ARMARIO?
T E X T O: BORJA MORAIS ABRIL 2018 _ esquire
Desde la fundación de la Liga Española en 1929, más de 14.800 futbolistas han disputado algún partido en Primera o en Segunda División. De todos ellos, ni uno solo ha declarado públicamente ser homosexual. Entre las principales ligas europeas, con sus distintos clubes profesionales y los diferentes jugadores que han pasado por cada uno, solo tres hombres (el inglés Justin Fashanu, el estadounidense Robbie Rogers y el alemán Thomas Hitzlsperger) declararon abiertamente ser gais. Fashanu no volvió a jugar al fútbol profesional tras su declaración y terminó suicidándose; Rogers se retiró el mismo año – aunque regresó meses después– y Hitzlsperger salió del armario una vez abandonó la práctica del fútbol. ¿Qué está pasando en el llamado deporte rey? En declaraciones a Esquire, José Ramón de la Morena, director y presentador de El Transistor, de Onda Cero, pone el balón en juego: “En España nadie ha dado todavía el paso, ser el primero en derribar ese muro implicaría una valentía admirable, pero no estoy seguro de que fuera compensatoria, lamentablemente aún no”.
INVESTIGAR O RESIGNARSE
“En este club no hay maricones”. Cuando recibió un email que terminaba con esta sentencia, el periodista Juan Antonio Alcalá puso fin a su lucha por que los futbolistas decidan libremente si quieren revelar su verdadera orientación sexual. El correo electrónico, escrito por un alto cargo de un prestigioso club, fue un knockout directo a la mandíbula reivindicativa del primer periodista deportivo español que confesó abiertamente ser gay: “Llevaba más de un año trabajando en un reportaje para OUT Magazine, la prestigiosa revista estadounidense dirigida al público LGTBI. Tenía la misma esperanza que me estás mostrando tú [ se refiere al periodista que ha recogido el testigo de investigar el caso para Esquire] por normalizar algo que forma parte natural de nuestra sociedad. Pero si el fútbol quiere vivir en el siglo XIX, no seré yo quien lo impida”.
Los organismos que rigen el deporte rey español son conscientes de su influencia en la sociedad. Laliga, asocia- ción que integra a los clubes que participan en Primera –Laliga Santander– y Segunda División –Laliga123–, tiene una ardua tarea combatiendo contra algunos de los males que se airean en las gradas. Según un informe publicado el año pasado por FARE Network (ONG que estudia la discriminación en el fútbol), los estadios españoles ocuparon el primer puesto en incidentes homófobos en partidos de las temporadas 2015/16 y 2016/17, con 13, seguidos por Croacia ( 10), Reino Unido ( 10) y México (10). En un comunicado exclusivo para este artículo, Laliga afirma: “El fútbol es un deporte educativo, inclusivo y social. Desde aquí trabajamos para que este espectáculo sea un entretenimiento donde participen y jueguen todos, y para que no haya en ninguna actividad relacionada con el fútbol comportamientos violentos, racistas, xenófobos y/u homófobos”.
Lo cierto es que las leyes no lo ponen fácil. Hace poco más de un año, el 2 de febrero de 2017, Esquerra Republicana de Catalunya presentó precisamente una proposición de reforma sobre la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, racismo, xenofobia e intolerancia en el deporte para incluir la homofobia, la transfobia y la bifobia como actos punibles. Hasta ahora, la ley solo castiga, literalmente, los actos violentos, xenófobos, racistas e “intolerantes”. La homofobia no aparece como tal en el texto. La proposición fue aprobada por el Pleno del Senado el 8 de marzo del año pasado y continúa actualmente su trámite parlamentario. Al cierre de esta edición no hay noticias sobre cuándo entrará en vigor la nueva ley. Algunos expertos consultados advierten de una invisible dificultad para aplicarla: no hay jugadores declarados públicamente homosexuales, con lo que el delito de homofobia no podría demostrarse, de ahí que sea tratado solo como un simple insulto.
Ciertos sectores reclaman una mayor implicación de Laliga en un asunto aún considerado tabú en el mundo del fútbol. “Hemos visto muy poco interés de Laliga, al menos, a la hora de erradicar los cánticos homófobos en las gradas”, afirma Rubén López, portavoz de Arcópoli, asociación LGTB de Madrid.
la RFEF, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y de todos los agentes implicados en el mundo del fútbol, incluidos organismos internacionales como la FIFA o la UEFA. Estas sinergias harían más fácil que se comenzara a andar un camino que el fútbol, tarde o temprano, tendrá que recorrer”.
La actuación de los organismos más importantes del balompié español, por tanto, se ve desde dos puntos de vista: los pesimistas que critican la pasividad con la que se trata un tema de relevancia social; y los optimistas que avalan las distintas medidas centradas en la educación desde la pluralidad y la tolerancia. Los realistas asumen que todo son, de momento, teorías y habladurías. Los datos siguen siendo los que son.
Un gran avance en este sentido puede ser el plan presentado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) el pasado mes de febrero llamado Fútbol y Visibilidad LGTBI, con el fin no solo de combatir la discriminación, sino de normalizar la presencia de todas las sensibilidades en los terrenos de juego. La campaña será impulsada en redes sociales con el hashtag # Contrahomofobiafutbol, un movimiento más que interesante puesto que, según un estudio promovido por Séntisis, empresa española dedicada a la monitorización de redes, un tercio de los usuarios utiliza mensajes homófobos para insultar en los partidos.
MÁS FÁCIL PARA LOS PEQUEÑOS
Richard Zubelzu, director del documental Fuera de juego, lleva tiempo investigando el tema. “Siempre se ha especulado con que las directivas de ciertos clubes han prohibido a determinados jugadores declarar abiertamente su homosexualidad”, denuncia. Las acciones de los clubes más grandes siempre tienen más repercusión, pero como dice Daniel Abanda, director de Comunicación y Marketing del CD Leganés, “si hay voluntad, da igual la envergadura del club”. Sí es cierto que la capacidad de maniobra de los equipos más modestos les da cierta ventaja. “Cuando decidimos lanzar la acción del brazalete –cuenta Álex López–, buscábamos que los clubes secundaran la idea de forma espontánea, subiendo fotos a sus redes sociales. El Eibar nos comunicó que lo iban a hacer en la siguiente jornada y todo se aceleró. La acogida fue muy buena y pese a no ser una iniciativa oficial de Laliga, varios equipos secundaron la propuesta”.
Una de las potenciales vías para la normalización es, inexorablemente, la cultura. La Fundación de la Real Sociedad, junto con Donostia Kultura, han patrocinado la primera edición de Korner Kultura & Futbol Festibala, celebrado en febrero y que fomenta las conexiones entre cultura y fútbol con un programa de actividades enfocadas al gran público. En él se estrenó la obra de teatro El jugador, en la que un futbolista homosexual contrae el VIH y es obligado por su club a declarar públicamente que ha sido por una relación extramatrimonial con otra mujer. Asier Andueza, director y guionista, afirma que cuando le presentó la propuesta a la Real Sociedad “el club aplaudió la idea porque aunaba impacto social, cultura y fútbol”.
El Valencia CF es otro equipo con un compromiso reseñable por la integración de las minorías. El conjunto ché fue noticia en su día por apoyar el nacimiento de una peña integrada en su totalidad por mujeres, y hace poco más de un año que cuenta con su primera peña LGTB. “Estamos en permanente contacto. Nuestra intención es apoyar distintas causas y el club siempre se ha mostrado encantado con nuestras propuestas”, afirma Raúl Jiménez, portavoz de la peña. El hecho de que la mitad de los equipos de Primera División hayan participado* de un modo u otro en este artículo denota que se trata de un asunto que cuenta cada vez con una atención mayor. Pero falta el paso definitivo.
¿A QUIÉN TEME EL FUTBOLISTA?
Petón, como jugador que fue, cuenta que “cuando tenía 19 años recién cumplidos y estaba en el Real CD Caraban- chel, los veteranos conocían a un entrenador que formó un equipo en Castilla -La Mancha donde toda la plantilla era homosexual. Y estoy hablando de 1977. Durante mi carrera conocí a dos jugadores que eran gais. Así que es muy improbable que no haya un solo futbolista gay”. Y añade: “El aficionado llama maricón al que sabe que no lo es. Lo hace con el fin de desestabilizar, no de meterse con él personalmente. ¿Quiénes han sido siempre objeto de este insulto? Jugadores heterosexuales que, además, tenían éxito con el género opuesto”.
Javi López, capitán del Espanyol, considera que “si de verdad todavía es necesario normalizar la homosexualidad en el fútbol es que tenemos un problema grande como sociedad que deberíamos arreglar”. Àlex Granell, capitán del Girona, está convencido de que en su vestuario “no se debería gestionar ningún ambiente extraordinario, puesto que a todas las personas se las trata desde el respeto”.
Cuando Thomas Hitzlsperger decidió compartir con el mundo su homosexualidad, en 2014, el entrenador español Roberto Martínez, actual seleccionador de Bélgica y por aquel entonces técnico del Everton inglés, último club de Hitzlsperger, declaró en rueda de prensa: “Apoyamos la decisión de Thomas de ser feliz como persona, de salir del armario y de decirlo. Es importante en cualquier faceta de la vida, no solo en el deporte. Debes ser quien eres y ser capaz de expresar tu sexualidad”. El gesto de Martínez es aún más significativo cuando nos cuenta que no llegó a coincidir con Thomas: “Entré en el cargo como entrenador cuando él ya no formaba parte de la plantilla”, explica.
Tomando como ejemplo a Hitzlsperger, “si un jugador diera el paso, el mayor beneficiado no sería únicamente él mismo, sino todos aquellos que desean actuar como él y no se atreven”, piensa Daniel Abanda. “El futbolista con cabeza casi siempre busca construir una familia y no exponerse demasiado, lo que me parece una decisión acertada.
Fuera de juego es el documental que se estrenó en Filmin el 19 de febrero (Día Internacional Contra la Homofobia en el Fútbol) y en el que, mediante entrevistas a personajes de distintos ámbitos, se trata la invisibilidad de la homosexualidad en este deporte. Su director afirma que se encontró con la negativa de importantes clubes y comparte una interesante reflexión: “Muchos tienen entre sus patrocinadores a marcas árabes. Por lo tanto, podría ser un problema que uno de los integrantes de su plantilla decidiera salir del armario”.
Yo sí que apoyaría a un jugador que se atreviera a romper el hielo, aunque considero que es una decisión en la que no cabe consejo de nadie, puesto que uno no puede equivocarse en algo así”, expone Petón.
Víctor Gutiérrez , waterpolista profesional y miembro de la selección nacional, fue el primer deportista español de equipo que anunció su homosexualidad. “Decidí hacerlo por el buen feedback que recibí tanto de mis compañeros de equipo, como de la Selección y de mi gente más querida”. Como todo pionero, tuvo que enfrentarse al miedo que causa lo desconocido: “Hubo quien me dijo que era lo correcto y quien me aconsejó que no lo hiciera, aunque tengo claro que si hubiera sabido que todas las reacciones iban a ser tan buenas y que el asunto se iba a tratar con total normalidad, lo habría dicho antes”.
El waterpolista señala el método que ve para normalizar esta situación: “La diversidad y la aceptación tienen que trabajarse desde los colegios y los deportes base. Simplemente es una preferencia sexual diferente, no solo importante para el homosexual, sino para que los compañeros heterosexuales se percaten de que deben convivir con ello”. Y nos cuenta su mayor satisfacción posterior: “Sin duda, haber tenido la oportunidad de conocer la historia de personas que han sufrido. Cuando ves que hay gente que incluso ha tenido que dejar de hacer deporte por sufrir homofobia te das cuenta de lo importante que es dar visibilidad a este colectivo”.
¿Y si hubiera sido futbolista?, preguntamos. “Habría actuado igual, siempre que el club para el que juego me lo permitiera. Esto, unido a una rueda de prensa con todos los compañeros apoyando para que el público viera que la responsabilidad no solo recae en el individuo, sino que el vestuario es una gran familia”.
El fútbol es un deporte que mueve mucho dinero, y a nadie se le escapa el peso de la variable económica en este asunto. “Está por verse si la repercusión de una noticia así no aportaría grandes ingresos… Creo que, desde el punto de vista comercial, sería muy positivo para el protagonista”, imagina Petón. “Si un futbolista perdiera un contrato, al momento tendría ofertas de diez marcas distintas”, asegura convencido Víctor Gutiérrez. “Es impensable que en el siglo XXI existan marcas que cuestionen la condición sexual del deportista para valorar su patrocinio. Estos se valoran por lo que aporta a la marca la figura del deportista por sus logros como profesional”, explica Sonia Llácer, Marketing Manager de Kelme.
En la temporada 2015-2016, el Rayo Vallecano estaba en Primera División y lanzó como segunda equipación una camiseta cuya franja, habitualmente roja, poseía los colores del arcoíris. “Su directiva nos propuso personalizar este conjunto negro con la franja colorida y que cada color apoyara una causa social. Las reacciones fueron muy buenas, tanto de medios como de aficionados. La acción tuvo una enorme repercusión a nivel internacional, por lo que desde Kelme consideramos que fue una idea excelente”, constata Sonia.
Aunque se acusó al club de usar causas sociales como herramienta de marketing, el conjunto madrileño destinó una parte de cada venta a una asociación diferente, y Arcópoli fue la elegida para recibir la donación de la camiseta arcoíris: “El club nos dio un euro por cada camiseta vendida y recaudamos más de 3.500, así que fue una gran iniciativa”, apunta Rubén.
EL FÚTBOL, TERRITORIO COMANCHE
Habitualmente enfocamos esta situación desde las consecuencias negativas que pueden surgir en la carrera de un deportista. Pero ¿en qué le podría beneficiar? Jesús Mena, médico psicoterapeuta y psicólogo que ha trabajado con futbolistas de categorías inferiores, argumenta: “Es posible que en el fútbol haya estadísticamente menos homosexuales porque el adolescente cree que, por su orientación, no va a llegar lejos. El ser humano rehúye sentirse fuera de