SER Y NO SER... FOTÓGRAFO
Capturar la esencia del ser humano y multiplicar su belleza por mil fue su mayor talento como fotógrafo. Porque con sus retratos no solo desnudaba el alma del fotografado, sino que lo dotaba además de una sensualidad y una sofsticación que algunos ni sospechaban poseer. Por eso todos querían ser retratados por Cecil Beaton (Londres 1904- Salisbury 1980), desde la familia real británica a Greta Garbo, Marlon Brando, Picasso o Churchill. Ahora la Fundación Canal y PHOTOESPAÑA traen a Madrid, del 31 de mayo al 19 de agosto, la exposición Cecil Beaton: Mitos del siglo XX. Una ocasión única para compartir, a través de más de un centenar de retratos, la mirada del artista inglés que todo lo convertía en elegancia y glamour. “La belleza es la palabra más importante del diccionario. Es sinónimo de perfección, esfuerzo, verdad y bondad”, solía decir, desde que comenzó su carrera fotografiando a sus amigos ricos y famosos y, más tarde, en revistas de moda como Harper’s Baazar y Vogue. Hijo de un comerciante y educado en los mejores colegios ingleses, empezó a hacer fotos a los 11 años con una Kodak A3 que le enseñó a manejar su niñera.
GANÓ TRES OSCAR
Él solo quería disparar con su cámara, aunque su sensibilidad le llevó a matricularse en Historia, Arte y Arquitectura en la Universidad de Cambridge. El día que dejó los estudios no confiaba en su futuro, pero cuando llegó a Nueva York, en 1928, ya le esperaban por la fama que habían alcanzado sus retratos. También fue reportero de guerra en la II Guerra Mundial para la revista Life, hasta que en los 50 sus fotos empezaron a caer en el olvido. Entonces se recicló en Hollywood y Broadway como escenógrafo y diseñador de vestuario. Y también triunfó. Dos Oscar por My Fair Lady (Mejor Vestuario y Mejor Dirección Artística) y un tercero por Gigi reconocieron su espléndido trabajo.
Cecil Beaton retrató a la alta sociedad y a las estrellas de Hollywood con la misma sensibilidad con la que capturó el horror de la guerra. La Fundación Canal nos trae cien de sus mejores retratos “La belleza es la palabra más importante del diccionario”, decía Beaton