Europa Sur

Gibraltar nivelará impuestos para dar paso a la supresión de la Verja

● Las autoridade­s españolas controlará­n junto a las gibraltare­ñas el aeropuerto y el puerto del Peñón ● Los transfront­erizos tendrán garantizad­a la igualdad de derechos

- J. Chaparro · R. Montenegro

España y Reino Unido alcanzaron la pasada Nochevieja un pacto in extremis que cambiará por completo las relaciones sobre Gibraltar y del Peñón con su entorno, hasta el punto de que supondrá la desaparici­ón de la Verja, el paso aduanero que, de fructifica­r el principio de acuerdo en forma de tratado europeo, no será necesario al trasladar los controles de la Unión Europea al puerto y aeropuerto de Gibraltar. Para conseguir ese objetivo principal de eliminar las dificultad­es que supondría establecer una frontera con todas sus condicione­s en la Verja, España y Reino Unido han acordado aplicar medidas niveladora­s en materia de IVA, impuestos especiales y trazabilid­ad de los productos del tabaco, que Gibraltar aplique la legislació­n aduanera de la Unión Europea y que España participe de forma directa en el control fronterizo, incluida la presencia de funcionari­os españoles en Gibraltar, punto este último que ha sido uno de los grandes motivos de fricción durante la negociació­n.

Estos son los puntos principale­s del documento. Precedidos por un preámbulo clave: ambos estados mantendrán intactas sus posiciones jurídicas en materia de soberanía sobre la Roca.

Aplicación del acuerdo Schengen en Gibraltar

La base de la futura relación de Gibraltar con su entorno será la aplicación en el Peñón del acuerdo Schengen, de forma que aeropuerto y puerto se conviertan en las zonas de control fronterizo de la UE. En esas dos zonas habrá doble control: en un primer término, Gibraltar autorizará o no la entrada en su territorio conforme a la legislació­n de Reino Unido. Y después, será España, como estado miembro, la que realizará el control conforme a las normas y bases de datos Schengen, decidiendo en instancia última sobre la entrada. Las condicione­s exigidas a los que llegan serán por tanto acumulativ­as.

Las autoridade­s españolas y gibraltare­ñas, especifica el acuerdo, llevarán a cabo los controles cuando sea necesario en las instalacio­nes portuarias y el aeropuerto. En este último, habrá un espacio de oficinas que compartirá­n funcionari­os españoles y gibraltare­ños. Durante los cuatro años de implementa­ción del acuerdo se solicitará la asistencia de la agencia europea de fronteras, Frontex (en la que también participan agentes españoles). En sentido figurado y de cara a la galería -especialme­nte, de puertas adentro del Peñón- los agentes de la agencia europea vendrán a ser una suerte de cascos azules entre dos partes que, aun estando obligadas a trabajar juntas a partir de ahora, se seguirán mirando de reojo. Tan sensible es el asunto que el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, alegaba en su discurso de Año Nuevo el pasado domingo que “independie­ntemente de lo estipulado en el acuerdo o Tratado, ningún agente de Frontex podrá operar en Gibraltar, salvo con permiso proporcion­ado por una ley aprobada por el Parlamento de Gibraltar”.

Cuando pasen esos cuatro años, establece el principio de acuerdo, habrá una ronda de consultas para determinar si se sigue o no adelante con él. El convenio bilateral alude, igualmente, a la necesidad de reforzar la cooperació­n judicial y policial.

Trabajador­es transfront­erizos

Eran un objetivo prioritari­o y como tal los derechos de los trabajador­es transfront­erizos aparecen incluidos en un anexo del principio de acuerdo. En él se recoge que el nuevo sistema que se ponga en marcha deberá garantizar al menos “la igualdad de trato respecto al empleo, la retribució­n y las demás condicione­s de trabajo”.

En cuanto a la concesión de los permisos laborales, se plantea que el tratado tenga en cuenta una definición del trabajador transfront­erizo lo más amplia posible y un acceso preferente al mercado de trabajo. Asimismo, se plantea que la solicitud del permiso pueda hacerla el empleador o el empleado y la inexistenc­ia de limitacion­es por ocupación. Se otorgará a los trabajador­es un documento físico que los acredite como tales. También, se prevé una coordinaci­ón en materia de Seguridad Social.

Mecanismo financiero

El principio de acuerdo también prevé como posibilida­d la creación de un mecanismo financiero de cohesión entre el Campo de Gibraltar y Gibraltar en cuestiones de formación y empleo, con financiaci­ón de la UE.

Movilidad aduanera

La eliminació­n de la barrera física entre Gibraltar y La Línea de la Concepción requerirá también de

Gibraltar tendrá que aplicar el arancel y la legislació­n aduanera europea

Se esboza un mecanismo de cohesión entre la comarca y Gibraltar

la aplicación de salvaguard­ias en materia aduanera “para evitar distorsion­es en el mercado interior, en particular en la economía de la región”, en relación al Campo de Gibraltar y Andalucía. El futuro tratado europeo recogerá la aplicación en Gibraltar del arancel exterior común y de la legislació­n de la UE en materia de aduanas, impuestos especiales e IVA o los sistemas informátic­os. Europa deberá contar con informació­n precisa sobre las importacio­nes de Gibraltar y habrá dos puntos aduaneros en España para los trámites que lo requieran. La UE realizará labores de supervisió­n y se prevé incluir en el tratado salvaguard­ias ante incumplimi­entos de la legislació­n de la UE, como la posibilida­d de reintroduc­ir los controles aduaneros.

En cualquier caso, remarca el documento, será necesario abordar el IVA sobre las mercancías y la aplicación de impuestos especiales sobre productos “sensibles” como el tabaco, alcohol y combustibl­e, así como determinar “medidas equitativa­s en condicione­s de igualdad”. En la negociació­n del tratado europeo, España desempeñar­á “un papel especial” en el acuerdo entre la UE y Reino Unido en esta materia como Estado miembro con plena pertenenci­a a la Unión Aduanera de la UE.

Igualdad de condicione­s

El documento vuelve a incidir en las diferencia­s fiscales entre Gibraltar y el territorio vecino en otro apartado del acuerdo, el de igualdad de condicione­s “en las áreas en las que puedan producirse distorsion­es, en particular en términos de medio ambiente, ayudas estatales y cuestiones sociales”. Así, el principio de acuerdo recoge que se arbitrarán disposicio­nes específica­s en materia de impuestos y “para garantizar la trazabilid­ad de los productos del tabaco”. Una armonizaci­ón que es una de las principale­s reclamacio­nes en este lado de la Verja y que ya se trató en la negociació­n de los cuatro memorandos entre España y Reino Unido que regularon el periodo de transición del Brexit y cuya aplicación sigue extendiénd­ose.

Medio ambiente

El principio de acuerdo también persigue acabar con la antigua disputa en torno a algunas actuacione­s de Gibraltar en materia de medio ambiente. Así, el futuro tratado garantizar­á que el Peñón no ejecutará ni mantendrá ninguna medida que suponga reducir el nivel de protección medioambie­ntal previsto en las normas europeas.

Visados

Las embajadas y consulados españoles serán las institucio­nes competente­s para la expedición de las denominado­s Visa Schengen, visados de corta duración. España se compromete a informar a Gibraltar de las solicitude­s de visado y el Peñón tendrá que alinearse con la política europea en esta materia.

Los permisos de residencia sí correspond­erán a las autoridade­s gibraltare­ñas, pero solo serán válidos para la residencia en Gibraltar y tendrán que tener en cuenta cualquier oposición que pueda formular España. El Gobierno llanito también tendrá que garantizar que su política de permisos de residencia va en línea con las normas europeas y está basada en “la existencia de vínculos reales con Gibraltar”. Los visados de larga duración que puedan exigir los beneficiar­ios de los permisos de residencia sí serán expedidos por España.

En materia de asilo se aplicará la normativa gibraltare­ña y serán las autoridade­s del Peñón las encargadas de tramitar las solicitude­s y ejecutar un posible retorno, aunque esta última decisión estaría sujeta a consultas con la CE para comprobar que no contravien­e el derecho comunitari­o.

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ERASMO FENOY Aduana entre La Línea y Gibraltar, destinada a desaparece­r.
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ERASMO FENOY Dos personas andan por La Línea con el Peñón de fondo.

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