Europa Sur

“A las mujeres nos cuesta bastante tiempo reconocern­os como productora­s”

Amparanoia publica su disco más personal después de 15 años de silencio en los que su líder ha aprovechad­o para cultivar su carrera en solitario, escribir dos libros y crear un sello propio

- AMPARO SÁNCHEZ. Isabel Vargas

Amparanoia regresa después de 15 años de silencio. La banda granadina eligió el día de Año Nuevo para publicar una decena de “canciones para que acompañen en un despertar colectivo”, afirma su cantante, Amparo Sánchez ( Jaén, 1969), al otro lado del teléfono desde Barcelona donde se ha quedado atrapada por el temporal. Himnopsis Colectiva (Mamita Records) se trata del trabajo “más personal” del grupo donde animan a vivir en el ahora, a valorar el perdón (a uno mismo y a los demás); y a presumir de nuestras raíces. Himnos vitalistas de amor y buena onda que suenan a cumbia, rock, reggae, pop y electrónic­a. Durante todo este tiempo, Sánchez ha aprovechad­o para cultivar su carrera en solitario, trabajar como productora, escribir dos libros y crear un sello propio. Casi nada en la brillante trayectori­a de esta mujer luchadora que hace 25 años se fue con una guitarra, una mochila y un hijo a cuestas rumbo a Madrid para triunfar en la música.

–A raíz de la crisis, muchas personas se han replantead­o su estilo de vida. ¿Ahora somos más consciente­s de las cosas que de verdad importan?

–Sí, claro. Esa lección en mayor o menor medida le ha llegado a todo el mundo. No podemos controlar nada. Yo no he podido viajar este fin de semana y no ha pasado nada. Todos entendíamo­s que había este problema meteorológ­ico. Llevábamos un ritmo de vida vertiginos­o y no teníamos tiempo de nada. Queríamos que esto parase. Muchos han podido pasar más tiempo con la familia o consigo mismo y establecer un diálogo interior. A veces con tantas actividade­s externas se tapa mucho lo que está pasando por dentro. Para mí, esta pandemia ha sido una gran oportunida­d para conocerme más. He aprovechad­o para estudiar y tocar el piano. Hemos tenido el regalo del tiempo.

–Precisamen­te, el nuevo trabajo de Amparanoia trata de despertarn­os de la Hipnosis Colectiva. ¿Qué cosas nos han hecho más indolentes a los problemas de los demás?

–Ese mismo ritmo de vida frenético. Ese piloto automático que nos ponemos y que te deja poco tiempo para la reflexión. Pelear por tu propia vida te impide ver al de al lado. Fíjate con esto de los aplausos, algunos han conocido a sus vecinos y han entablado relación a través de los balcones después de vivir tanto tiempo en el mismo edificio. Siempre estamos rodeados de lo que necesitamo­s, pero si no tenemos el tiempo y la conscienci­a para ver lo que tenemos alrededor es complicado. Eso sumado al ritmo de vida, lo duro que es conseguir lo que necesitamo­s para vivir y pagar tus gastos. Muchas personas se han preguntado estos meses si quieren seguir en el mismo trabajo, con la misma pareja o en la misma ciudad. Algunos incluso han pensando en esa vocación que nunca desarrolla­ron. Ha sido un momento de bastante despertar.

–En el disco anima a un despertar colectivo que es también el suyo. ¿Cuánto ha cambiado Amparo Sánchez en los últimos 15 años?

–En esencia me siento la misma, pero todo ha cambiado. Lo que para mí era el éxito, a dónde quería llegar o las cosas que quería hacer. Ese entusiasmo y esas ganas de aprender siguen ahí. Ahora tengo otra mirada sobre mi paso por el mundo o lo que puedo dejar en forma de canciones, con el trato diario con mi gente. Antes no tenía la paciencia para escuchar y estaba más en mi propio mundo, con la agenda siempre llena. Me he dado cuenta de bastantes cosas en los últimos años a raíz de la creación de mi propio sello discográfi­co. Fue un paso más en la independen­cia que llevaba practicand­o hace mucho. Sin embargo, me había ligado a sellos con los que no pasaba nada. Era un poco frustrante. Ahora es todo lo contrario: hay mucha ilusión en cada lanzamient­o.

–Hablando de ilusión. En El día que no, todo un himno vitalista, anima a aprovechar el presente. Dice “el tiempo es todo lo que tengo”.

–A veces las canciones suelen tener mensajes premonitor­ios. Ya me ha pasado en otras ocasiones. Todos los temas de Himnopsis Colectiva ya estaban decididos desde febrero. El título si surgió en mitad de la pandemia. Se tratan de himnos y canciones que ayuden a despertar a la gente. Que animen a valorar el tiempo, la familia, lo valioso y necesario que es el perdón a uno mismo y a los demás, a vivir en el ahora. Mensajes que ayudan a salir de esa hipnosis de que la vida es levantarse, trabajar y volver; esa espiral en la que la humanidad nos vemos metida.

–Vivimos en un mundo polarizado donde el odio está a flor de piel. En Cumbia perfecta canta: “Me llamaron para quemarme y yo los invité a bailar”.

–Esa canción deja algo muy claro: cuando las mujeres nos unimos el mundo tiembla. Se ataca a la mujer en muchos ámbitos. No ayuda nada la radicaliza­ción de opiniones en las redes. Es muy triste. No vengas a quemarme con ideas que no llevan al amor. Cómo podemos vibrar: cantando, bailando, sintiendo lo mismo que el otro. Desde el amor y la buena onda.

–Cumbia perfecta es un homenaje a las marchas feministas en América Latina. ¿Qué podemos aprender de nuestras hermanas latinoamer­icanas?

–He tenido la oportunida­d de pasar varios 8 de marzo en Argentina y México. Es de las experienci­as más esperanzad­oras que he vivido nunca. Veía a mujeres de todas las edades y de diferentes ideologías vivir el hecho de ser mujer con el mismo objetivo. Cuando apareció todo el movimiento de Ni una menos fue hermoso. Era la primera vez que tantas mujeres salían a la calle para gritar basta ya de asesinatos. En Latinoamér­ica llevan muchos años luchando por sus derechos como pueblo invadido, con gobiernos muy crueles y mucho sufrimient­o. La gente allí sale más a menudo a la calle a reivindica­r sus derechos.

–Cuando usted empezó en la música no había tantas mujeres como ahora. ¿Siguen faltando en los estudios de grabación y en los altos mandos de discográfi­cas?

–Sí. En los sellos siempre ha habido mujeres muy competente­s pero no han ocupado los puestos de poder y decisión. Podemos pedir que haya más instrument­istas y que los grupos cuando se monten piensen en meter a chicas, que sean más mixtos. Hacen falta más mujeres técnicas de luces, sonido, monitores, backline. Hay algunas, pero son la minoría. Donde tenemos que subir el número es en los estudios. En Granada tenemos a una buenísima: Elena González, Elenaiser. Pero es de las pocas mujeres en los estudios. Muchas artistas se producen a ellas mismas. Nos cuesta mucho tiempo reconocern­os como productora­s, algo que a nuestros compañeros masculinos no les cuesta nada.

–En Yo te doy habla de tratarse de igual a igual en una relación. ¿Le sorprende que haya relaciones tóxicas hoy día, de jóvenes que se controlan y se espían el móvil?

Muchas de las relaciones entre humanos, sentimenta­les o incluso intrafamil­iares, son tóxicas”

Las canciones e himnos de este disco animan a vivir en el ahora, quieren ayudar a despertar a la gente”

–No hay que olvidar que los jóvenes son un reflejo de la sociedad, del entorno y de los mayores. Absorben como esponjas. A mí me encanta estar con personas jóvenes porque ahí está la llave para que todo esto cambie. Hay jóvenes que siguen con el control, la violencia y las relaciones tóxicas. Relaciones tóxicas son todas aquellas donde existe todo lo contrario al amor: controlar a la persona, manipularl­a. Muchas de las relaciones entre humanos, sentimenta­les o incluso intrafamil­iares, son tóxicas. Ese es uno de nuestros grandes retos: trabajar las relaciones en cada edad.

 ?? RAKEL LÓPEZ ?? El grupo Amparanoia, en una imagen promociona­l del nuevo disco ‘Himnopsis Colectiva’.
RAKEL LÓPEZ El grupo Amparanoia, en una imagen promociona­l del nuevo disco ‘Himnopsis Colectiva’.

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