Huelga en las aulas de La Línea
● La mayoría de padres desoye a la Junta y las faltas a clase siguen por encima del 92%
Tercer lunes con multitud de bancas vacías en los colegios e institutos de La Línea de la Concepción. La mayoría de los padres volvió a dejar a sus hijos en casa desoyendo así la petición de la Junta de Andalucía de recobrar las clases presenciales en los centros educativos cuanto antes.
El miedo a la propagación de la enfermedad se mantiene entre buena parte de la comunidad educativa tres semanas después del inicio formal del segundo trimestre. Ayer el nivel de faltas siguió por encima del 90%, según los cálculos de la Concejalía de Educación del Ayuntamiento.
El departamento municipal, con los datos de 15 centros sobre el total de 26 en la ciudad, cifró el nivel de asistencia en el arranque de esta semana en apenas un 6 o 7%. O lo que es lo mismo, las ausencias continúan siendo la tónica generalizada alcanzando el 92%, aproximadamente.
“La incidencia en cuanto al nivel de faltas a clase prácticamente se mantiene sin cambios. Este lunes ha aumentado un poco la asistencia, pero muy poco. El número de estudiantes en algunos centros ha subido ligeramente, mientras que en otros se mantiene tan bajo como la semana anterior”, subrayó Sebastián Hidalgo, concejal linense de Educación.
En La Línea, la tasa de incidencia se situaba el viernes 22 de enero en 2.460,9 casos por cada 100.000 habitantes, la segunda más alta de todo el Campo de Gibraltar, lo que mantiene en casa a millares de estudiantes por miedo al contagio cuando ya han pasado once jornadas lectivas tras las Navidades. La población escolar (entre colegios e institutos) supera las 12.500 personas.
La inspección educativa reclamó la semana pasada poner fin a esta situación. La Junta instó a que las clases se desarrollaran de forma presencial “sin ser flexibles ni en la modalidad online” a partir de ayer por considerar que el miedo al contagio no justificaba la incomparecencia. La inmensa mayoría de familias hizo oídos sordos.
A la espera de que se pueda producir un cambio en las directrices, la inspección educativa recuerda que tanto la actividad docente como los exámenes deben ser presenciales y que “esta modalidad se debe cumplir mientras no haya una nueva instrucción” ya que en opinión de las autoridades sanitarias y educativas los centros “son lugares seguros con los protocolos establecidos para evitar contagios”. La Junta avisaba entonces que comenzaría a computar las faltas como absentismo.
Los padres de la ciudad se han organizado para, además de no llevar a sus hijos a clase de forma mayoritaria, justificar sistemáticamente todas las faltas. La Flampa está dispuesta a aguantar con esta pauta para forzar a la Junta de Andalucía a revisar su decisión, mientras que para que las faltas (justificadas o no) deriven en absentismo existe un protocolo sujeto a una evaluación y una serie de trámites que no son inmediatos.
El consejo escolar, reunido el pasado viernes, analizó la situación aunque no reiteró formalmente la petición de suspensión de la actividad presencial. “No tiene sentido reclamar otra vez lo que ya se ha pedido y no nos han contestado”, reconoció Hidalgo.
El alcalde linense, Juan Franco, manifestaba tras esa reunión que la situación era y sigue siendo “extremadamente grave”. “No tenemos garantías de que no puedan existir contagios de los alumnos si acceden a las aulas”, sostuvo, a la par que evidenció que no resultaría fácil declarar la decisión de los padres como absentismo: “Me gustaría recordar que el Ayuntamiento cuenta con dos personas trabajando en este asunto y deberían tramitarse del orden de unos 11.800 expedientes”, dijo el regidor.
La federación de padres confía en que la Junta revise su decisión de mantener las clases
Aumenta la preocupación ante la sospecha de que la Junta de Andalucía pretende desmantelar y/o privatizar la Escuela de Salud Pública de Andalucía (EASP), organismo con sede en Granada y cuyo futuro ha sido muy debatido desde la llegada a la Junta de Juanma Moreno a la Presidencia. Hace unos días, el comité de empresa de la EASP denunció una auditoría encargada por el Ejecutivo andaluz con “manipulaciones” e “irregularidades” para justificar el cierre o la reforma de este ente. Ahora, la oposición (tanto PSOE como la líder andaluza de Anticapitalistas Teresa Rodríguez) y los sindicatos hacen frente común para evitar que se destruya esta institución adscrita a la Consejería de Salud y que lleva funcionando desde 1985 asentada en su base en el Campus de la Cartuja de Granada.
De este modo, la secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz, denunció ayer que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quiere “destruir” la Escuela Andaluza de Salud Pública en mitad de la pandemia, lo que ha vinculado a sus “continuos ataques” a todo lo público en Andalucía. La dirigente
socialista realizó esta afirmación tras conocerse hace tan sólo unos días un informe encargado por el Gobierno andaluz a la consultoría Ernst & Young que aconseja el “cierre de la Escuela Andaluza de Salud Pública, un ente instrumental de la Junta, con más de tres décadas y con sede en Granada”.
Para Díaz, este organismo “lleva 35 años “siendo fundamental para la sanidad andaluza y nacional” y censuró, por tanto, que “Moreno Bonilla quiere destruirla, continuando con su ataque a todo lo público de nuestra tierra. Y lo quiere hacer en mitad de una pandemia”.
Según el sindicato CCOO, responsable del comité de empresa de la EASP, el documento que han podido conocer algunos trabajadores recoge que se han encontrado “duplicidades” de competencias con otras instituciones públicas que hacen recomendable que la EASP “cese su actividad, se extinga” y traspase sus recursos a las instituciones con las que supuestamente duplica sus servicios, propuesta que ha rechazado el sindicato.
A nivel de política andaluza, la líder de Anticapitalistas, Teresa Rodríguez, exigió también a la Junta que mantenga el carácter público de la escuela por ser un referente en su sector y sobre todo en tiempos de pandemia. En declaraciones remitidas a los medios de comunicación, Rodríguez manifestó que la Consejería de Salud ha encargado un informe para “justificar el cierre” de dicho ente y denunció que “no es la primera vez que este Gobierno andaluz de las derechas y defensor de las privatizaciones intenta cerrar esta entidad pionera en España”. Ya al principio del mandato, hubo polémica por un posible traslado de la sede de la EASP a Sevilla, algo que en principio quedó solucionado aunque ahora de nuevo aparece el debate en torno a su futuro.
Rodríguez reclamó al consejero de Salud, Jesús Aguirre, que garantice la supervivencia de dicha entidad y su “correcta financiación por la importancia que tiene para Granada y para el Oriente andaluz dado que todos los gobiernos de la Junta han sido muy dejados” con esta zona de la comunidad y con sus instituciones, además de por la relevancia de dicha escuela en el estudio de la salud pública.
Por otro lado, en el ámbito de la política local habló ayer también el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Granada, Paco Cuenca, quien exigió al bipartito del gobierno municipal que defienda igualmente la Escuela Andaluza de Salud Pública frente a lo que, a su juicio, supone el “desmantelamiento que pretende la Junta de Andalucía de Juanma Moreno”.