Montañas de sal de la Bahía de Cádiz contra los efectos de Filomena
Hasta 3.000 toneladas procedentes de las salinas de Santa María y Marismas de Cetina son cargadas a diario en decenas de camiones con rumbo al Norte de España
"¡Dejo de ser marinero, madre,
por ser salinero!". El poema del libro Marinero en Tierra del escritor portuense Rafael Alberti cobra hoy toda su vigencia y da su sitio a una actividad que estaba casi olvidada, la explotación de la sal, que vuelve a tener protagonismo como elemento imprescindible para combatir los efectos que la borrasca Filomena ha dejado en media España.
No hace tantos años, las vagonetas de sal llegaban desde las salinas de El Puerto de Santa María hasta los muelles del río Guadalete, donde eran cargadas en barcos con destino a diferentes destinos. Aún se conservan postales donde se pueden ver las vagonetas suspendidas en el aire, sostenidas por gruesos cables de acero, cargadas de sal, en una actividad que tuvo una gran repercusión en la zona, donde hubo decenas de pequeñas explotaciones salineras. Hasta la llegada del hielo, la sal se utilizó para conservar los alimentos, y en la antigüedad para la elaboración de las salazones, que desde la Bahía de Cádiz se distribuían a medio mundo.
Actualmente, la mayor parte de la sal se carga en camiones, y en estos días de manera especial se utiliza para acabar con los problemas que genera el hielo acumulado a consecuencia de las bajas temperaturas tras las intensas y devastadoras nevadas caídas durante varios días en el país, que han colapsado distintas regiones.
La Bahía de Cádiz está aportando su granito de sal para ayudar contra los efectos de Filomena y el hielo que está dejando a su paso, y la compañía encargada de suministrarla es Marítima de Sales, una firma familiar que radica entre Sevilla y la provincia gaditana, que durante sus cincuenta años de actividad ya había vivido algún episodio similar al actual, pero nunca había llegado a la actividad frenética que se viene registrando desde hace una semana en sus salinas. La empresa cuenta en la actualidad con más de dos mil hectáreas de salinas en explotación, repartidas entre las Salinas de Santa María (Puerto de Santa María); Marismas de Cetina (Puerto Real); y El Estanquillo (San Fernando).
Según explica su gerente, Francisco Armenteros, desde hace una semana, la empresa viene suministrando unas 3.000 toneladas de sal cada día para colaborar en el deshielo del país, conmocionado por los efectos de la tormenta. Unos 120 camiones operan a diario para llevar el preciado elemento, que ha cobrado en estos días un valor excepcional para derretir el hielo y despejar las carreteras, avenidas y otros lugares y accesos a edificios que hay que recuperar para que puedan estar operativos lo antes posible. La sal que es transportada desde las salinas de la Bahía está llegando principalmente a destinos como Madrid,
Segovia, Salamanca o Castilla y León.
Desde hace una semana la actividad de carga con destino a puntos del norte de la península es incesante.
De esta forma, la columna de camiones cargando a pie de carretera, en los dos puntos de acopio que tiene la empresa junto a la A-4 no tiene fin desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche, y las previsiones del gerente de Marítima de Sales es que durante toda esta semana se mantenga la actividad frenética de carga en los vehículos pesados, que son enviados por diferentes empresas, que están en fase de reposición en sus lugares de almacenaje, en los que ya han agotado las reservas que tenían. Paralelamente, también se está procediendo a embarcar sal con rumbo a distintos puertos de la península. La sal procede de la cosecha del pasado año, que se recolectó en las salinas de la Bahía en el periodo de primavera y verano, obtenida
La empresa Marítima de Sales ha suministrado ya 25.000 toneladas para Madrid y Castilla y León
de la explotación de unas 2.000 hectáreas de salinas.
"Estamos poniendo todos nuestros recursos para poder abastecer la demanda, que ha crecido a consecuencia de este temporal excepcional, aunque ya en 2010 hubo un incremento similar, aunque no en un plazo de tiempo tan concentrado como ahora", confirma Francisco Armenteros, que calcula a su vez que hasta el momento llevan suministrados unas 25.000 toneladas destinadas exclusivamente a romper el hielo de la borrasca Filomena y que llegarán a 50.000 toneladas hasta finales de semana, cuando es previsible que la demanda vuelva a sus niveles habituales.