ojos, pero con una sonrisa extremadam­ente amable.

Cogemos un taxi. El resto del equipo nos espera en un hangar a las afueras de Madrid. Coches antiguos, gasolinera­s retro de atrezo, furgonetas molonas y caravanas para rodar trepidante­s road movies nos servirán para chutar este editorial de moda. No ha sido al azar, claro. A Álex le fipa viajar en estos trastos. De hecho, en unos días llenará el depósito hasta arriba y se largará en uno de ellos hasta que el mar corte la carretera. Un planazo para arrancar el año, después de un 2017 redondo. “Ha sido el más intenso de mi carrera: la serie En tiempos de guerra, la obra Incendios, junto a Nuria Espert y Mario Gas, y todo mientras producía mi primera obra de teatro, El amante, de Harold Pinter, con Verónica Echegui y Daniel Pérez Prada. Y todo ha funcionado. ¡Muy fuerte! Para una persona tan pequeña como yo esto es demasiado. Pero he ido tan disparado que he adelantado a mi propio cuerpo. Por eso necesitaba este parón para reunirme conmigo mismo. A nivel profesiona­l estoy muy orgulloso. Respecto a mi búsqueda interior, no tanto, porque necesito alejarme lo menos posible de mí mismo. Suena profundo, ¿no?, pero en esas estoy (risas)”.

Ahora toca descansar con los ojos mirando al océano y devorando los libros que se le acumulan. Moby Dick es el primero de la lista. Todo muy marítimo: “Yo he crecido en el mar. Tuve una infancia muy feliz en Tenerife. Dentro del agua encuentro la paz”. Mientras se resetea, El Pavón Teatro Kamikaze se prepara para levantar el telón de la tercera temporada de El amante. Un exitazo que ni él se lo cree. “¡Estamos fipando! Volvemos el 17 de marzo. Hay muchas sorpresas. La parte experienci­al entre público y actores va a ser la bomba. ¡ Música, cócteles y fiesta garantizad­a!”, nos adelanta. Si estás pensando que como empresario teatral ha dado el pelotazo, estás equivocado. Poner en pie un proyecto de este calibre cuesta mucha pasta y el éxito no siempre se traduce en benefcios. “Me conformo con ir recuperand­o. Si no hubiéramos vendido todas las entradas en las otras dos temporadas, ahora no podríamos repetir. Pero ni Nacho Aldeguer ni yo lo hicimos por dinero. Como decía Oscar Wilde: ‘Merece la pena morir por la poesía de la vida’. Pedante, pero satisfacto­rio”, reconoce, mientras pone por las nubes el trabajo de Miguel del Arco como director del Kamikaze, “que hasta en Latinoamér­ica le conocen”.

A estas alturas ya te habrás percatado de que Álex García es algo más que un galán de la interpreta­ción (recordemos que estuvo a punto de llevarse el Goya por La novia, adaptación de Bodas de sangre, de Lorca). Tan despegado está de lo físico que, aunque no lo creas, su objetivo en el trabajo es huir del éxito y la fama. Por lo menos, eso dice: “Conozco a muchos, y en el pasado yo mismo, infelices en busca del aplauso. Yo llevo tiempo trabajando esto para eliminarlo. Tengo ese pinchazo inevitable del que quiere hacerlo bien, pero intento alejarme porque es dañino y me separa de lo que me trajo aquí, que es contar historias y entretener a la gente. Eso es lo que me hizo venir a Madrid hace ya 18 años”. Camarero, animador de festas, culo de caballo en la obra Pippi Calzaslarg­as, actor en El Retiro... ha hecho de todo por cumplir su sueño. Y ahora, ¿qué otros persigue?: “Sueño con pequeñas metas. Una de ellas es poner mi granito de arena en la lucha contra el machismo. Cada noticia nos recuerda la cárcel social de la que venimos. El machismo se ha normalizad­o a un nivel extremo y hay que frenarlo con la misma fuerza con la que se ha inculcado. El mismo cine que se hace en este país tiene un mensaje machista intrínseco que se recibe con aplausos, Goyas y festa. Deberíamos hacer campañas de marketing para seducir a los que creen que es una reivindica­ción absurda y radicaliza­da. No, señores, es una cuestión de humanidad, de justicia, de luchar por lo que debería ser y no es. Yo lo he vivido con mi pareja (la actriz Verónica Echegui) un día corriendo por Cádiz. ¿Por qué tienen que aguantar este acoso desde que nacen?”. Tan consciente es de la realidad que se ha planteado ir a las escuelas de interpreta­ción para contar cómo a veces ocurre el abuso en el trabajo y cómo a veces no nos damos cuenta: “Sé que muchos compañeros se apuntarían”.

FELIZ EN LA CARRETERA

Esta charla –a ratos encendida por la crispación que le producen las injusticia­s– la mantenemos en una de esas caravanas que tanto le gustan y que pronto conducirá para marcharse lejos. Quizá ya esté de regreso, pero aún recuerdo cómo se le iluminaba la cara cuando hablaba de sus viajes al volante. “El más largo ha sido de un mes, una risa para mi hermano, que vive en una. Y el más bonito, el de París. Dormimos a orillas del Sena, frente a la Torre Eiffel. Al día siguiente unos gendarmes nos tocaron la ventanilla y nos dijeron que no podíamos estar ahí. Pedimos perdón y nos fuimos, pero ya habíamos pasado la noche (risas)”. Cero consumista –“me lo enseñó mi madre”– y con un punto de locura que le hace sentir vivo –“siempre me han llamado loco porque me lanzo aunque la piscina esté vacía, de ahí El Loco Produce [su productora]”– dejo libre a este ser inquieto con una última cuestión: ¿Qué pregunta no te he hecho y te habría gustado oír? “¿Has crecido espiritual­mente? Nadie lo pregunta, ni la familia. Y claro que estaría genial tener tres Goyas, tres Oscar y producir pelis, pero eso no te hace feliz. La verdadera felicidad está dentro de nosotros. No voy a empezar a dar clases de búsqueda interior el mes que viene (risas), sé que tengo toda la vida para encontrarl­a”. Quizá se acerque un poco más a ella con su nuevo proyecto, una producción internacio­nal de envergadur­a –“aún secreta”– que rodará en agosto. Mientras, para los que le echamos de menos, regresará a la cartelera en junio con la comedia Gente que viene y bah, con Clara Lago y Carmen Maura.

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Camiseta de Hermès, chaqueta de Ermenegild­o Zegna y pantalón de Bottega Veneta.

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