LA TRANSICIÓN HACIA LA ECONOMÍA CIRCULAR
LA Unión Europea se ha fijado el ambicioso y necesario objetivo de eliminar la emisión neta de gases de efecto invernadero en el año 2050. Para lograr este objetivo, la UE ha esbozado el Plan Estratégico de Economía Circular, que desafía los métodos tradicionales de fabricación, uso y eliminación de mercancías. También es un plan que se sustenta en la transición a las fuentes de energía renovables.
Igualmente, el Gobierno español, por su parte, ha puesto de relieve el objetivo de dirigirnos hacia la transición a una economía circular que propicie el cambio de comportamiento de los consumidores. Esto permitirá a España, entre otros países europeos, hacer la transición hacia un modelo energético sostenible.
Debido a mi interés empresarial en las tecnologías emergentes, me intriga saber cómo podrían los fabricantes incluir la sostenibilidad en el centro de sus negocios y cómo se podría cambiar la mentalidad de los consumidores para promover la reutilización y el reciclaje de los productos.
Las nuevas tecnologías y productos se crean todos los días; sin embargo, para la mayoría, su ciclo de vida es lineal. Se extraen los recursos naturales, se fabrica el producto, lo utiliza el consumidor y luego se desecha. El Plan de Acción de Economía Circular desafía este modelo. Propone un circuito cerrado que restringiría el uso único de los productos. Este modelo replica los procesos de la naturaleza, ya que una vez que un organismo se descompone, sus nutrientes regresan al suelo que apoya el crecimiento y desarrollo de nuevos organismos. La transición a una economía circular ayudará a la Unión Europea a apoyar un modelo de crecimiento regenerativo que devuelva al planeta más de lo que necesita. Este modelo no sólo es crucial para lograr la protección de nuestro planeta, sino que ayuda a proteger a los consumidores, tiene sentido comercial para los fabricantes y promueve la competitividad dentro del Mercado Único Europeo.
El modelo protege a los clientes ya que aboga por productos de alta calidad, funcionales y seguros, que son eficientes y asequibles, duran más y están diseñados para la reutilización, la reparación y el reciclaje de alta calidad. Los consumidores estarían facultados para reparar sus propios productos, en lugar de comprar un nuevo producto simplemente porque un componente del producto original ya no funciona. También podría reducir los costos, ya que en lugar de poseer un producto específico, los consumidores podrían conceder una licencia de uso del producto por un plazo fijo antes de devolverlo al fabricante para su reutilización.
La transición a una economía circular también tiene sentido desde el punto de vista comercial. El modelo de circuito cerrado para la producción de bienes podría aumentar la rentabilidad de los fabricantes, protegiéndolos al mismo tiempo de las fluctuaciones de los precios de los recursos. Actualmente las empresas fabricantes de la Unión Europea gastan alrededor del 40% en materiales. Los costos de producción podrían reducirse ya que los consumidores podrían proporcionarles los productos la posibilidad de ser reutilizados y reemplazados. Una economía circular desvincula a los fabricantes de la disponibilidad de las materias primas y les permite ser más autosuficientes. Apoyando esta iniciativa, la Agencia Internacional de la Energía ha abogado por políticas que aumenten el reciclado del aluminio, el acero, el papel y los plásticos, y por estrategias de eficiencia de los materiales.
La transición a una economía circular también fomentará la innovación y el diseño, y promoverá la competitividad, y es que se ofrecerá una prima a las empresas que puedan aplicar la tecnología para la reutilización eficaz de las materias primas recicladas.
Quedan obstáculos prácticos para llevar a cabo un proyecto tan ambicioso en toda la Unión Europea, pero tengo gran interés en ver cómo responden las empresas a las propuestas y cómo pueden aplicar soluciones ingeniosas para aumentar el uso de energía y materiales renovables.
La economía circular replica los procesos de la naturaleza, ya que una vez que un organismo se descompone, sus nutrientes regresan al suelo y apoyan a los nuevos organismos