CINCO CONSEJOS PARA COMER A TU AIRE (Y QUE TE LO PASES MEJOR QUE ACOMPAÑADO)
1 ELIGE UN SITIO ADECUADO
Uno de los errores más comunes es elegir un lugar triste y deprimente porque te vas a sentir un idiota si te pegas un homenaje en un restaurante de alto nivel. Error. Jamás encontrarás el disfrute de comer solo si lo haces en un local lamentable. Ni solo ni acompañado.
2 OJO CON LA UBICACIÓN
Hay dos opciones: barra o mesa. Lo primero es ideal si buscas (quizá) algo de conversación casual; pero si no quieres cruzar palabra con nadie, elige mesa. Preferiblemente al lado de una ventana o en una esquina, desde donde podrás observar la escena sin sobreexponerte.
3 OLVÍDATE DEL MÓVIL
Aunque te resulte muy muy difícil, no te pases toda la comida mirando el móvil. Te vas a perder toda la diversión de la comida (la decoración, los detalles de los platos) y, lo que es más importante, no disfrutarás de tu soledad y tranquilidad. Y para eso has ido, ¿no?
4 PASITO A PASITO
Comer solo no implica necesariamente meterse un menú degustación de 18 pases la primera vez. Lo mejor, si eres un tímido, es comenzar por lo más fácil: un desayuno. Además de ser más breve, estarás rodeado de otra gente que también come en soledad.
5 NO TENGAS PRISA
Una vez sentado, con una buena copa de vino y elegido el menú, no tengas prisa por terminar, nadie te espera. Disfruta de cada plato, de cada sorbo, de cada detalle. Y piensa en cómo sería esa comida si hubieras ido acompañado. ¿Mejor, peor? Ah, y pide un trago. Te lo has ganado.