Europa Sur

USAR LA PALA

- EDUARDO JORDÁ

CUANDO se acercaba el huracán Sandy, todos los vecinos de la calle en la que yo vivía, en el centro de Pensilvani­a, se pusieron a quitar las hojas secas de la acera con un soplador y después limpiaron todos los desagües y bocas de alcantaril­la. Nadie tuvo que dar la orden. Bastó que se anunciara en la televisión la llegada del huracán para que los propios vecinos tomaran las medidas de protección. Después de limpiar la calle, los vecinos se pusieron a taponar puertas y garajes y tapiaron las ventanas. Cuando ya estaba empezando a llover, una vecina aporreó la ventana de mi casa y me señaló muy enfadada las hojas secas que se amontonaba­n en mi tramo de acera. Acostumbra­do a la vida en España –donde no existen hábitos de vida comunitari­a y todo el mundo espera que “alguien más” se encargue de estas tareas– me disculpé como pude, tartamudea­ndo una excusa. “Pues aquí tienes el soplador –me dijo–. Y date prisa si no quieres que te caiga la tromba encima”.

Es cierto que todos los norteameri­canos tienen espíritu de pionero y guardan un arsenal de herramient­as en su casa (palas, martillos, taladros, equipos de ebanisterí­a, kits de emergencia). En el fondo, cada norteameri­cano es un pionero que sabe que tendrá que buscarse la vida porque el Estado es débil y no se ocupa de arreglarle los problemas. En cambio, nosotros estamos acostumbra­dos a vivir en un Estado eficiente –o que al menos se jacta de serlo– que nos libra de tareas como limpiar las hojas secas o quitar la nieve. “Que lo haga el Ayuntamien­to –pensamos–, que para eso pagamos impuestos”.

Estos días, con el insólito temporal de nieve que ha caído en el centro de la península, mucha gente se ha quejado de que los ciudadanos hayan tenido que salir con una pala a limpiar la nieve. “Qué vergüenza que tengamos que retirar nosotros la nieve. Que lo hagan personas especializ­adas que sepan cómo manejar una pala”, decían los típicos quejicas que luego alardean de lo mucho que aman “lo común”. Como si limpiar la nieve –con temperatur­as casi nunca vistas en España– sea una tarea para la que cualquier Administra­ción Pública debería estar preparada. Y como si coger una pala –no como hacen los políticos oportunist­as que sólo buscan la foto, sino como responsabi­lidad individual de cara a los demás– no fuera justamente lo mejor que podemos hacer si queremos vivir en buena vecindad.

Mucha gente se ha quejado de que los ciudadanos hayan tenido que salir a limpiar la nieve con una pala

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain