BUENAS NOTICIAS PARA CASI TODOS
Que una primeriza consiga editar un libro sin tener amigos en el mundo editorial, solo porque es bueno es esperanzador para todo ‘dreamer’. Pero que sea alabada por los grandes da vértigo. Esto es lo que nos ha contado el poeta y novelista Carlos Zanón
Mientras uno va leyendo Morir no es lo que más duele, de Inés Plana, piensa que este libro es una buena noticia para casi todo el mundo. Los que se quedan fuera del ‘casi’ son los autores de esas novelas con vocación y efectos mayoritarios, pero estructurados sobre plantilla, mal cosidos y peor bordados. “Morir no es lo que más duele” tiene olor a canon de ventas bien escrito. Y si es el canon y atendiendo a la capacidad mimética de la industria, tendremos un aumento de nivel siempre y cuando haya escritores o escritoras detrás, claro. Y es que Inés Plana es una autora ya hecha y que ha venido para quedarse. Lleva muchos años en la escritura desde el mundo del periodismo y el guion, y dedicó años a la confección de esta novela. Y se nota. La llamo por teléfono, días antes de conocerla en persona, con ocasión del festival Bcnegra. Llego tarde a no sé qué y la llamo desde un taxi. Trato de imaginarme dónde estará ella y no lo consigo. Visualizo otro taxi y que vive en Madrid. Allí también hay taxis.
UNA NOVELA SÓLIDA
Es esta una novela sólida, rocosa en su gestión de los espacios entre las acciones y los planos, muy visual, ambiciosa. Hay calidad de página, párrafos de tragos secos no tanto por la extensión de su respiración como por lo sobrio que ha querido escribirla. Juega Inés Plana con la atención del lector, sorpren- diéndole una y otra vez, ausente la violencia extrema pero no así la truculencia. Y un uso del miedo doméstico, de la imposibilidad de conocer a nadie, por mucho que duerma contigo o guarde tus pecados hasta la muerte. Le hago un comentario impertinente de autor. ¿Demasiados volantazos? Para nada. Su querencia por la novela sin pausas, sin meandros ni dilaciones. Solo como lo explica puede convencernos de su conveniencia narrativa. Esos instantes en los que cambia toda la vida. La idea de la maldad oscurece siempre un relato en el que tanto lo realista como lo prerracional se explican del mismo modo: abro los ojos y veo, los cierro y los vuelvo a abrir y estoy ciego.
VIVA LA BENEMÉRITA
Trama artesanal y forjada a fuego lento – sus expectativas, sus referencias, me dice-–y unos personajes –bien colocados, dialogados y sacados de escena– que iba creando a medida que avanzaba en la escritura.
¿ Por qué la Benemérita? Me cuenta que nació en Barbastro y allí fue al colegio con hijos e hijas de guardias civiles. Un cuerpo de montaña muy querido que eligió por su singularidad, una estructura de jerarquía militar, un cuerpo muy complejo, que no tiene simplificación posible. Me temo que lo de Inés Plana tampoco.