Inma Cuesta.
TEXTO Alejandro Avilleira FOTOGRAFÍA Darío Aranyo ESTILISMO Nacho Piñel
Un viaje al Madrid de los 60 de la mano de la protagonista de
IC: ¡Imagínate! Si Ava viviera ahora, con las redes sociales y todo eso, ¡pobrecita!, estaría todo el día colgada en todos lados [risas]. Es sorprendente, había casi más libertad entonces que ahora...
Mientras hablamos, Inma Cuesta acaricia con dulzura a su perrita, de nombre Rumba, que tiene diez años. Si la sigues en Instagram (a Inma, no a la perrita), en la cuenta @ inmakum, verás varias fotos de ellas. “¿Dónde estás, Rumba?”, pregunta en cuanto la pierde de vista. Se la lleva a todos lados, rodajes o producciones, y reconoce que está un poco (bastante) loca con ella. ESQ: ¿Cómo crees que irá la serie? IC: La clave del éxito no la tiene nadie, pero es muy emocionante ver la expectación que ha generado. A mí me parece una obra de arte, la verdad. Yo no sé de qué planeta viene Paco, pero tiene una capacidad increíble de reinventarse, de dar otro salto. Con Arde Madrid ha hecho algo muy nuestro y a la vez muy diferente y atrevido. Es un genio, un iluminado, su mente no para de crear. Él se remanga y todo lo hace bien. ESQ: ¿Qué pensaste al leer el guion? IC: Que me estaban haciendo uno de los mayores regalos que me habían hecho nunca como actriz. El personaje de Ana Mari tiene uno de los arcos dramáticos mejor construidos que me he encontrado. De hecho, los personajes de Ana Mari y Manolo están absolutamente cambiados: ella es lo que se supone que es el hombre, y viceversa. Es muy inteligente, un discurso muy moderno.
Sí, Arde Madrid es una locura. La de Paco León, la de Ava Gardner, la del episodio de las ranas entre Inma Cuesta y Anna Castillo ( que interpreta a su ayudante en la casa de Gardner), la de Isabelita Perón, la de un consolador de piedra... Ah, y la de una banda sonora absolutamente fantástica. Quizá no tan madrileña, eso sí, como la que tuvo la suerte de escuchar durante algunos años mi compañera de mesa cuando protagonizó, en el papel de María, el exitoso musical Hoy no me puedo levan- tar, en la que fue su primera incursión en el mundo artístico, en 2005. ESQ: ¿Qué importancia tiene la música en tu vida? IC: Creo que la música es una de las artes más transformadoras que existen. Te lleva a sitios, te recuerda a momentos... A mí me ayuda mucho en mi trabajo: cada vez que afronto un personaje tengo una banda sonora de él. ESQ: ¿Qué estás escuchando ahora? IC: Evidentemente, Rosalía, que ha sido toda una revolución. Nathy Peluso me gusta mucho, a Jorge Drexler le estoy escuchando mucho últimamente... ¡Qué cosas tan distintas! Escucho de todo: jazz, flamenco, boogaloo por la serie; me flipan Celia Cruz, Chavela Vargas, Natalia Lafourcade... ¡Vaya mezcla! mos una tortilla, un salmorejo, lo que sea”. Eso es aprovechar el tiempo. ESQ: ¿Haces deporte? IC: Más que deporte, trato de estar activa. Depende del momento me apetece algo más cañero o algo más relajado, como el yoga, que me equilibra mucho. ESQ: He leído que eres vegetariana. IC: Bueno... Desde principios de año he dejado de comer carne. Nunca he sido muy carnívora, también te digo, pero fue algo instintivo: iba a comprar y me provocaba mucho rechazo ver la carne, la sangre... Y ahora me está empezando a pasar con el pescado.