EN CA’ PEPÓN
EL ACTOR, QUE PROTAGONIZA LA COMEDIA ‘EL INTERCAMBIO’, PONE UN POQUITO DE SANGRE MALAGUEÑA Y GADITANA AL RESTAURANTE MARENGO DE MADRID. ESO SÍ, ÉL (POR EL MOMENTO) NO METE LAS MANOS EN LA MASA
Veinte años han pasado ya desde aquel becario de la serie Periodistas, con el que Pepón Nieto ( San Pedro de Alcántara, 1967) se hizo un fijo en los salones de media España. Y desde entonces no ha parado. Ahora está inmerso en plena gira teatral de La Comedia de las mentiras y el próximo 1 de junio estrena El intercambio, una película en la que encarna a un cincuentón que decide “airear” su matrimonio con un intercambio de parejas en el que cree que le tocará en suerte una jovencita brasileña… “Y lo que se encuentra es a Rossy de Palma, una dominatrix que le deja acojonado”, explica divertido. Mientras, entre un guion y otro, hace un par de meses se enroló con su hermana Virginia en la apertura de un nuevo restaurante en Madrid: Marengo (Colmenares, 5).
VEJER EN MADRID
“Yo soy la oveja negra de la familia – comenta–, soy el único que no me dedico a la restauración de forma profesional. Mi hermana tiene un restaurante desde hace cinco años en Vejer de la Frontera (Cádiz) con el mismo nombre. Funciona muy bien, pero allí el trabajo es muy estacional y ella quería algo que le diera más continuidad, así que pensamos en replicarlo en Madrid. El de Vejer es una casa vieja en el centro del pueblo, con patio interior, las paredes encaladas y el suelo de barro. Algo así era difícil de encontrar en Madrid, pero lo importante era que fuera idéntico para el paladar”, asegura. Atún de almadraba, carne de vaca re tinta, gambas de Huelva… Marengo sabe a puro Cádiz, a puro sur de España. Y lo hace allí y aquí, porque las cartas son idénticas y todo plato que surge en uno de los dos restaurantes se incluye automáticamente en el otro. De momento, Pepón Nieto no cocina, solo ayuda en lo que puede, cuando su profesión le deja algún tiempo muerto: “Vienen a comer muchos amigos que después repiten y ni siquiera preguntan por mí. Eso significa que les ha gustado. Es como invitarlos a comer en casa, pero como tengo CIF les puedo cobrar”, dice entre risas.
“Es como invitar a mis amigos a comer en casa, pero como tengo CIF les puedo cobrar”
La locura por las botellas vintage no ha hecho más que empezar. Si quieres iniciar una nueva colección, necesitas un mínimo de 3.000 euros, ya que las ediciones que se revalorizan son pequeñas y exclusivas. Lo más apreciado entre los escoceses es Macallan, pero también destilerías pequeñas y artesanales como Laphroaig, Dalmore. Glenmorangie o Ardbeg. La auténtica sorpresa en los últimos cinco años son los whiskies japoneses, sobre todo los Yamazaki de la destilería Suntory, que se agotan conforme se embotellan.