Sin margen de error ya
España se mide con Polonia, tras empatar con Brasil en el debut, obligada a ganar para encarrilar la clasificación para la segunda ronda
Rodrigo Corrales Jugador de la selección
Venimos de empatar y tenemos que ganar para seguir vivos y coger confianza”
La selección española de balonmano tratará de resarcirse del amargo empate (29-29) que cosechó ante Brasil en su debut en el Mundial de Egipto con un triunfo en el encuentro que le enfrentará (20:30) con Polonia, que permitiría a los Hispanos encarrilar su clasificación para la segunda ronda.
Para ello, el combinado nacional deberá mejorar notablemente las prestaciones que ofreció ante el equipo sudamericano, en un duelo en el que los de Jordi Ribera acusaron la falta de rodaje con la que han llegado al torneo.
Y es que pese a la compenetración existente entre los internacionales españoles, lo que les permite, como recalcó Ribera, “recuperar rápidamente los automatismos del juego”, España se vio lastrada por los tan sólo dos partidos que ha disputado desde que se proclamó campeona de Europa por segunda vez consecutiva en enero de 2020.
Especialmente en ataque. Nunca fue capaz de dotar de la f luidez necesaria a su juego ofensivo, con periodos de apagón absoluto, como los casi ocho minutos que encadenó sin marcar en el ecuador de la segunda parte.
Una sequía que impidió a los Hispanos rentabilizar los hasta seis goles de ventaja (24-18) con los que llegó a contar en el arranque de la segunda mitad. Asignatura que la selección española deberá aprobar si quiere doblegar a un conjunto polaco que si por algo destaca es por su solidez defensiva.
Liderado por los gigantescos hermanos Maciej y Tomasz Gebala, Polonia presenta una cerradísima defensa 6-0, en la que los de Patryk Rombel intentan hacer valer los muchos kilos y centímetros con los que cuentan los jugadores polacos.
La defensa ya les permitió sobrevivir al gris partido que protagonizaron los cancerberos polacos Piotr Wyszomirski y Adam Morawski ante Túnez, que tan sólo firmaron cuatro paradas ante el conjunto norteafricano. Pero para derrotar a Polonia, que se impuso por 28-30 a Túnez en la primera jornada, el conjunto español no sólo deberá recuperar su mejor versión en ataque, sino que también deberá dar un paso más en defensa, el pilar en el que se han sustentado los éxitos de los Hispanos y nunca logró rayar a su nivel ante Brasil.
Sobre todo en la variante 6-0, en la que los de Jordi Ribera, tal y como ya les ocurrió en el último amistoso ante Croacia, nunca encontraron la distancia para controlar a los cañoneros sudamericanos sin desatender la marca de los pivotes, el camino por el que Brasil alcanzó el empate. Mucho más a gusto pareció encontrarse el conjunto español con la defensa 5-1, que le permitió desplegar su veloz juego de contraataque.
Pero para lucir su velocidad, la selección deberá contener la enorme capacidad de lanzamiento exterior que posee el equipo polaco. Aunque curiosamente pese a contar en sus filas con gigantes como el lateral izquierdo Tomasz Gebala de 2,12 metros de altura, el mayor peligro del cuadro polaco reside en sus hombres pequeños, los extremos Przemyslaw Krajewski y Arkadiusz Moryto.
Todo un desafío para el conjunto español, que como insistió el extremo Ángel Fernández tras el duelo con Brasil “sigue dependiendo de sí mismo” para acceder a la segundo fase, aunque para ello deberá empezar por ganar a Polonia, en un choque en el que los Hispanos no pueden permitirse un nuevo tropiezo.