La directora del máster reconoce que falsificó el acta de Cifuentes
Rosado afirma que el fallecido Álvarez Conde la presionó Piden tres años y tres meses para la ex presidenta de Madrid
El juicio a la ex presidenta de Madrid Cristina Cifuentes arrancó ayer sin la declaración más esperada, que será el viernes, en una sesión en la que quien era directora de su máster reconoció que falsificó el acta, porque la presionaron los otros dos procesados, uno de ellos ya fallecido.
La Sección 15 de la Audiencia de Madrid comenzó el juicio a Cifuentes como presunta inductora de la falsificación del acta que acreditaba que había cursado íntegramente y había defendido en 2012 el trabajo de fin de curso (TFM) del Máster en Derecho Autonómico y Local, impartido por el Instituto de Derecho Público, asociado a la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Cifuentes acabó dimitiendo envuelta en esta polémica y por la difusión de una información en la que se le atribuye un supuesto hurto en un supermercado en 2011.
Cifuentes llegó ayer a la Audiencia sin hacer declaraciones. Al comenzar el juicio, su letrado, José Antonio Choclán, pidió que se admitiera como prueba un pendrive en el que se incluye una copia de la agenda de Cifuentes en 2012, cuando era delegada del Gobierno en Madrid, que demuestra que fue a defender su trabajo de fin de máster. También aportó un certificado académico de la URJC que acredita que superó las asignaturas y el TFM. El tribunal accedió, junto a la declaración del perito que analizó ese lápiz de memoria, y la Fiscalía solicitó que sea la Policía la que estudie ese dispositivo.
La Fiscalía pide tres años y tres meses de cárcel para Cifuentes por un presunto delito de falsedad documental y la misma pena para María Teresa Feito, ex asesora de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y funcionaria de la URJC. Solicita también 21 meses de prisión como autora de la falsificación del acta para Cecilia Rosado, integrante del tribunal que supuestamente examinó a Cifuentes.
La Fiscalía imputaba también a Enrique Álvarez Conde, catedrático de la URJC, pero falleció en 2019. La directora del máster que cursó en 2012 Cifuentes admitió que, debido a las presiones de los otros dos procesados, creó un acta falsa, escribiendo la firma de otras dos personas, para certificar que la ex presidenta madrileña defendió su TFM y sacó un notable.
Cecilia Rosado reconoció que creó un acta “de un hecho que no había ocurrido”, aunque poco después superó el miedo y lo denunció en la Fiscalía. Recalcó que Álvarez Conde era “su jefe” y “no se le podía decir que no sin que tuviera una consecuencia negativa”.
Álvarez Conde la llamó 24 veces y le envió unos 15 mensajes de texto el día de la rueda de prensa en la que URJC dio su versión sobre el máster de Cifuentes (el 21 de marzo de 2018) tras saltar la polémica, y le dijo: “Cecilia, esto hay que arreglarlo, no se puede quedar así, porque, si no, va a tener consecuencias graves a nivel laboral”. Le exigió –según su relato– “componer un tribunal” integrado por ella y otras dos trabajadoras de la universidad: Alicia López y Clara Souto. En unas horas, Rosado habló con estas personas, le mostraron en videollamada cómo hacer sus firmas y las puso en el acta ficticia que envió a los correos que el catedrático le ordenó.
Sobre Teresa Feito, explicó que Álvarez Conde le dijo que tenía que hablar con ella ese día, y ésta primero le espetó que el acta “tenía que aparecer” y luego que “había que hacer ese trabajo”. “Si no me la envías, Cifuentes nos va a matar a hostias al rector y a nosotras, nos va a cortar la cabeza”, dijo que la amenazó Feito.
Sin embargo, ésta negó estas palabras, aunque admitió que ese día habló varias veces con Rosado, pero poco tiempo “para que, por favor, buscara el trabajo” de Cifuentes, porque a ella Álvarez Conde le había asegurado que “que estaba, que no había problema”.