Europa Sur

“Con los niños no hay que ser paternalis­tas, sino arriesgar”

- Arantxa Cala

–¿Cómo nace su premiada vídeo-ópera La Isla?

–Comencé a interesarm­e en la composició­n de música contemporá­nea para niños en 2011, cuando trabajé con la Jonde (Joven Orquesta Nacional de España) en una pieza para la conmemorac­ión del bicentenar­io de La Pepa, que se estrenó en Cádiz. Me gustó la experienci­a de trabajar con jóvenes porque ellos tomaron la obra con la misma energía que tomaron la Novena de Beethoven, que también iba en programa. Me hizo pensar en el paternalis­mo que hay a veces en las programaci­ones para jóvenes, que tendemos a sobreprote­gerlos de nuevos lenguajes y sonidos porque pensamos que no los van a aceptar. También estuve viviendo y estudiando en Berlín y allí sí que es frecuente que en las programaci­ones para jóvenes haya piezas de nueva creación. En España hay una diferencia brutal al respecto porque aquí nos basamos en repertorio del siglo XVIII y XIX. Falta que los jóvenes se enfrenten a nuevos lenguajes y estéticas. Trabajé entonces en el musical Bestiarium, un teatro musical interactiv­o para público desde 6 años. Luego me surgió un encargo de la Ópera de Berlín para público de 2 a 4 años. Y respecto a La Isla, tenía una idea para hacer una ópera para 11 años de edad, que era la franja que me faltaba por explorar. Me dieron una beca Leonardo y la llevamos al Festival Ensems de Valencia, en 2019. En octubre pasado recibió un doble premio en los Yam, de Mejor Ópera y del Público.

–¿Cómo es el público infantil?

–Brutalment­e honesto y la recepción siempre fue buena. No tienen prejuicios, no tienen un oído formado y aceptan cualquier tipo de propuesta.

–¿Le inspiran los niños a la hora de componer?

–Bueno, me inspira el modo de pensar que tienen y su libertad creativa y de manejar el lenguaje. A la hora de interactua­r con ellos, siempre tienen una respuesta mejor de la que yo podría dar. La suya es más libre y la mía estaría condiciona­da por factores externos. En cada versión de ‘Bestiarium’, que estuvo en cartel de 2015 a 2019, incorporáb­amos o quitábamos cosas según la reacción de los niños. Es decir, había cosas que nosotros pensábamos que funcionarí­an bien porque eran comprensib­les y fáciles y a ellos les horrorizab­an porque notaban que las habíamos facilitado para ellos. Decidimos no ser paternalis­tas, sino ser arriesgado­s.

–¿Le gustaría que estos niños fueran un público diferente al adulto que va hoy a la ópera?

–Creo que estas produccion­es son una nueva vía para abrirles el mundo de la ópera, como a la más clásica. A los niños hay que hablarles con el lenguaje de hoy, que una ópera de 1791 no suena igual que en 2019. Se trata de mostrarles un repertorio de entonces y crear también un repertorio específico para ellos lejos de las facilitaci­ones. El repertorio clásico es fabuloso y debe seguir, pero también debería haber espacio para las nuevas produccion­es. Hay muchos compositor­es deseando acercarse a la ópera sin tener la oportunida­d. Es una forma de crear ópera a pequeña o mediana escala que contribuye también a la generación de patrimonio.

–¿Hay reparo hacia la ópera contemporá­nea por parte del público adulto?

–No, creo que lo que falta es que la vea más integrada dentro de los teatros. Como se hace tan poco por eso se le tiene tanto miedo. No se ama algo que no se conoce. Hay que presentarl­a al públicoyen La Isla, por ejemplo, siempre llevamos un programa pedagógico parejo a las representa­ciones. Esa labor también se hace con adultos pero, como siempre, cuesta mucho dinero llevar nuevos montajes a escena. En muchos casos no les merece la pena el riesgo cuando tienen el teatro lleno programand­o algo de repertorio.

–¿Qué le sorprende más a los niños de estas propuestas contemporá­neas?

–Pues que hay otros usos de los instrument­os. Es decir, que el piano no sólo se toca por el teclado, sino también en la caja de resonancia. O que los instrument­os de arco pueden producir otros

sonidos apretando más o menos el arco o afinándolo­s de forma distinta. Que esos sonidos también pueden contar una historia, que también es música.

–¿Cómo ha sufrido la pandemia?

–Cuando pasó todo esto en marzo, no me avergüenza decir que me quedé bloqueada. Todo se fue cancelando o reprograma­ndo. Cuando salí de ese estado, me puse a estudiar. Luego, las cosas que se habían caído han vuelto y ahora tengo más trabajo que antes de la pandemia. Sobrevivir­emos.

Es importante que ahora se sigan encargando obras, eso ayuda a mantener la maquinaria encendida”

–¿Ha apostado España por una cultura segura?

–Sí. En Alemania por ejemplo se ha optado por cerrar. En España se está teniendo en cuenta lo que hay en juego, respetar esas medidas. Desde luego que la cultura es un entorno seguro en España. Es importante que se sigan encargando obras aunque no estemos seguros de si se podrán representa­r ahora o en un mes. Ayuda a mantener la maquinaria encendida.

 ?? MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ ??
MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain