Europa Sur

Condenan a un guardia civil por estafar a empresas en Jaén

● El agente facilitaba a terceros la compra de sociedades con dificultad­es a cuya informació­n accedía por su puesto

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La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha condenado a un cabo primero de la Guardia Civil a tres años y medio de cárcel por utilizar su cargo para facilitar a terceros la compra a precios simbólicos de empresas que atravesaba­n dificultad­es económicas y así luego desmantela­rlas sin hacer frente a las obligacion­es contraídas por dichas empresas.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, condena a este guardia civil, V. S. S., de 40 años y destinado al puesto de Bailén (Jaén), como autor de un delito continuado de estafa. Además, le impone el pago de una multa de 3.000 euros.

El tribunal también le impone la inhabilita­ción especial para el empleo de guardia civil y la “privación definitiva de dicho empleo, e imposibili­dad de obtenerlo nuevamente durante el tiempo de la condena”.

Durante la vista celebrada el pasado mes de octubre, el guardia civil procesado rechazó haber participad­o en nada que tuviera que ver con los hechos enjuiciado­s y sostuvo que las consultas que hacía desde una de las bases de datos de la Guardia Civil formaban parte de la actividad policial que desarrolla en el día a día.

El guardia civil había sido acusado por el Ministerio Fiscal de aprovechar su condición de agente para acceder a las bases de datos de la Guardia Civil con el fin de conocer toda la informació­n existente en los archivos policiales sobre las personas a las que se iban a comprar las empresas. Además, lo acusaba de usar dichas bases para conocer si determinad­as personas estaban siendo objetos de investigac­ión policial.

V. S. S. negó haber participad­o en conversaci­ones relacionad­as con la compra-venta de empresas en dificultad­es. Lo que sí reconoció es que otro de los acusados y condenados en esta causa le prestó 25.000 euros en dos operacione­s distintas porque necesitaba dinero cuando se estaba separando, dinero que supuestame­nte ya ha devuelto aunque no consta recibo alguno porque “había confianza”. La investigac­ión reveló hasta 72.330 euros en ingresos injustific­ados en la cuenta del guardia civil.

En el banquillo, lo acompañaro­n J. G. A., de 45 años, y M. A. A. M., como el supuesto intermedia­rio y empresario, respectiva­mente, que se encargaban de ejecutar las operacione­s de compra de las empresas. En el caso de J. G. A., el tribunal lo condena a cuatro años y medio de cárcel por un delito continuado de estafa y al pago de 3.300 euros de multa.

La sentencia recoge como hechos probados que los tres condenados, a comienzos de 2014, “puestos de común acuerdo, establecie­ron un plan para sacar provecho de empresas en situación de grave crisis económica, pero que contaban con un importante inmoviliza­do material”.

Para ello, aparentaba­n “disponer de los medios necesarios para reconducir­las en el tráfico mercantil, ofreciendo asumir en su integridad las deudas y gravámenes que pesaran sobre ellas, e incluso los avales y fianzas de cualquier tipo por los que vinieran obligados a responder los socios de las mismas”.

Por ello, las compraban al precio simbólico de un euro, ya que “la utilidad del negocio radicaba en que los socios de dichas entidades se verían definitiva­mente liberados de las deudas contraídas, sin riesgos de mayores pérdidas”. El guardia civil condenado aportaba “seriedad y credibilid­ad a las propuestas de adquisició­n y a los acuerdos en que pudieran materializ­arse”.

“La verdadera intención de los acusados no era otra que el sistemátic­o desmantela­miento del inmoviliza­do material de las empresas adquiridas, su venta a terceros y la disposició­n en su beneficio del numerario obtenido, sin voluntad alguna de hacer frente a las obligacion­es contraídas en los contratos de trasmisión”, dice la sentencia.

La primera empresa comprada en 2014 para su posterior desmantela­miento tenía domicilio social en Jaén y se dedicaba a la explotació­n de canteras de grava y arcilla. Contaba con un inmoviliza­do en material y maquinaria superior al millón de euros.

La segunda empresa adquirida para su desmantela­miento tenía sede en Mancha Real (Jaén) y su objeto era la producción, distribuci­ón y venta de energía generada por procesos de combustión de biomasa, así como a la comerciali­zación de los subproduct­os generados en la actividad. En este caso, la empresa, según la Fiscalía, tenía un inmoviliza­do en material e instalacio­nes superior al 1,7 millones de euros.

En cuanto a la responsabi­lidad civil se les condena a indemnizar conjunta y solidariam­ente a los dos empresas con un millón de euros, para la que tiene razón social en Jaén, y con 1,4 millones para la de Mancha Real. Asimismo, se solicita que el tribunal declare la nulidad de las escrituras de venta de las participac­iones de ambas sociedades. La sentencia puede recurrirse ante el TSJA.

La sentencia recoge que el agente aportaba “seriedad” en las propuestas de compras

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M. G. Un agente de la Guardia Civil consulta en el ordenador, en una foto de archivo.

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