PRIMERO EN SU ESPECIE
EL ARONA TGI ES EL PRIMER SUV URBANO CON UN MOTOR HÍBRIDO PROPULSADO CON GASOLINA Y TRES DEPÓSITOS DE GAS NATURAL COMPRIMIDO (GNC). TIENE UNA AUTONOMÍA DE 560 KMS
Siguiendo la estela del León, el Ibiza y el Mii, el nuevo Arona estrena ahora su motor más limpio: el TGI. “Esta tecnología permite usar biometano renovable de calidad garantizada, lo cual confrma la viabilidad a largo plazo del GNC como alternativa para una movilidad con cero emisiones”, aseguraba Luca de Meo, presidente de Seat, en su puesta de largo en el reciente Salón del Automóvil de París. Y es que las ventajas del uso del GNC son muchas. En primer lugar el precio del gas, que al no ser un derivado del petróleo no está sujeto a sus fuctuaciones, así que su consumo medio fjo es de 3,23 € por cada 100 kilómetros, lo que supone plantarte en las playas de Cádiz, por ejemplo, con un gasto de poco más de 20 €. Eso sí, entre Mérida y Sevilla tendrás que parar a repostar gas en una ‘gasinera’ para completar el viaje. En segundo lugar, en cuanto a su efciencia (la energía generada por kilogramo), el GNC supera con creces al diésel, al gasolina e incluso al GLP (gas licuado de petróleo), al que duplica.
En cuanto al equipamiento, el TGI es una motorización más del Arona, y se puede adquirir en cualquiera de los acabados disponibles para el resto – Reference, Style, Xcellence y FR– y con cambio manual de serie. Su propulsor es un 1.0 litros, con tres cilindros y 12 válvulas, capaz de dar 90 CV de potencia y de alcanzar 172 kilómetros por hora.
EL MECHERITO
Además del ahorro en combustible, circular con un motor GNC reduce las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 25% y las de óxido de nitrógeno hasta en un 75%. Algo que, en ciudades como Madrid, en las que la entrada en vigor de legislaciones restrictivas con las emisiones es inminente, es algo a tener en cuenta. El Arona TGI dispone de etiqueta ECO para entrar sin restricciones. En circunstancias normales, el motor TGI funciona con gas siempre, hasta agotar los tres tanques escondidos bajo el suelo del maletero. Solo en caso de ponerlo en marcha por debajo de diez grados bajo cero, el coche arrancará con el motor de gasolina, hasta calentar los inyectores de gas para que el circuito de GNC se ponga en marcha. Además, la transición entre un combustible y otro es totalmente imperceptible para el conductor. Solo una luz en el cuadro de instrumentos nos informa de si estamos tirando del gas comprimido o del deposito de gasolina. En total, Seat anuncia una autonomía para este coche de 560 kilómetros, de los cuales ni más ni menos que 400 pertenecen a los tanques de gas y solo 160 al de gasolina. Todavía no hay información sobre el precio, pero sí que este modelo llegará antes de que acabe
el año.