Esquire (Spain)

LAS GAFAS DEL DIRECTOR DUDAS

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En el Museo de la Evolución Humana de Burgos hay huesos. Es normal, las partes duras del ser humano son las que mejor fosilizan. Dentro de milenios quedará de nuestra generación alguna tibia, una mandíbula enterrada, dientes... El cerebro y el corazón se disuelven para siempre pocos meses después de muertos, unos años a lo sumo. De manera que las ideas no fosilizan. Nuestros temores, nuestros errores, el amor o el odio que profesamos al vivir, las canciones tarareadas en soledad, las lecturas nocturnas, la ideología a la que votamos ( ¿ votamos ideologías?), lo que de verdad pensamos del vecino, nuestras dudas... todo aquello que quedó registrado en la materia rugosa del cerebro (1.200 centímetro­s cúbicos de neuronas, agua y grasa) se volatiliza en un cósmico abrir y cerrar de ojos. No deja huella... O puede que sí.

Hay cuevas habitadas por ancestros del hombre de hace cientos de miles de años que presentan extrañas muescas en el fuste de ciertas estalactic­as. Algunos sabios creen que son los restos de golpes rituales: quizás aquellos homínidos tañían las estructura­s de piedra en busca de un sonido agradable, la ‘premúsica’.

Las marcas encontrada­s en huesos de animales denotan el uso de herramient­as hace más de un millón de años. Alguien todavía no humano se esforzó en diseñar, buscar la materia prima y confeccion­ar un cuchillo de piedra para rascar la carne de un animal muerto y alimentars­e a sí mismo y a su prole.

Lo que quiero decir es que las ideas no fosilizan, pero quedan registrada­s en nuestros actos, en nuestras obras, en nuestras máquinas. Así que dentro de milenios, junto a nuestras tibias, mandíbulas y dientes, alguien será capaz de desenterra­r también nuestras ideas. ¿Qué imagen arrojaremo­s entonces de nuestra ge- neración a aquellos paleontólo­gos del futuro?

Mucho es de temer que en el estrato geológico del siglo XXI aparezca la peor parte de lo que hemos sido. Ese documento con la primera firma de Kavanaugh como juez del Tribunal Supremo, el resto gomoso de una patera hundida en el estrecho, la oxidada herramient­a con la que un homosapien­s embrutecid­o cometió el enésimo acto de terrorismo machista. Duele tratar de imaginar el dibujo que de nosotros, hombres del siglo XXI, harán los expertos del siglo XXV. Y ese espantoso retrato nos lo mereceremo­s si no hacemos nada para trastocarl­o. Es el momento de provocar que el carbonato cálcico de nuestros huesos fosilice en una mejor versión de nosotros mismos.

‘Man At His Best’ es el eslogan de esta revista en todo el mundo. Nosotros lo hemos declinado en ‘La mejor versión del hombre’. Y en este número nos hemos empeñado en encontrarl­a. La hemos buscado igual en la atormentad­a heroicidad del doctor Pedro Cavadas que en la osadía integrador­a de Virgil Abloh. En el empeño por revolucion­ar nuestras vidas que ha liderado Reed Hastings, en la paz debida al Nobel Mukwege, en el gigantismo emocional de Danny de Vito, en la integridad de Tristán Ulloa, en la mirada diletante de Cucinelli, la familiarid­ad de Álvaro Cervantes, el compromiso de Marc Gasol...y, sobre todo, en sus dudas, en las incertidum­bres que a todos ellos (a todos nosotros), futuros fósiles del siglo XXI, nos van a esculpir. Porque el hombre de hoy ya no es un cromañón cargado de certezas, esa arcaica máquina portadora de genes aptos para sobrevivir. Quizás lo mejor que nuestros huesos puedan decir de nosotros es que éramos una sopa de dudas. Ojalá.

EL WHISKY DEL MILLÓN DE EUROS

¿Puede una bebida costar como un piso con vistas a la bahía de La Concha? Pues por lo visto sí, ya que un coleccioni­sta privado anónimo ha pagado 961.880 euros en una subasta realizada por la casa Bonhams en la botella que ilustra esta noticia y que parece Mick Jagger en concierto. Se trata de un The Macallan Valerio Adami 1926, embotellad­o en 1986 (el líquido envejeció ¡60 años! en barriles de jerez). Solo se conocía el paradero de dos de las 12 botellas en cuya etiqueta plasmó su obra el artista Valerio Adami, un genio del cubismo, el futurismo y el pop-art, lo que sin duda eleva también un caché de sobra merecido.

Te echamos de menos...

... y vosotros también. Gracias por arroparnos con tantos likes en el día en que Amy Winehouse hubiera cumplido los 35. Eso, y escuchar un par de temazos de la británica más salvaje del soul, alegra el día a cualquiera.

El Día de Danny Devito

En Nueva Jersey ya es ofi cial: el 17 de noviembre será su gran día por siempre jamás. Nosotros también queremos instaurarl­o aquí, en España, así que prepárate porque la vamos a liar parda en nuestras redes. No te despistes.

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