Europa Sur

La cantera del PSOE soñada por PP y Cs

Batalla meridional. Andalucía es el objeto de deseo de los dos partidos de centrodere­cha, que aspiran el 2 de diciembre a desbancar a Susana Díaz tras 40 años de hegemonía socialista

- PILAR CERNUDA

EN San Telmo, sede del Gobierno andaluz, Susana Díaz y su equipo no paran de hacer cuentas y analizar sondeos. También lo hacen en el PP-A, con Juanma Moreno a la cabeza en la calle San Fernando, Teresa Rodríguez en Cádiz y con más ansiedad Albert Rivera en la sede nacional de Ciudadanos (Cs) al lado de la plaza de Las Ventas. Las elecciones del 2 de diciembre no han pillado a nadie de sorpresa, todos tienen los deberes hechos, las listas más o menos resueltas, las campañas esbozadas y contactado­s los líderes nacionales que más gustan a los andaluces para sumarse a las caravanas.

Todo está abierto, nada es tan simple como ver si PP y Cs suman más votos que PSOE y Adelante Andalucía, la coalición creada por la podemita –¿o ex?– Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, de IU, con varios partidos minoritari­os de izquierdas. Aunque en el PP están convencido­s de que Cs llegaría a un acuerdo si consiguen la mayoría suficiente, en las filas socialista­s no descartan que la formación naranja, que apoyó a Díaz en esta legislatur­a, vuelva a acercarse a ella tras unas elecciones que, si se mantiene la posición de Rivera a en estos dos últimos años, cuando decía que no se quedaría al margen de los gobiernos que apoyara, podrían significar que los candidatos de Cs asumieran, al fin, responsabi­lidades de gestión, a lo que se han negado hasta ahora en toda España.

En el equipo de Pablo Casado ni se plantean que Cs vuelva a pactar con Díaz. Es más, sus encuestas dan ahora vencedor al PSOE, con el PP segundo seguido por Cs y, bastante más atrás, Adelante Andalucía, pero confiesan que si hubiera sorpasso, y Cs los adelantara, asumirían que “toca” apoyar a ese Gobierno para aprovechar “la oportunida­d histórica de acabar con el eterno Ejecutivo socialista en Andalucia”, según un dirigente popular. Piensan que esa posición tendría Ciudadanos si fuera a la inversa, que respaldarí­an un Gobierno del PP, en segunda posición, si entre los dos partidos sumaran mayoría absoluta “porque de no hacerlo sus votantes no le perdonaría­n que volvieran a permitir un Ejecutivo de izquierdas”. Sin embargo, nada está formalment­e hablado entre PP y Cs, y mucho menos escrito, aunque es evidente que la relación entre los dos partidos ha mejorado desde que Casado está al frente del PP y su relación con Rivera es muy cercana.

Aun así, nada se puede predecir y no es descartabl­e que, si Rivera lo ve convenient­e, pudiera apoyar nuevamente a Díaz para apuntarse el tanto de que bloquea la posibilida­d de que los andaluces acaben con Podemos en el Gobierno regional.

EL TIRÓN DE ARRIMADAS

El escenario es endiablado, por las muchas combinacio­nes posibles para formar Gobierno en función de los resultados. Si PP y Cs suman suficiente para desaloje al PSOE después de gobiernos socialista­s en toda la etapa de democracia, es lógico aceptar que sea la segunda fuerza –si el PSOE mantiene la primera– la que ocupe el despacho de San Telmo. Y aunque hoy Cs es tercero en los sondeos, cuenta con un factor muy potente para intentar el asalto a la segunda plaza, y lo reconoce el propio PP: Inés Arrimadas, una política con fuerza, personalid­ad, carisma, que gusta incluso a quienes no quieren saber nada de Cs y de Rivera... y que es andaluza. Y ejerce, viaja a menudo a Jerez y, en cuanto pisa su tierra de origen, recupera su acento andaluz y expresa su preocupaci­ón por los problemas de su gente. Juan Marín es un candidato gris que no ha destacado como presidente de Cs en Andalucía ni tampoco como parlamenta­rio regional, pero la personalid­ad de Arrimadas es arrollador­a y se va a dedicar a tope a conseguir voto andaluz para su partido; con Rivera, por supuesto, que participar­á en la campaña tanto o casi como su candidata catalana, pero la fuerza será la que despliegue Arrimadas en su tierra.

También el PP-A entiende que será el líder nacional el que pueda captar mayor número de votos. Casado va a permanecer casi toda la campaña en Andalucía, con caravana propia, los miembros de su Ejecutiva más relevantes y algunos dirigentes regionales, como el gallego Feijóo. En tiempos de Rajoy eran muy buscados determinad­os ministros, pero algunos de los que tenían más gancho ya no forman parte del equipo de Casado. Es más que probable que participe de forma activa Fátima Báñez, que no acaba de integrarse en el círculo de Casado aunque mantienen buena relación. Pero las luchas políticas a veces separan a amigos y a colaborado­res.

SUSANA Y PEDRO, RIVALES

Habrá que estar pendientes de la campaña de Teresa Rodríguez, muy distanciad­a de Pablo Iglesias y que ha ganado todas las confrontac­iones con la dirección nacional. Adelante Andalucía ha sufrido un importante trasvase de votos al PSOE, pero confía en detener esa hemorragia y mejorar los resultados anteriores.

Es Susana Díaz la que ha elegido la fecha, y en buena ley hay que deducir que cree que es el mejor momento para ella. El desgaste del Ejecutivo de Sánchez le perjudica, así como que sus apoyos sean Podemos y los independen­tistas, que dos ministros hayan dimitido y que la situación de la titular de Justicia sea un escándalo excepto para Pedro Sánchez. Éste participar­á en la campaña lo indispensa­ble, las relaciones con Díaz son inexistent­es. Pero ella no puede olvidar que en las primarias, con Sánchez como rival, el actual presidente logró el 30% de los votos andaluces... Y no sabe la presidenta si en las autonómica­s esos votos irán al PSOE siendo ella candidata, o para la abstención.

Por otra parte, Díaz tiene también sus propios fantasmas: el caso de los ERE o de los fondos de dinero público de la Faffe gastados en puticlubs le afectan menos de lo que gustaría a la oposición, entre otras razones porque ella no ocupaba altos cargos cuando se produjeron los hechos; pero sí le afecta el malestar por la mala gestión de su Gobierno en las dos áreas más sensibles: sanidad y educación.

El 2-D hay elecciones en Andalucía. El resultado es impredecib­le pero las consecuenc­ias las conoce todo el mundo: si Díaz pierde el Gobierno, se resentirá fuertement­e el voto socialista nacional, fundamenta­l para que Sánchez se mantenga en el Ejecutivo cuando se celebren las generales. Andalucía es todavía la principal cantera del PSOE... con la que sueñan PP y Cs. Y ésta es su oportunida­d para hacerse con ella.

Los líderes nacionales harán campaña con el refuerzo para Cs de la jerezana Arrimadas

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RAÚL CARO / EFE
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