TU FAMILIA QUIERE EMOCIONES FUERTES
HAY VIDA MÁS ALLÁ DE LOS SUV. LA VERSIÓN FAMILIAR DEL PEUGEOT 508 MANTIENE EL CARÁCTER DEPORTIVO DE LA BERLINA CON UN MALETERO DE DIMENSIONES ÉPICAS POR ANA PÉREZ
“Una berlina radical”, así define Peugeot el nuevo 508 y, por extensión, su versión familiar SW. ¿La razón? Que quiere entrar en la disputa por el puesto de ‘eslabón perdido’ entre las marcas generalistas y las prémium y dar una alternativa a aquellos a los que les gusta ir a contracorriente y no quieren un SUV, como todos. Además, su carácter deportivo suma en el haber de los posibles compradores, clientes jóvenes que no quieren dejar de divertirse hilando curvas a pesar de llevar el coche repleto de churumbeles, maletas o ambas cosas. Para conseguirlo, el nuevo 508 ha reducido su longitud (es 5 centímetros más corto que su antecesor), su altura (6 centímetros más bajo) y ha aumentado su anchura, de manera que su perfil, de líneas fluidas y aerodinámicas, perfila una silueta shooting brake (lo que se puede traducir como ‘atlética’) y limpia. De frente, su aspecto gana en agresividad gracias a su calandra y la hilera de full led, que va desde los faros hasta la salida de aire y que le da un aspecto inconfundible por la noche. Igual que por detrás, donde un pequeño alerón y los faros traseros, en una línea, parecen decir “sígueme”.
POR DENTRO
Una vez sentado en el puesto de conducción encontramos el i-cockpit que la marca desarrolló para el 208 y que, desde entonces, incorpora en todos sus modelos. ¿Sus ingredientes? Un volante muy reducido, achatado por los polos, como la Tierra, y bastante bajo, lo que permite al conductor ver el cuadro de instrumentos –un poco elevado– sin interferencias y ejecutar movimientos precisos, sea cual sea el tamaño de tus manos y la complejidad de la situación. Sin embargo, la pantalla digital de 10 pulgadas en la que se gestionan el sistema multimedia, la interacción con el teléfono móvil y el navegador es algo más baja, lo que obliga a apartar los ojos de la carretera. Sobre ella, siete interruptores toggle switches, que imitan las teclas de un piano y con los que se puede acceder de forma directa a las principales funciones. Los materiales del interior están en la línea prémium a la que aspira la marca, con molduras interiores de madera, cuero, etc. Y tiene todo tipo de detalles high class, como los pedales de aluminio o un estupendo sistema de sonido de la marca Focal. Y es que en el apartado de equipamiento tecnológico es especialmente generoso, tanto en el plano de seguridad como en el de entretenimiento a bordo. También inncorpora un sistema de visión nocturna con cámara de infrarrojos (detecta cualquier cosa que se mueva hasta a 250 metros), frenada de emergencia, reconocimiento de señales de tráfico y lane assist, sin olvidar que incorpora cargador de móvil por inducción o un navegador en
tres dimensiones. En la parte trasera, los pasajeros gozan de un espacio muy amplio para las piernas, aunque ahí la caída del techo obliga a un adulto a agacharse para acceder al coche y a partir de 1,70 m de altura podría ser incómodo incluso estar sentado. Una vez en marcha, en autopista, las sensaciones de conducción son de turismo de gama alta y, en carreteras viradas, para hacer conducción deportiva, con una dirección muy precisa y una suspensión que podemos cambiar para estos entornos a su versión Sport. El SW sale a la venta este enero en dos motores gasolina Puretech, de 180 y 225 CV, y cuatro Diesel Bluehdi, de 130 (uno con cambio manual de seis velocidades y otro automático de ocho), 160 y 180 CV. Con cinco niveles de equipamiento, desde el más básico Active (que ya es bastante completo) hasta el más deportivo, el GT, el 508 SW está disponible desde 50.300 €.
Incorpora todo tipo de detalles ‘high class’, como los pedales de aluminio o un estupendo sistema de sonido de Focal